Un alma pisoteada.

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Harry había pasado los dos últimos días escondido en su departamento o la oficina. No se había visto ni rastro de él por la casa desde el día de la fiesta. Bonnie se negó rotundamente a llamarlo o siquiera preguntar por el en la oficina. Ya no era su turno de hacer las cosas bien, de disculparse, era el turno de Harry. Lo cierto es que ella tampoco estaba muy ocupada que se dijera. No tendría nada importante que hacer hasta el martes de la semana entrante, cuando se daría el acto oficial de graduación en el Instituto de Artes. Y eso no la tenía precisamente emocionada. Por una parte sí quería recibir su pequeño y bonito diploma, pero por el otro quería aferrarse al tiempo tan maravilloso que pasó ahí.
Pero ya se preocuparía por eso el martes. Se había prometido a si misma pasar el viernes por la noche sin preocupaciones, relajada, y más importante; sin ocupar su atolondrada mente en cosas que le entristecieran el alma.

- Hola, Lulú.
- Señorita Bonnie, ¿Quiere algo de almorzar?

Ella negó con la cabeza y ocupó su sitio favorito en toda la cocina: la encimera de la barra. Movió su piernas sobre el suelo, balanceándolas en el aire y se giró un poco para poder ver a Lulú.

- No gracias, Lu. Vine para avisarte que saldré un rato. -Comentó, jugando con un mechón de cabello rosado.
- ¿Saldrá con el señor Harry? -Lulú preguntó aquello con total inocencia, sin embargo a ella le dolió.
- Em, no. -Sonrió lo mejor que pudo y ladeó la cabeza- Saldré con unos amigos al cine y luego caminaremos la ciudad.
- Está bien. Salga y diviértase un rato, últimamente la he visto con ojos apagados, señorita. Quizás ésta casa ya le está chupando la energía.

La pelirosa se le quedó viendo con ojos vacuos a la mucama. De repente se acordó que Charles dijo algo bastante parecido el día en que la recogió del aeropuerto. Se perdió vagamente en sus pensamientos, recalcando esas palabras una y otra vez. Era la primera vez que alguien le decía que sus ojos castaños eran apagados, pues por el contrario, solían expresar perfectamente bien lo que Bonnie sentía las veinticuatro horas del día. Un escalofrío le recorrió la espina dorsal al pensar, siquiera por dos minutos, que toda aquella aventura le estaba succionando el alma. Negó fuertemente con la cabeza al tiempo que bajó de un salto la barra de la cocina.

- Tengo suficiente energía para cuarenta casas como ésta. ¡Te lo aseguro, Lulú! -Envolvió a la mucama en un fuerte abrazo por unos segundos y la soltó- ¡No me esperes despierta!

Bonnie se adentró en su habitación, colocó el Ipod en las cornetas y subió el volumen al máximo. Eran las cuatro de la tarde, y no había nadie más que ella, Lulú y Charles en la casa, lo que significaba que no molestaba a nadie con su música. La canción I'm yours invadió la habitación al tiempo que ella bailaba levemente, moviéndose de un lado a otro hasta llegar al armario. Sacó uno de sus jeans favoritos, una linda pieza que le quedaba lo suficientemente ajustado para estar a la moda y suficientemente suelto para no dejarla sin respiración. También extrajo del armario un top azul claro junto a una camisa blanca sin mangas y por último sus sandalias blancas. Se metió en la ducha al suave ritmo de Princess of China de Coldplay. Esa era su manera de despegar los pensamientos negativos de su cabeza: Escuchando música. Había algo mágico en la música, en su música, que la transportaba a todo tipo de escenarios inimaginables. Podía ser quien ella quisiera, estar donde ella le provocara con solo escuchar un par de canciones. Terminó de ducharse y se vistió lo más deprisa que pudo. Se suponía que vendrían por ella a las cinco y solo faltaban veinte para que diera la hora.
Cuando estuvo vestida corrió hasta el espejo del tocador. Se dejó el cabello pelirosa suelto en las ondas naturales de su cabello sin secar, se colocó un par de aretes con plumas y cogió su bolso preferido. Su celular vibró dentro de su cartera, lo sacó y leyó el mensaje.

Hola coca-cola. Es Cat. Catherine, tu amiga, tu compañera... Bueno soy yo. Ah y aquí a mi lado está Niall. Baja pequeña saltamontes. Estamos esperándote con el motor encendido y gastando gasolina. ¡Muévete! Besos y abrazos, Cat.

Hippie in troubles. [Harry Styles fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora