C9: Tan cerca, tan lejos.

358 18 1
                                    


La chimenea estaba apagada, pero aún quedaba un poco de calor, me volteé para encontrarme a Diana acurrucada en mi espalda. Acaricié su cabeza, acomodé su cabello tras su oreja, sonreí al verla dormir. Si mi cerebro comenzaba a funcionar, comenzaría a recordar la escena de la noche anterior y no quería arruinar este momento.

- Lo siento Diana, haría cualquier cosa por volver el tiempo atrás, ojalá pudiera cerrar los ojos y volver a esa noche en la casa de tu familia, diría otras cosas, te extraño tanto.

Me fui a la cama tras conversar con su padre, seguramente olía a brandy y mi olor la despertó. Se sentó en la cama mientras me quitaba la ropa y encendió la luz.

- ¿Podrías lavarte los dientes antes de acostarte? Apestas a alcohol. -Dijo con los ojos entrecerrados debido a la fotosensibilidad de su recién despertar.

- Sí podría pero ¿Lo haré? Podríamos estar haciendo muchas cosas ¿Pero qué hemos hecho? ¡Ah, sí! ¡Nada! ¿Para qué quieres que me lave los dientes? ¿Para darme un dulce beso de buenas noches? ¡No, Diana! Esa es mi respuesta.

- Bebiste demasiado, haré de cuenta que esta discusión no existió.

- ¡Eres experta en hacer eso! ¿No? En hacer de cuentas que ya no estoy, que ya no estás casada, que ya no formaremos una familia, o que no sales con nadie más. -Me volteó la cara de una cachetada.

- Lo siento -Su primera reacción fue tomar mi mejilla pero me corrí hacia el lado. -Osvaldo, no sé si lo entiendes pero... no puedo ser madre. El tratamiento no funciona.

- ¡Porque te rendiste! Igual que con este matrimonio... te oí.

- No me rendí, pero sería una idiota si sigo intentando algo que no funciona.

- ¿Hablas sobre el tratamiento o nosotros?

- ¡Te dejaré elegir! De todas formas, piensas lo que te da la gana. ¿Sabes? No pensé que te molestaría tanto lavarte los dientes.

Apagó la luz, y se disipó mi recuerdo, no podía recordar qué seguía.

Diana abrió los ojos y se quedó mirándome con intriga.

- ¿Qué es lo que piensas?

- En que espero que tú y Alex -Me interrumpió.

- No voy a salir con Alex de esa forma.

- Basta ¿Por qué mientes? Los vi besarse.

- Y fue el primero y último, ya tuve suficiente contigo, no debo darte explicaciones pero lo haré porque quiero. Ummm. Le gusto, y me agrada, pero él merece estar con otra persona y esa no soy yo, y supongo que sabes que cuándo digo que no, es definitivo.

- Lamentablemente, sí, lo sé.

Por la tarde hubo un agradable clima, nos metimos en las aguas termales y bebimos una copa mientras las burbujas subían por nuestras espaldas. Diana se había atado el cabello, estuvimos filmando todo el tiempo, obvio que Alex tendría que recortar la escena dónde conversamos sobre él.

- Creo que hacía mucho tiempo que no nos relajábamos y dejábamos que alguien más se encargue de la comida, el orden y el panorama, me siento complacida. -Murmuró.

- A mi también me agrada esto. -Me eché hacia atrás y el cabello me rebotó en la cabeza y volvió a bajar a mi cara.

Cuando me toqué la frente para recoger mi cabello, toqué las manos de Diana, con mi mano disponible la acerqué un poco más a mí, me peinó el cabello hacia atrás con sus dedos, y con mi mano bajo la de ella seguí su movimiento. Estábamos tan cerca que sentía la temperatura de su aliento, con su otra mano, Diana se aferraba de la bañera, si se puede decir así.

Matri-vorcioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora