Bonnie observó con total tranquilidad la fecha en su calendario. Era un glorioso y soleado sábado. ¡Soleado en Londres! eso sí que era un milagro. Cuando se levantó deseó salir a correr, tirarse por las pequeñas colinas de algún parque. Hacer algo. Pero sus sueños habían quedado destruidos cuando Caroline le explicó que tendrían visitas. Un primo lejano de Harry se quedaría por unas semanas en la casa y tenían planeado resivirlo como un rey. O eso pensaba Bonnie, pues la casa estaba repleta de sirvientes corriendo de un lado a otro. Arreglaban el comedor, la sala y la cocina al mismo tiempo. Como pequeñas hormigas.
Soltó un suspiro, aburrida de estar tirada ensima de la cama y se levantó de un saltito. Cogió su Ipod, lo puso a todo volumen y bajó las escaleras. Según Caroline tenía que estar lista a las siete en punto, pero apenas eran las cuatro de la tarde, así que tenía tiempo por delante.- ¡Hola, lulú! -Se asomó por la cocina, saludando con una mano- ¿Ocupada?
- Mucho -La mucama movió algún plato de comida y la miró- ¿Se le ofrece algo, señorita?
- Bonnie, te dije que me llamaras así. -Se mordisqueó el labio y asintió- ¿Te queda pie de limón?Lulú sonrió y le indicó que en la nevera principal había un pedazo restante. Bonnie corrió hacia allí, sacó el pedazo y se lo sirvió antes de lanzarle un rápido beso volador a Lulú y murmurar un "¡Eres un sol!". No había comido nada y estaba muerta del hambre, pero algo le decia que en aquella bienvenida comería hasta más no poder, así que se conformó con el pie.
Caminó hasta el jardín y se alegró al ver que al menos en esa parte de la casa no había ningún ajetreo. Se dejó caer sobre el cesped, se descalzó las sandalias y se propuso comer el pie de limón.
- Pensé que tendría un día tranquilo.
La voz de Harry la sorprendió y estuvo a punto de tirar el pié al cesped. Se giró para verlo y se encontró con la ya familiar figura de él vestido con traje elegante. Le hizo una mueca y se metió el primer pedazo a la boca. Sabía a cielo. Tragó y se lamió los labios.
- Lamento arruinar tus expectativas, Harold. -Bonnie estiró la mano y señaló el puesto a un costado de ella- ¿Te quieres sentar?
- No. -El castaño se movió y se colocó a su lado, pero no se sentó- ¿Está bueno? -Preguntó, mirándola de reojo.
- ¿El pié? Sí. -Dijo antes de meterse otro pedazo a la boca- Pero de ésto no te doy. Es mío.Bonnie se rió suavemente y volvió a probar bocado. Se sentía libre y tranquila comiendo debajo del leve sol de Londres. Por otro lado Harry se quedó callado unos segundos, vacilando la mirada entre la peliazul y la piscina del jardín hasta que porfín carraspeó la garganta.
- Tranquila; no quiero nada de tu pié. -Soltó una risa tranquila y ladeó la cabeza- Levantate, por favor.
Sabía que había dicho "Por favor" pero Bonnie reconoció el tono duro debajo de sus palabras. Negó con la cabeza, moviendo el cabello azul y estiró las piernas sobre el cesped.
- No quiero. Aquí estoy cómoda. -Comentó, sonriendole de oreja a oreja.
- Vale, quedate sentada. -Le hizo un gesto de poca importancia y alzó la voz notoriamente- Pero sí hablo muy alto sobre la academia de arte...Bonnie se levantó de un salto, tirándo el poquito de pié al suelo y le tapó la boca con la mano en menos de cuatro segundos. Los ojos de ella centellaban, entre temor y adrenalina, y los de él, por el contrario, expresaban risa. ¡Risa!
- Shh. Rayos, Harry. -Bonnie soltó un suspiro y le quitó la mano- ¿Qué te sucede? es nuestro... Secreto.
Era la primera vez que Bonnie decia su nombre sin ningún tipo de entonación cómica o exagerada y a Harry le encantó como sonó su nombre dicho por ella. Se encogió de hombros y, sin embargo, le sonrió.
- Lo sé. Fuiste tu la que me obligaste a subir la voz -Se pasó la mano por el cabello castaño y la miró directo a los ojos- Bonnie, no quiero que te separes de mi en la cena de hoy.
- ¿QUÉ, por qué? -Le soltó la peliazul, pero él ni se inmutó- Harry, no puedo estar quieta, no puedo...
