- Luke, ¡ya basta! - Gritó Jenna, horrorizada intentando darme una mano para evitar que siguiera perdiendo.
Lo había visto como un sueño. Mis muñecas sangraban. La vida se me iba por aquellos cortes. Jenna no sabía que hacer, lo único que recuerdo fue que ella solo lloraba, lamentándose diciendo porque no fue una mejor amiga como para evitar que yo haga esas cosas, no era su culpa. No lo era.
Yo era un monstruo.
Escuchar a Jenna llorar de esa manera tan densconsolada me destruía, más de lo que ya estaba. Solo ella estaba ahí. Como siempre.
Mientras perdía la consciencia, la noción de las cosas, solo podía escuchar.
Escuchar los lamentos de Jenna, sus histeriqueos gritando porqué me tocaba vivir así.
Yo también me preguntaba lo mismo, ¿por qué?
No podía hablar ni moverme, esto se sentía peor que tener una parálisis de sueño. Solo me largué a llorar. ¿Llorar por qué? ¿Por ella? ¿Por mi asquerosa vida que eché a perder? Todo se acabó al fin, cerré mis ojos y escuché a Jenna preguntar con lástima si algún día volvería a verme.
No dije nada y sentí como un peso cayó encima de mi pecho haciendo presión en el.
Desperté agitado, sentía la calentura e hinchazón en mis ojos, como estaba acostumbrado a sentir de tanto llorar. Había sido un sueño. Quería llamar a Jenna y decirle lo mucho que la quiero y que me sentía apenado por ser como soy y hacerla pasar cada susto.
Lamentablemente viendo el lugar donde me encuentro, le demostré que no soy más que un débil.
Volteé a ver la hora en el reloj que había sobre la mesa y marcaban las 11pm, como Aaron no estaba en su cama, me levanté, posiblemente estaba en la sala de estar. Me abrigué un poco, no entendía porque hacía tanto frío en las noches siendo plena primavera.
Salí al pasillo y miré hacia todos lados hasta que pude reconocer a Aaron sentado en el sillón de la sala, estaba con Michael y otros dos chicos más que no lograba reconocer. Caminé hasta ellos, y la mirada de Michael se posó en mi, el sonrió con su cigarrillo entre sus labios.
- Calculé la hora en la que vendrías, gané. - Dijo Michael levántandose del sillón. - Luke, ellos son Chester y Zac, te hablé de ellos, acaban de salir.
Uno de los chicos, se levantó y me saludó como se diría "un saludo de hombres". Su piel era algo bronceada, tenía un cabello chocolate y sus ojos eran increíblemente hermosos, color avellana.
- Hola, Luke, ¿no? - Dijo ese chico. - Soy Chester.
Solo le sonreí amablemente como gesto de saludo, observé de reojo al otro chico que, supongo yo, es Zac, con sus cabellos dorados y alguna que otra mecha oscura. Ni siquiera había volteado a verme, solo mantenía su expresión seria.
- Bueno. - Dijo Michael interrumpiendo mis pensamientos. - ¿Listas, señoritas?
- ¿Para que? - Pregunté.
- Es viernes, haremos lo mismo de siempre. - Explicó Chester.
Seguía sin entender, admito que me empezó a asustar.
- Iremos a los bolos. - Dijo Zac de la nada.
- ¿Hay bolos aquí? - Pregunté, soné demasiado estúpido pero en serio no estaba entendiendo la situación.
Michael rió por lo bajo, me sentí algo burlado solo por ser nuevo y no poder entender estas cosas.
- No Luke, los bolos están del otro lado, no en el edificio. Están abandonados pero nosotros secretamente lo mantenemos sano.
"Secretamente."
Cuando el reloj marcó las 10:00pm, todos juntaron lo que tenían ahí y nos fuimos, yo solo los seguía, seguía sus pasos, intentaba meterme en su "onda", cosa que se me hacía complicado entender, tampoco sabía porque Zac y Chester estaban aquí, o cuales son sus problemas. No es algo que me importe mucho. Pero según Michael, no están bien. "al igual que tu" me explicó al contarme de ellos.
Bajamos por las escaleras a una especie de túnel que no disponía de muy buena iluminación, lo único que podía oír eran las risas de ellos y conversaciones incoherentes entre Michael y Zac. Yo solo sonreía, porque es lo que tenía que hacer, solo estar.
Caminamos a lo largo del túnel hasta que llegamos a un cuarto donde se podía ver notoriamente una barra con diferentes tipos de licores y whiskys. Cuando Michael prendió las luces se pudo apreciar la parte de la habitación donde se podía jugar a los bolos, no era tan grande como yo acostumbraba a ver, pero se veía interesante.
Me senté en un sillón de ahí y los observaba mientras jugaban y hacían chistes malísimos entre ellos.
- Luke, te toca. - Dijo Aaron, ofreciéndome la bola.
- Oh, no, yo no quiero jugar, gracias. - Dije algo nervioso, realmente era malo para eso y tenía miedo de recibir como respuesta una burla de parte de ellos.
Aaron no me hizo caso y siguió insitiendo hasta que yo tomé la bola. Se sentó en mi lugar cuando yo me levanté a tirar la bola a los pinos.
Jamás había jugado a esto, lo habré hecho solo una vez, cuando fuimos con Jenna al parque de diversiones que quedaba a tres calles de mi casa. Oh, Jenna.
Volteé mi vista y Michael estaba sentado en una silla con la cabeza apoyada en sus brazos mientras fumaba su cigarrillo, por alguna razón, me sonrojé ante esa imagen, era demasiado hermoso y lo admito.
Tomé mi posición y tiré la bola lo mejor que pude, o sea, nada. Observando como la bola iba en dirección a los pinos y cuando la bola derribó todos estos, sonreí leve. Al fin una bien.
Todos ahí me aplaudieron, mientras Michael hacía lo mismo y solo sonreía mientras me miraba.
No podía imaginar que tan rojo estaba por tanto sonrojo. Pero sigo sin entender porqué, jamás me había sentido así. Soy demasiado sensible, no estoy acostumbrado a cosas así.
- Luke, toma un poco de whisky para brindar que ganaste. - Dijo Chester, dándome un vaso especial para el whisky. No hice más que tomarlo y mirar el contenido del vaso.
- ¿Que tal es? - Pregunté, a veces me sorprende lo imbécil que puedo ser con las cosas que digo.
- Sólo tómalo. - Interrumpió Michael antes de que Chester pudiese decir algo.
Acerqué el vaso a mis labios y sentí el olor del whisky. Alcohol que suelen usar en los hospitales, a eso me recuerda. Bebí un sorbo y sentí la quemadura de la bebida correr por mi garganta, empecé a toser por la inesperada reacción que iba a tener en mi para mi gusto. Era un asco. Michael me observó con gracia como si estuviera viendo al gracioso, todos lo hacían. Dejé el vaso y me senté en otro sofá e intenté respirar, esa mierda me hizo sentir horrible.
- Tranquilo, Luke. - Dijo Zac. - Si te sigues juntando con nosotros, eso ya no te va a pasar. Aplica para todo.
Solo le sonreí extrañado, ¿se supone que hacen otras cosas a parte de prácticamente escaparse del hospital para venir a jugar bolos? Me asusta el simple hecho de imaginarlo.

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stay alive, for me; muke
Фанфик❝ − Luke, por favor. Mantente vivo, por mi. Quédate conmigo. − Siempre me quedaré contigo, Michael. Por siempre. ❞