Capitulo 2: ¿Quién eres?

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Limpié mis lagrimas y seguí caminando por el centro comercial, las paredes del lugar estaban llenas de grafitis y diversos tipos de pinturas.
Algunas eran fántasticas, algunas carecían de lógica, otras simplemente eran normales, nada del otro mundo.

Entré a lo que parecía ser una sala de bolos, me senté en una de las mesas que habían en el lugar y comencé a contemplar las pinturas que adornaban dicha pared que se encontraba frente a mi. De alguna forma, me hacían sentir relajada después de que hace unos minutos estuve apunto de pelear con mi ser.

—¿Te gustan?— una voz grave me habló, asustandome y sacándome de mis pensamientos.

Di un salto hacia el frente poniéndome de pie y volteé mi rostro hacia el. Era un chico de cabello morado con un toque de azul y unos ojos del mismo color, tenía un arete en una de sus orejas y vestía completamente de negro.

—¿Quién eres?— pregunté frívola.

—Soy Ayato Kirishima— sonrió —¿Cómo te llamas?

—(t/n)_____ Weir— respondí ahora nerviosa.

El soltó una pequeña risa y acitvó su kagune. ¿A caso piensa este egocéntrico bueno para nada que soy humana?

—Un Ukaku, nada mal— me acerqué a su kagune y comencé a observarlo detenidamente. Esta vez estaba siendo sincera con este niñato, espero no subirle su ego con esto.

—Espera tú...— dijo sorprendido.

—También soy un ghoul— acompleté su frase con fastidio.

—Tienes suerte de que no soy un Kakuja— escondió nuevamente su Kagune.

—Qué pena que yo sí lo sea— esta vez fuí yo quien activó su kagune.

El comenzó a retroceder lentamente hasta la puerta, cuándo me percaté de su acción lo notó y se detuvo.

—Tsk, no te haré nada sino me das motivos— oculté mi kagune y sonreí levemente.

Volví a sentarme en la mesa donde anteriormente me encontraba sentada y seguí observando las pinturas. El se sentó junto a mi e hizo lo mismo, nos quedamos así por un largo tiempo. Me sentía tranquila, relajada, desestresada.

—Esto es aburrido, ¿sabes?— interrumpió el silencio.

—Perdón— sonreí —Vayamos a afuera si gustas, Ayato— hablé.

Me sorprendía lo amable que podía llegar a ser con las personas, es tan irónico que con mi familia sea de lo peor y con este chico sea tan dulce cuándo solo conozco su nombre.

—Tengo 18 años, ¿y tú?— me miró mientras caminabamos.

—17— dije mirando al suelo —Eres parte de Agoiri, ¿no es así?— pregunté un tanto nerviosa.

—Sí, así es, ¿tú también lo eres? Disculpa mi ignorancia, pero es un grupo muy grande, nunca terminas de conocerlos a todos— rió.

—No, no lo soy, en realidad nunca pensé en unirme a ningun grupo, desde que escapé del gourmet e vivido con mis hermanos pero siempre trabajo...— tape mi boca al darme cuenta que mencioné el gourmet.

No, no, maldita seas, (t/n)_____.

—¿Estuviste en el gourmet?— preguntó inquieto.

—No me gusta hablar de eso, lamento haberlo mencionado— respondí con un tono de voz más apagado.

—Entiendo, espero que puedas confiar en mi luego, después de todo acabamos de conocernos— rió.

Seguimos caminando bastante entretenidos, hasta que me dí cuenta que estabamos frente a mi hogar y ya estaba oscureciendo. Me detuve y el se percató de eso.

—¿Vives aquí?— dijo observando el lugar.

—S-Sí— respondí un tanto nerviosa.

—Bueno, supongo que nos veremos después (t/n)_____, me gustó mucho conocerte— rascó su nunca nervioso —Yo.. eh... me preguntaba sí tú...

—¡(T/N)_____! ¡(T/N)_____!— los gritos de mi hermana interrumpieron a Ayato. Ella salió corriendo hacia a mi y me abrazó. ESTA IDIOTA NO VIVE HOY.

Mi expresión cambió drásticamente, pude sentir como él me observaba.
Aparté inmediatamente de mi lado a mi hermana.

—Tsk, ¿Qué quieres, mocosa?— la miré desafiante.

—¿Quién es tu amigo? Es muy apuesto— dijo coqueta —¿Tienes novia? Porque yo estoy libre— lo observó seductoramente.

Tomé su blusa bruscamente y la levanté haciendo que me mirara.

—Escuchame, Kira— suspiré tratando de tranquilizarme —Eres mi hermana, pero eso no significa que deba tener un poco de piedad contigo, así que si vas y regresas tu trasero de vuelta a la casa quizá te tenga un poco de consideración antes de arrancar todas tus extremidades— la solté y ella salió corriendo. Mi kakugan se activó inconcientemente.

Ayato trató de aguantar su risa, pero sus intentos fueron fallidos. Lo miré avergonzada y sentí como mis mejillas ardían.

—Eres ghoul de un solo ojo— dijo Ayato un poco confundido.

—Mis padres ambos fueron ghouls, pero por alguna razón, solo Kira obtuvo los dos ojos— respondí con molestia.

—¿Tienes otro hermano?— volvió a preguntar con curiosidad.

—Shiro— susurré —Su nombre es Shiro— levanté la mirada con una sonrisa leve.

Nos miramos por un rato sin decir nada. Realmente sus ojos eran hermosos.

—Kuso ttare— escuché a Shiro quejarse. Lo miré, estaba corriendo tras Kuro, mi escorpión.
Abrí los ojos como plato al darme cuenta que estaba intentando matarlo.

—Detente— hablé —No lo repetiré dos veces— fruncí el ceño.

El me miró.

—Tú maldito animal acaba de picar a Itami— dijo enojado.

—Es totalmente indefenzo, no puede matarla— me agaché y Kuro subió a mi brazo —Y si lo haces, puedes conseguir otro gato igual y fingir que nada pasó.

Ayato comenzó a reir por lo bajo, pero pude escucharlo. Pude sentir que una sonrisa se escapó de mis labios inconscientemente.

—soy Shiro Weir— apareció de repente entre nosotros —Acabas de hacer que (t/n)_____ sonría, ¿hace cuanto la conoces como para hacer eso?— lo fulminó con la mirada.

—Yo la conozco apenas hace..— tapé su boca inmediatamente.

—No tienes por que darle explicaciones— dije y lo miré con enfado —¿Puedes irte? Hablaré contigo después— miré a Shiro.

Asintió no muy conforme y entró a la casa de nuevo.

—Lamento que mis hermanos sean así— me disculpé avergonzada.

—Descuida, me preguntaba si tú quisieras salir conmigo el sábado— sonrió —Me gustaría tener la oportunidad de volver a platicar contigo, ¿qué dices?

—No tengo ningún inconveniente— sonreí ampliamente.

El me abrazó.

—Vendré por ti el sabado a las 7:00, hasta entonces— susurró.

Yo solo asentí con la cabeza y me despedí de el con la mano, observando como se alejaba y se perdía en la distancia.

No me subestimes ➵ ayato kirishima.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora