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Luego de despedirme de manera cínica de mi padre, en compañía de la doctora Davis entramos al lugar, por dentro es mucho más lindo, tenía pasillos que parecían infinitos, numerosas habitaciones, muchos doctores por todos lados, literalmente todas las ventanas se encontraban cerradas con rejas, supongo que es por los pacientes. Me pregunto cuánto habrán pagado mis padres por esta mierda.


—Luke, tendrás un compañero de habitación, aquí todos comparten, vas a acostumbrarte, es un chico agradable. — Dijo la doctora. Yo solo asentí con la cabeza.

Nos adentramos a una habitación, la observé, tenía un color rojo que podría decirse que es casi bordó, no lo sé, pero me gusta, está muy bien ordenada y decorada, no me lo imaginaba así.

Por observar detenidamente la habiación, no noté que había un chico sentado en la cama, armando un álbum de fotografías, el alzó su vista y sus ojos se clavaron en mi. Su pariencia era normal se podría decir, su cabello era castaño, de un tono muy claro, y noté sus ojos color avellana, casi del mismo color de su cabello con una tez blanca, era bastante atractivo.

Me sonrió.

— Hola, soy Aaron, es un gusto conocerte.— Dijo levántandose de la cama, me estrechó la mano, así que la tomé para no quedar mal.

— Soy Luke. — Dije algo tímido.

— Bueno, dejaré que se conozcan. Luke, si necesitas algo, no dudes en avisar— Dijo la doctora Davis, se despidió y salió así de la habitación.

Puse mis cosas sobre la otra cama que estaba en el otro extremo de la habitación, sentía tantos nervios, ansiedad, temor, miedo, no sabía donde estaba y no sabía para nada como son los tratos en estos lugares que se supone son hechos para ayudar a la gente.

— ¿Por qué estás aquí— Preguntó Aaron, rompiendo el silencio. Me puse algo tenso.

— Yo...am, bueno, me diagnosticaron depresión, tenía otro nombre pero no lo recuerdo ahora.— Dije.

— ¿Te haces daño o cosas así? — Preguntó con curiosidad.

Que vergüenza. Hice el movimiento asientiendo con mi cabeza, Aaron solo puso una expresión triste. Era bastante agradable para tener esa apariencia.

- ¿Y tu?

—Tengo trastorno de bipolaridad hace dos años. — Dijo el. No parecía estar apenado de sus problemas.

— ¿Debo preocuparme por si me llegas a hacer algo en tus cambios de actitud?

— No lo creo, no ataco a las personas. — Admitió con una sonrisa en su rostro. - Bueno, es hora de cenar, para que sepas, si, es a esta hora. ¿vienes?

— Claro, en un momento. —Dije, obviamente no quería ir pero moría de hambre.

—Te veo allá, el comedor está doblando a la derecha. — dijo el sonriendo, y salió de la habitación.

Me tomé mi momento para analizar lo que estaba sucediendo, me senté en la cama con la cara entre mis manos. ¿Realmente voy a poder mejorar estando en este lugar? ¿Conviviendo con un montón de locos que tienen peores problemas que los míos?

Me contuve las ganas de llorar y empecé a ordenar mi ropa y mis cosas sobre los muebles que me corresponden a mi.

No sé en que momento me pasó, pero caí en un profundo sueño, realmente estaba cansado. ¿Pero cansado de que? ¿De llorar? ¿De ser así? ¿De siempre arruinar todo?


Desperté por unos rayos de sol en mi rostro, sentí toda la calentura de éste en mi piel,abrí los ojos y me estiré. Volteé a ver a la cama de Aaron. No estaba. No le dí importancia, por lo cual me levanté y me puse un abrigo, realmente hacia frío. Salí al corredor y miré hacia ambos lados, del lado derecho estaba la recepción,una puerta que decía "Sala de doctores" y al lado una que decía que era la cocina, sin mencionar el pasillo largo después.

stay alive, for me; mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora