- ¡Eres un bruja!
- ¡No lo soy!
- Claro que lo eres, eres una bruja por querer embaucar a mi mejor amigo. - me dijo Jorge acusándome.
Nos habíamos devuelvo al día siguiente a Los Angeles y Ruggero había insistido en que debíamos decírselos a nuestros familiares y amigos más cercanos, lo de nuestra boda, así que comenzamos con los de él primero.
- ¡No lo hice, Jorge, por Dios!
- No creo que haya sido idea de Rugge casarse.
- Lo fue. - me tiré a lado de él en el sofá.
- No lo creo, esas ideas son de las mujeres para querer amarrarnos. - lo miré mal y me sonrió. - Sabes que es verdad.
- No lo es.
- La verdad no veo a Rugge en esas de pedirte matrimonio.
- Pues lo hizo.
- ¿Ruggero? - me miró extraño.
- Sí Jorge, Ruggero, tu mejor amigo.
- Tengo que hablar con él para que te pida el divorcio.
- ¡Jorge! - le pegué y él rió burlándose de mí.
- Sabes que te quiero Karol, al menos contigo sí es feliz.
- Intentare hacerlo feliz todo el tiempo posible, Jorge. - le sonreí.
- ¡Eso espero, o si no le digo que te pida el divorcio!
Nos reímos pero de repente escuchamos el grito de Gastón que provenía de la otra habitación.
- ¡¿Que hiciste qué?!
Ruggero había decidido decirle a Gastón y Antonella él solo, me imagino que él sabrá como decirles las cosas.
- Parece que no lo tomó bien.
- Es su carrera Karol. - me dijo Jorge jugando con su celular. - Gastón sabrá si esto le afecta o no y me imagino que si su reacción fue así, quizás esto sí afecta a su carrera.
Me le quedé mirando, no había pensado en eso.
¿Y si ahora la prensa lo ataca por esto?
¿Y si pierde fans por esto?
¿Y lo que hicimos es ilegal?
Oh, sabía que la policía podía meternos a la cárcel por este error, bueno, error no, pues para mí no lo era.
Vi salir a Gastón con la cara completamente roja y sulfurada de la habitación, me miró mal y se fue, después salió Ruggero igual que él, con el mismo aspecto, se me quedó mirando torciendo la boca en un gesto.
- Yo… - trató de hablar. - voy… necesito pensar…. eh… ahorita vengo. - dijo y se fue por la misma puerta en que se fue Gastón, iba a seguirlo para ver si estaba bien pero un brazo me detuvo, miré para atrás y era la que es ahora mi suegra.
- Cariño, déjalo pensar un poco, está de mal humor y puede tratarte mal sin quererlo. - si ella supiera cuantas veces me aguante el mal genio de su hijo y aún peores que el de ahora, pero me importaba, sentía que de alguna forma, yo le hacía bien.
- Pero Anto…
- Déjalo. - suspiré. - Si quiera una media hora y después vas con él. - asentí.
- ¿Qué pasó? - le pregunté ya que ella también estaba adentro con ellos.
- Ven. - me tomó de la mano dirigiéndose al balcón del apartamento, nos sentamos casi una frente a la otra.
- Entonces….
- Como sabrás, por el grito y la cara de Gastón no lo tomó muy bien.
- ¿Por qué?
- Cariño, está en juego su carrera. - mi corazón se encogió por completo. - Y no por el hecho de que haya sido contigo, sino por la situación.
- ¿Cómo así? - la miré extraña, mis ojos se querían llenar de lágrimas, lo que menos quería era acabar con la carrera de mi ídolo y ahora mi esposo.
- Tú sabes como son los estadounidenses con su gobierno, si ellos se enteran de lo que quisieron hacer ustedes pues lógicamente va a haber consecuencias que básicamente afectan la carrera de Ruggero y tú sabes que Gastón como manager le preocupa eso.
- Pero nadie se va a enterar.
- Linda, tu esposo es Ruggero Pasquarelli. - me sonrió algo triste. - El joven de veinticinco años que está en el ojo y expuesto a la fama, en cualquier momento alguien puede divulgarlo y adiós a la carrera de Rugge...
¿Cuando acabarán los problemas?
Últimamente lo único que traigo hacia la vida de Ruggero es malo…
¿Será que esto si fue un error?
-
-
-Bueno, si bien recuerdo por aquí íbamos ¿no?
No recuerdo muy bien, en serio, haha