- Mira, Hippie. -Bonnie se calló y él siguió hablando con total tranquilidad- Mi primo no me agrada precesisamente, y solo quiero evitar que me hable, o tener que hablarle. Y sí estoy contigo toda la noche, me dejará en paz. Además -Agregó- Puede que abra la boca si no lo haces.Bonnie lo miró, debatiendose entre pegarle o no. Por una parte le dolía; no, le daba pena, la soledad de Harry y por otra pensaba que se la merecía. Sin embargo, le sonrió con ganas.
- Di "Por favor" -Le sonrió, moviendo la cabellera azul- Vamos, Harry. Solo un lindo "Por favor"
Harry la miró, tensando la mandibula. Ella estaba jugando su juego. Suspiró suavemente, Bonnie le parecía cada vez más enigmatica y... Atrayente. Se acercó un poco más a ella y le clavó la mirada.
- Por favor. -Murmuro. Pero fue lo suficientemente alto para que ella lo escuchara.
- Bien. ¡Que lindo hablar contigo, Harry!
Algo no encajaba en ella. Sentía como si algo simplemente no estuviera bien, como sí un par de ojos la estuvieran viendo desde el techo de la habitación; y eso no le gustaba en absoluto. Se miró una vez más en el espejo y sintió deseos interminables de salir corriendo de allí, pero las manos frías de Caroline en sus hombros la obligaban a estarse quieta.- Mirate, estás hecha una princesa -Caroline la rodeó, mirandola desde todos los ángulos posibles- Sabia que éste vestido te quedaría a la perfección. ¿No es así, Lulú?
La mucama levantó la vista, encontrándose con la figura de Bonnie frente al espejo principal de la habitación. La peliazul la miró, rogándole que dijera o hiciera algo al respecto, pero Lulú se limitó a asentir con la cabeza.
- Se ve hermosa. -Le dedicó una sonrisa rápida a Bonnie y terminó de tender la cama- ¿Algo más que necesite, señora Caroline?
- Oh, sí. -Se volteó hacia Bonnie y sonrió como si viera a un trofeo- Bien, linda. Está abajo en veinte minutos, ¿Si?. Ahora lulú vamos, necesito que me ayudes con unas cosas abajo.Bonnie escuchó la puerta de su habitación semi-permanente cerrarse detrás de ella y regresó la vista lentamente al espejo. La chica que le devolvía la mirada no se parecía en absoluto a ella. Su cabello azúl estaba recogido en un moño demásiado alto y apretado, que estaba segura inpedía a que sus ideas fluyeran naturalmente. De sus orejas un par de argollas del tamaño de un brazalete le colgaban hasta la mitad del cuello, su maquillaje era demásiado y, para terminar las cosas, su vestido le hacía parecer de cuarenta años. Era un vestido verde, con tiras finas, largo hasta los pies y un ceñido en la cintura que no la favorecía. Sentía que estaba viendo a una completa extraña, no a ella misma.
Ladeó la cabeza y agarró entre sus dedos la parte baja del vestido, moviendola suavemente.- Oh, es un gusto conocerla, señorita. Sí, sí un total placer.
Se movió de un lado al otro de la habitación, imitándo con exageración el acento británico. Intentó divertirse, pero terminó por tumbarse sobre la cama recién hecha y soltó un grito al techo vacio. Tenía que hacer algo con respecto a su vestido, o terminaría llorando en medio de la cena. No le gustaba ser alguien que no era; no podía.
Observó su reflejo con tranquilidad unos minutos después. Quizás, si la fotografía no funcionaba, se podría dedicar a ser sastre a medio tiempo. Se soltó el cabello como último toque final a su nuevo vestuario y sintió como su cabeza le agradecía el gesto. Ahora sí se parecia a ella. Había logrado cortar con cuidado las tiras del vestido, haciendolo ahora uno strapless, así como también se deshizo del ceñido. Se había quitado todo el maquillaje del rostro y en cambio se colocó un labial sencillo y rubor. Además de que reemplazó las argollas por sus zarcillos preferidos; unas lindas plumas falsas de pavo real.- Estás lista, Bonnie-Se dijo a si misma antes de darse la vuelta.
Corrió hacia la pequeña mesita centrada en el medio del cuarto y cogió su cámara. Tomó una rápida foto de la habitación; la cual había quedado hecha un desastre después que se vistió y porfin salió de su pequeño refugio en una casa tan grande como aquella.
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Hippie in troubles. [Harry Styles fanfic]
FanficSus padres querían que ella estudiara Diplomacia; ella quería estudiar Artes. Sus padres estaban hartos de sus excentricidades, ella solo quería descubrir el mundo. En un último intento de hacerla razonar, la envían al otro lado del mundo a la mejor...