Bonnie terminó de envolver el regalo de Caroline y lo dejó sobre la cama. Había pasado cuarenta minutos en eso, no era que no supiera como rayos envolver un regalo, sino que aquello la mantenía ocupada y no quería dejarlo. Así que se inventaba cualquier excusa para tener que envolver el regalo desde el principio. Pero ya había terminado y nuevamente sus pensamientos se encontraban desatados. Habían pasado dos semanas desde que Harry y ella hablaron. Hicieron un pequeño plan, o más bien él lo hizo, y la dejó casi completamente por fuera. Mientras él iba de un lado de para otro, tratando de resolver lo que Liam intentaba hacer, ella pasó esas dos semanas sin hacer prácticamente nada. Lo cierto es que quiso ayudar más, pero Harry le dijo que no hacia falta, que lo tenía todo bajo control y que le bastaba con que hiciera su mínima parte en plan. Para suerte de ambos, como el castaño había dicho. El cumpleaños de su madre caía a la perfección con su elaborado pero sencillo plan. Como era de esperarse se organizó una fiesta para celebrar el cumpleaños número cuarenta y seis de Caroline, y la casa se empezaba a llenar de invitados vestidos de gala. Ella no era muy fanática de esas fiestas estiradas y aburridas, sin embargo aceptó a colocarse un vestido que Harry le regaló, pues, según él, ayudaba a seguir el plan. Él por otro lado, brillaba por su ausencia, y eso la ponía nerviosa. Lo necesitaba allí para saber si el bendito plan marchaba bien o mal. Pero ya casi era su hora de bajar y no podía postergarlo más.
Bonnie se miró al espejo completo de la habitación y se quedó quieta como un maniquí, observando su figura. Lo cierto es que el vestido era hermoso, era de un color melocotón suave, de un hombro y ceñido a la cintura. Un vestido que daba la impresión de que había sido usado por alguna diosa Griega. Además, combinaba de manera sutil con su cabello rosado, que se encontraba suelto en suaves ondas sobre sus hombros y espalda. No llevaba tacones, gracias a que el vestido rozaba el suelo no necesitaba usar unos, así que optó por ponerse unas sandalias rosadas debajo. Tomó una bocana de aire, miró a su cámara, deseando llevársela consigo escaleras abajo y tomó el regalo entre sus manos, lista para abandonar su habitación. No le sorprendió encontrarse con un montón de personas cuando llegó al piso principal de la casa. Todos los amigos de Caroline estaban allí, vestidos de manera exquisita, elegante, dejando saber sin palabras que eran ricos y no les importaba desperdiciar todo el dinero en ropa carisíma y joyas demasiado ostentosas para ser usadas por una persona cuerda. Ella resaltaba entre el montón gracias a su cabellera rosada, tan distinta del resto. Se paseó por el salón, sonriendo cordialmente a los invitados, ya que no quería se descortés y por fin logró ubicar a la cumpleañera justo en el medio del lugar. Estiró la mano, tocando su hombro y esperó a que terminara de hablar con las dos mujeres con las que charlaba antes de abrazarla con el mayor cariño que podía. Lo cierto es que había cogido cariño por Caroline, a pesar de todo, no era una mujer superficial, era cariñosa, linda, atenta y por si fuera poco, le abrió su casa a ella, a una hippie de California.- ¡Feliz cumpleaños, Caroline! -Se separó de la mujer y le extendió su regalo- Te quiero muchísimo, eres como una segunda madre. Gracias por todo lo que has hecho por mi.
- Oh, linda, cariño, no tenías por que preocuparte por ésto. -Le aseguró, volviendo a abrazarla cuando tomó el regalo en sus manos- Es un placer para mi tenerte aquí.Bonnie sonrió, agradecida por lo que había dicho y dio un pequeño salto de emoción.
- ¡Ábrelo! Espero que te guste. -Dijo, señalando el regalo.
Caroline abrió la envoltura con sumo cuidado y delicadeza, como sí el papel estuviese hecho de oro y sus ojos se iluminaron como ella nunca había visto cuando por fin vio que era su regalo. La pelirosa no se había percatado hasta ese momento que nadie más parecía haber llevado regalo alguno. Quizás allá no era costumbre, o quizás Caroline no le gustaba recibir regalos. Pero por la mirada que le devolvió la madre de Harry, supo que aquel le había llegado al corazón.
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Hippie in troubles. [Harry Styles fanfic]
FanficSus padres querían que ella estudiara Diplomacia; ella quería estudiar Artes. Sus padres estaban hartos de sus excentricidades, ella solo quería descubrir el mundo. En un último intento de hacerla razonar, la envían al otro lado del mundo a la mejor...