CAPÍTULO OCTAVO

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¿Has oído hablar de las relaciones abiertas?

   Esa frase no dejaba de retumbar en la cabeza de Even. Relaciones abiertas. Si no pensaba mal, y estaba seguro de que no, las relaciones abiertas eran esas en las cuales tú estás con una persona, pero a la vez puedes liarte y acostaste con quien te de la gana, al igual que tu pareja. En otras palabras, la peor decisión del mundo.

-¿No irás en serio, verdad? -preguntó Even tras meditar unos segundos.

-¿Por qué no iba a ir en serio...?

   La cara de tranquilidad de Isak produjo al otro muchacho asombro ¿Desde cuándo era tan abierto y se la sudaban tanto las cosas? Es decir, no hacía ni un mes que habían cortado; bueno, si se puede llamar cortado. No hacía ni un mes que se habían dado ese estúpido tiempo, y ahora Isak le estaba diciendo que si le apetecía estar con él y con cualquier otra persona a la vez. Genial. El corazón de Even ya estaba prácticamente en la basura.

-¿Que por qué no ibas a ir en serio? -empezó a decir Even. Se estaba empezando a poner nervioso, así que se levantó del sofá, ante la mirada atenta de Isak. -Porque hace nada estábamos juntos y, creo, felices. No nos importaba prácticamente nada más que vernos y estar juntos. Solo nosotros. Y después de que pasara lo que pasó, te pusiste demasiado raro y me pediste tiempo. Bien. Hasta ahí bien, todo normal, relativamente. -el chico paró para coger aire. Necesitaba desahogarse, y lo estaba haciendo la mar de bien. -Te concedí ese puto tiempo, pero, ¿qué pasó a los pocos días? Ah sí, que estabas ligando con una chica en mi cara ¿Cómo crees que me sentó eso, Isak?

   El chico, que había estado pendiente de todo lo que había dicho Even, bajó la mirada. Volvía a ser uno de esos momentos en los que la tensión podía cortarse.

   Al ver que Isak no decía nada y se limitaba a estar con la cabeza gacha, continuó con su discurso:

-Como un abismo. Fue como que estaba caminando por el colegio tranquilo, como siempre, pero cuando te vi hablando con ella... -Even sintió que iba a llorar, pero sinceramente, le dio igual. -Cuando te vi hablando con ella fue como si me cayera en el más profundo abismo, del que no iba a poder salir nunca, y del que no quería salir.

   En ese momento, Isak miró a Even. Estaba llorando. Los dos estaban llorando.

-Even, no digas eso, yo...

-No, Isak. -le interrumpió el otro chico. -Sabes perfectamente que te amo, y lo sabias en el momento en el que estabas flirteando con Emma, al igual que lo sabias cuando te liaste con ella. Mi pregunta es, ¿por qué lo hiciste si no sientes nada por ella?

   Hubo unos minutos de silencio. Even sacó de su chaqueta un cigarrillo y lo encendió. Sabía que no debía, pero lo necesitaba. Estaba bastante nervioso.

   Cuando iba a repetirle la pregunta, Isak habló.

-Porque quería volver a la normalidad. -este miró a Even, llorando. -Noté como la gente nos miraba, Even. No sé si es porque les damos asco, les parecemos la pareja más mona del mundo, o simplemente nos miran porque pasamos frente a ellos. Pero joder, necesitaba volver a ser como mis amigos, necesitaba ver si podía ser como ellos; si podía gustarme alguna chica.

   Even estaba boquiabierto. Había pasado de estar terriblemente nervioso, a estar pasivo y ausente. Realmente pensaba que Isak ya había pasado la fase de aceptarse a él mismo. De aceptar que le gustaban los chicos. Después de todo lo que habían luchado para estar juntos, pensaba que tenía claro que le amaba.

-Isak, ¿eres consiente de que eres gay...? -preguntó él un poco temeroso de la respuesta.

-Joder, pues claro que soy consciente de eso; pero no puedo evitar pensar que soy diferente. De que no me atraen esas chicas que bailan en la escuela. O simplemente que tengo que mirar hacia otro lado en los vestuarios para que los chicos no se sientan incómodos y no se piensen que me voy a empalmar solo de verles la cara.

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