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Mis ojos están más que hinchados. Había soñado con ese acontecimiento nuevamente. No podía quitarme la voz de la señorita Smithson diciendo que dejara de tener miedo. Diciendo que no llore más. Luke Hemmings, lamento informarte que eres un imbécil y todo lo arruinas. TODO. Arruinas a tu familia, arruinas tu amistad, arruinas tu vida. Estás en un puto psiquiátrico por culpa de tus inmaduros actos.

No podía dejar de culparme por todo. No debería parar, era mi culpa después de todo.

Escuché que por lo lejos alguien llamaba a mi nombre. No lo podía ver. Pero lo oía.

Desperté sintiéndome cegado por la luz de la habitación, tardé como dos minutos en poder abrir los ojos completamente y reaccionar ante la situación. Lo único que sentía era una horrible jaqueca.

Vi a Michael sentado a mi lado observándome de cerca para revisar si estaba bien.

- Amigo. Que susto nos diste. - Dijo el.

- ¿Qué mierda ocurrió? - Pregunté. No tenía idea de como llegué a parar en mi habitación.

- Te pasaste de copas, literalmente. - Dijo Michael sonriendo. - Te admiro, te bajaste tu solo la botella de whisky.

¿Me embriagué? Jamás en mi vida lo había hecho.

- ¿En serio? Ay Dios. - Dije apenado. Tenía en cuenta que si probablemente me puse ebrio podría haber hablado de cualquier estupidez.

- Eres literalmente un loco. Tienes suerte que pudimos rescatarte antes de que Julie se de cuenta de que no estábamos.

Me senté en la cama frotando con cuidado mis ojos, hasta yo sentía mi aroma a alcohol. Vi la hora y el reloj marcaban las nueve de la mañana.

- Deberías darte una ducha. La doctora Davis dijo que hoy nos sacaría a pasear como perros. Iremos a la cafetería que queda a unas calles de aquí, divertidísimo. - Dijo Michael y salió de mi habitación.

Tomé unas toallas y algo de ropa, fui al baño y agradecí como nunca que no hubiera nadie, me duché rápido con agua fría para despertarme un poco más.

No todos quisieron ir a salir a tomar un café, gran mayoría decidió quedarse pero lo bueno de todo esto es que los primeros en querer salir de ahí eran Aaron, Chester, Zac y obviamente Michael. No era lejos, literalmente quedaban a unas calles así que fuimos caminando.

Al llegar al lugar, que a mi gusto era muy rústico y agradable, cada quien se sentó con quien quisiera, Aaron fue a sentarse en una mesa para dos con Zac y yo me fui con Chester y Michael a una mesa que tenían sillones de los dos lados de la mesa.

Me había cansado un poco de beber siempre el mismo café así que por desición de querer otra cosa, pedí un capuccino. Michael pidió solo un café con un poco de leche y Chester solo quiso un té.

Al llegar las órdenes, todos nos dispusimos a tomar nuestras bebidas. No me había percatado de que el lugar era bastante grande, tenía dos pisos. Como estaba sentado solo de mi lado, podía ver quien estaba sentado detrás de Michael y Chester. Me atraganté con mi capuccino cuando reconocí un rostro, fue demasiado tarde para captar que el me había reconocido también.

Era Rob, el ex de Jenna. Si mal no recuerdo, hay un conflicto entre el y yo, que sinceramente el mismo se lo creó. Hace dos meses casi recibo una golpiza por ese idiota porque según el, Jenna lo dejó porque yo me acosté con ella, cosa que jamás pasó.

Se me hizo un nudo en el estómago cuando lo vi levantarse de su asiento y acercarse a donde estaba yo. No entendía porque estaba aquí, justamente en una cafetería del otro lado de la ciudad.

- Al fin te veo y no estás con la otra malagradecida. - Dijo el con un tono frío, Michael y Chester solo lo observaron con seriedad y confusión.

- Rob, por favor. Ya deja de joder, por cierto, no te refieras así de Jenna. Es una estúpidez lo que estás haciendo. - Contesté. No lo niego, moría de miedo, pero intentaba mantenerme firme.

- ¿Si sabes que quiero aprovechar esta oportunidad? Mereces estar más que muerto por acostarte con ella. Me parece perfecto que no estés bien, ya muérete de una vez, le harás un favor a todo el mundo.

Ante ese comentario me quedé helado, y solo bajé la mirada, el solo rió.

- Disculpa. Hola, soy Michael. - Le dijo a Rob con tranquilidad. - No es por nada, pero yo que tu dejaría de joder.

- No le tengo miedo a ese marica, el debería temerme a mi, debí haberlo matado aquella vez. - Respondió.

- No lo dije por el. Me refiero a mi. Creo que entiendo la situación y si tu novia o lo que sea, quiso tener sexo con Luke y engañarte fue por una razón, y deberías agradecerle porque aunque sea el seguramente la complació demasiado. - Dijo Michael, sonriendo.

El enojo de Rob se podía notar a kilómetros, así que éste tomó a Michael por el cuello de su camiseta. Michael solo lo miró con tranquilidad.

- Adelante, hazlo. ¿Te atreverías a herir a un enfermo mental? Tu no me conoces y tampoco conoces que reacción yo puedo tener. Tranquilamente puedo sacar una navaja o incluso romper esta taza y clavar una de las partes en tu puta yugular. No tengo problema de asesinar de nuevo. Tu dime que prefieres.

Cuando Michael dijo eso, la cara de Rob cambió totalmente y lo soltó de a poco. Me echó una mirada que tranquilamente podría haberme asesinado y solo se fué.

- De verdad, muchas gracias. - Le dije a Michael.

El solo me guiñó un ojo y sonrió.

- Debes aprender a no tener miedo, tu eres más fuerte. A simple vista se ve que el no es capaz de hacer algo para lastimarte, es un débil.

- Respecto a lo que dijiste...

- Luke. - Me interrumpió. - Yo jamás maté a nadie, solo lo dije para asustarlo, ¿Si?

Solo asentí.

No conocía a Michael casi nada, pero de verdad significó mucho lo que acabó de hacer, si hubiera estado solo probablemente me hubiera dado un paro cardíaco del susto que tenía. ¿Se podría decir que...con Michael me siento a salvo?

stay alive, for me; mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora