stay alive, for me; muke

10.

Escuché gritos provenir del pasillo. Eran las dos de la madrugada, estaba acostumbrado a oír esas cosas, pero por alguna razón me preocupé de más porque creía reconocer esa voz que lloraba y gritaba. Me levanté y asomé mi cabeza por la puerta hacia afuera, vi a Michael tirado en el suelo y rodeado de cuatro enfermeros. Habia tenido uno de los ataques de los que me habló. Quise correr hacia el y decirle que todo estaría bien. Es irónico, busco ayudar a los demás cuando yo me voy hundiendo cada vez más.

Michael solo pataleaba y lloraba desconsoladamente, no dejaba que uno de los enfermeros pudiera aplicarle un tranquilizante inyectable, yo diría que es lo mejor. Pero era imposible, Michael no se lo permitía. De la nada uno de los enfermeros lo tomó de las piernas para sostenerlas mientras que el otro enfermero le aplicó como pudo la inyección a Michael, de a poco se fue quedando dormido y cuando lo hizo por completo, los enfermeros lo llevaron a su habitación que se encontraba del otro lado del pasillo donde me encontraba.

Me puse algo más abrigado y cuando la situación se alivió un poco, me dirigí a escondidas a la habitación de Michael, entré cuidadosamente de manera para no hacer ningún ruido. Observé su habitación como pude en la oscuridad. Las paredes de un azul reluciente y dibujos pegados por todos lados. Un escritorio con una pila de hojas en blanco, y lápices con borradores por todos lados del escritorio. Me gusta su forma de dibujar. Volteé a ver a la cama de Michael y el estaba acostado de espaldas, me senté en una silla a su lado. Dudo que pueda oírme, lo sedaron demasiado.

Suspiré y al cabo de unos minutos pude escuchar su débil voz llamar a mi nombre.

- ¿Luke? - Dijo con una debilidad horrible. Aún se encontraba de espaldas.

- ¿Si? - Contesté.

- Gracias por venir. - Declaró. - No puedo voltearme para verte, esto muy adormecido.

- No te preocupes. - Dije y le cubrí bien la espalda para que no le diera frío ahí. - ¿Que pasó? - Pregunté por el ataque.

- Estaba haciendo uno de mis dibujos y..de la nada empecé a sentir una horrible presión en mi cabeza, como si me la estuvieran aplastando, y de tanto soportar ese dolor, me frustré y empecé a golpear las paredes y tirar algunas cosas. Ahí fue cuando caí que los enfermeros podrían haberme escuchado y así fue. Odio que me pasen estas cosas.

Lo miré con lástima, Michael no merecía eso. Y debe ser el doble de horrible no tener control sobre uno mismo.

- Pero por suerte, estoy bien, me siento bien. - Dijo Michael. - Solo que necesito un cigarrillo. - Agregó quejoso.

- Puedo traerte uno si quieres.

- No puedo levantarme y no tengo permitido fumar en la habitación. Regla que me dieron a entender miles de veces todo el tiempo. - Dijo.

- ¿Que puedo hacer entonces? - Sonaba como si estuviera muriendo por hacerle un favor a Michael.

Michael se volteó con los esfuerzos que pudo dar, tampoco podía hacer nada. Sus ojos verdes se enfocaron en mi.

- Quiero que te quedes conmigo. - Soltó.

- Am..está bien. Lo haré. - Dije y sonreí.

- Sé que esto podría ser un poco incómodo pero, ¿puedes ayudarme a dormir? Odio esto de estar muriendo de sueño y no poder dormir.

- Claro, es algo que me pasa siempre. - Expresé. - ¿Cómo puedo ayudarte?

Michael se movió un poco y me hizo un espacio en su cama. Tranquilamente pude haberme atragantado con mi propia lengua del gesto que hizo Michael hacia mi. ¿Dormir con el en su cama? No lo veía malo, pero por Dios, Luke, piensa en algo, no puedo dejar que esto me pase. ¿Dónde está mi bote de basura para desechar todos estos sentimientos? Ay por Dios. Michael me vuelve loco y no quería hacerlo obvio.

- ¿Te acostarás o qué? - Preguntó Michael interrumpiendo mis pensamientos.

Me disculpé y me levanté, me acosté a su lado. Parecía un maniquí de lo tiezo que estaba. No era porque me sintiera incómodo ni porque no me gustara ese momento. Solo que veo esto tan imposible de que me esté pasando.

- Todo esto es tan estúpido. - Dijo Michael. - Estoy harto, Luke. Harto. Tu debes sentir lo mismo, eso que tu llevas aqui a penas 5 meses.

- Lo siento como si fueran 10 años. - Expresé.

- Yo ni te cuento. - Me dijo, luego me miró. - Vámonos de aquí.

- ¿Qué? - Dije, no creí que hablara en serio.

- Si. Vámonos, quiero irme, escapemos de aquí. Siempre quise conocer el resto de la ciudad, jamás me tomé el tiempo de recorrer otros lugares.

- Michael, no lo sé, es muy arriesgado. No quiero más problemas.

- Vamos, Luke. Nadie tiene porque saberlo, será nuestro secreto.

Una imagen borrosa se me vino a la cabeza cuando Michael dijo "será nuestro secreto", traté de solamente ignorarlo. Suspiré.

- Voy contigo entonces.

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holezz. les agradecería xmil (ahre) que si la historia les va gustando que me apoyen presionando el botoncito de la estrellita <3 graciass