CAPÍTULO DÉCIMO

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-Joder, ¿no sabéis que puede entrar cualquier persona a las aulas?

Even quería que se lo tragara la tierra. Si le preguntaran cuales habían sido los momentos más incómodos y vergonzosos de su vida, sin duda este estaría en el ranking de los cinco primeros. Este momento. Cuando las cosas con su novio se estaban empezando a poner... ¿cómo decirlo? Calientes. Muy calientes. Tan calientes que Even estaba sudando. ¿En qué momento había empezado a sudar? La verdad es que eso ahora no importaba. Lo realmente importante ahora mismo era que los habían pillado... intimando.

-Nosotros... -empezó a decir Isak sin saber muy bien qué decir. -Lo siento, pensamos que como la gente estaba...

-Que como la gente estaba en el descanso nadie subiría a las aulas. Claro. -respondió Noora.

Sí. Era Noora la persona que les había pillado; muy irónico la verdad, dado que ella se metía en las aulas a liarse con William y nadie les pillaba. Solo les podía pasar a ellos, porque su suerte era prácticamente inexistente.

-Ya nos vamos. -dijo Even agarrando la mano de su novio y caminando hacia la salida. -Lo sentimos Noora, creo que ha sido un momento bastante desagradable para todos.

-Y que lo digas. Ahora ya no subiré nunca más a repasar los exámenes. -dijo ella con una sonrisa.

Ambos chicos rieron, y cuando estaban a punto de salir, la chica les dijo:

-¡Por cierto! Me alegro de que estéis juntos otra vez, ya tocaba.

Les guiñó un ojo y ellos se miraron. Sí, la verdad es que ya tocaba estar juntos otra vez. Habían sido días complicados.

Salieron del aula y continuaron andando por los pasillos. En silencio. Sin articular palabra. Ambos estaban bastante avergonzados por lo que acababa de pasar.

-Es tu culpa. -dijo Isak cortando en silencio.

-¿Perdona? -le respondió Even atónito. -¡Fuiste tú quien empezó con los tocamientos!

-No lo decía en plan mal, tonto. -se paró en medio del pasillo, acercándose mucho a su novio, acariciándose mutuamente las narices, ese gesto que hacían siempre antes de besarse. Even sonrió. -Lo digo porque eres demasiado guapo e irresistible como para no besarte en cualquier parte del mundo.

-¿Ah sí? -Isak asintió ante la pregunta de su chico. -Pues ahora mismo no me estás besando.

Y en menos de tres segundos el chico acercó su boca a la de Even, pero este la apartó, haciéndole la cobra. Isak se quedó asombrado, con la boca abierta, ante este gesto. ¿En serio su novio le había hecho una cobra?

-Ya sabes que me gusta hacerte sufrir un poquito. -le dijo Even guiñándole un ojo y comenzando a andar por el pasillo.

-Eres un hijo de puta. -le dijo Isak riendo. -¿A dónde vas, por cierto?

-A clase. La campana sonará en seguida. -le respondió Even sonriéndole.

Cuando parecía que Isak iba a decirle algo, la nombrada campana sonó, produciendo risas en ambos chicos.

-¡Te lo dije! -dijo el mayor subiendo las escaleras y mandándole un beso a su novio.

El resto del día transcurrió sin sobresaltos. Todo fueron clases aburridas y sin nada de contenido, en las que Even solamente podía pensar en Isak. En sus besos. En sus caricias. En el momento tan embarazoso que había tenido lugar hacía unas horas en el aula. Un momento bochornoso, sí, pero un momento de amor entre ambos.

Lo cierto es que hasta ese momento no se había dado cuenta de cuánto había echado de menos a Isak. Cuánto había necesitado sus caricias de nuevo. Caricias. En ese momento, sin saber por qué, le vino a la mente la imagen de Eva. Eva. Al lado suyo. En la cama.

En seguida retiró los pensamientos de su mente, ¿por qué estaba pensando eso así de repente? Seguramente porque fue un hecho que le preocupó bastante. Solo por eso... ¿verdad?

Cuando el colegio acabó, Even recogió rápidamente y salió del recinto, dispuesto a esperar a Isak para irse juntos. Cuando vio que salieron sus amigos pero no estaba él, decidió preguntarles.

-Hey, chicos.

-Even, ¡hola! -le dijo Jonas chocándole la mano.

-¿Isak ha salido ya o...?

-¡Oh, cierto! -empezó a decir Magnus. -Me dijo que te dijera que se tenía que ir antes por no se qué de sus padres. Que no le esperaras.

Even no pudo evitar decepcionarse un poco. Él quería pasar el mayor tiempo posible con Isak.

-De acuerdo chicos, gracias. -les dijo él antes de irse.

Cuando obtuvo un "de nada tío" por parte de Magnus, comenzó a irse hacia la famosa parada del autobús. Pero antes de eso, Jonas le dijo:

-Oye, por cierto... Me alegro mucho que las cosas ya se hayan arreglado entre vosotros, de verdad.

Even se sintió muy feliz. Dos personas en un día le habían dicho que se alegraban de su relación. Eso eran muchos puntos a favor. Significaba que no mucha gente les miraba porque les daba asco ver a dos chicos juntos, como pensaba Isak, sino porque eran una gran pareja. La mejor pareja.

Cuando llegó a su casa, Even hizo lo de siempre: deberes aburridos, estudiar materias aburridas y hacer trabajos para subir nota aburridos. Cuando por fin hubo acabado se metió al instagram a dar likes. Y allí estaba otra vez.

Vio una foto de Eva con Noora y Sana, la cual había subido hacía una hora, y tenía el mensaje de "me & my girls". Sin poder evitarlo, Even miró la fotografía durante unos minutos, examinando la cara de las tres chicas, pero en especial, la de Eva.

En cuanto fue consciente de ello, cerró instagram para olvidarse de la chica. Simplemente le cae bien, y es amiga de Isak. No hay absolutamente nada más.

Estoy con Isak. Por fin estoy con Isak otra vez. Le amo y él me ama a mí. -se dijo Even.

Cuando se autoconvenció de la situación, se metió en WhatsApp para responder los mensajes que no había respondido durante toda la tarde. Había mensajes del grupo de sus amigos, de Isak y de un número desconocido.

Even no le dio mucha importancia y abrió primero el chat de sus amigos, los cuales hablaban de cosas de clase y chicas. Nada importante.

A continuación, con una sonrisa, abrió el mensaje de Isak, en el cual se leía un:

"Heeey!! Siento no haberte esperado a la salida, tenía reunión familiar de mierda. Compensamos mañana al salir de clase con un paseo o algo? ;)"

Even sonrió ante la ternura de su novio, y, tras contestarle con un "No hay nada que me apetezca más", miró la foto del chat desconocido antes de abrirlo.

Vio a una chica rubia, con el pelo corto. La foto estaba echa a modo de selfie, por lo que Even pudo ver el fondo de la habitación. La reconocía. Era su casa.

Sonja. Pensaba que era imposible que le mandara mensajes, que estaba bloqueada de todas sus redes. Aún así, abrió el chat para ver qué decía, y no le gustó nada lo que vio.

"Hola Even, ¿podemos hablar?"

Esas cuatro pequeñas palabras, podían desencadenar algo muy grande.

STATICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora