Lolly sonaba en mi celular y como siempre no sé donde demonios lo había dejado, busqué en todo mi bolso mientras el semáforo estaba en rojo, por fin lo encontré en el fondo de todo el desorden que había en mi bolso.
- ¿Qué haces que no me contestabas? - me dijo en seguida con esa voz seria que tanto le conocía.
- Estaba buscando mi celular.
- ¿Con quién estás?
- ¿Quién habla? ¿Ruggerito celoso Pasquarelli? - le dije jugando con él.
- Karol...
- ¿Por qué andas tan celoso hoy?
- Ya sé que vino Michael.
- ¿Mike?
- No te hagas la boba. - me dijo enojado.
- Es enserio amor, ni siquiera he hablado con él.
- Agustín me dijo que hoy venía otra vez para los Estados Unidos, no me mientas, sé que sabes.
- Ruggero, ya te dije que no sé, primera llamada que recibo.
- Amor...
- Es enserio. - miré que cambió el semáforo. - Déjame buscar el manos libres que voy manejando.
- Está bien. - le escuché decir y metí mi mano en mi bolso buscándolo mientras comenzaba a manejar de nuevo hasta que lo encontré y lo coloqué.
- Listo.
- ¿Por qué eres tan desordenada?
- Así me amas.
- Demasiado. - sonreí. - ¿Dónde estás?
- Voy en camino al apartamento. ¿Tú dónde estás?
- En la disquera con Jorge, ¿quieres venir?
- No, están ocupados.
- No amor, ven y deja de hablar mientras manejas.
- Si no te contesto te molestas.
- Me molestaré más si te accidentas.
- Eres imposible Rugge.
- Lo sé nena, pero así me amas.
- A veces amor, a veces. - le dije y le colgué riéndome… no pasó ni un minuto y me volvió a llamar. - Hola...
- ¡¿Por qué me cuelgas?!
- Me dijiste que no hablara mientras conduzco. - le dije riendo.
- No es gracioso amor.
- Te amo. - sentí su suspiro en la bocina.
- Yo te amo mucho más. - me dijo. - ¿Vas a venir?
- Ya voy en camino.
- Te espero... ¡te amo! - me dijo por último y colgó.
Volví la vista a la carretera y el celular volvió a sonar.
- ¿Qué se te olvidó?
- ¿A mí? Nada. - escuché la voz de Michael.
- ¿Mike?
- Quien más, piojosa.
- ¡No me digas piojosa!
- Lo eres. - me dijo riendo. - ¡Adivina quien está en Estados Unidos!