Tercera Temporada

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- ¡Santiago Pasquarelli!

- ¡Me voy mamá! - me gritó haciendo un puchero, tenía un muñeco de Buzz Lightyear en su manito derecha y en su izquierda una maletita llena de juguetes.

- No te puedes ir de la casa, Santi.

- ¿Por qué no, mami? - soltó sus juguetes y puso sus manitos en su cadera poniendo la misma cara de pocos amigos que ponía Ruggero.

- Tienes cinco años mi amor, estás muy pequeño para irte de la casa.

- ¡No importa! Me voy de casa.

- ¡Santiago!

- ¡Mamá! - bufé. Igual de autoritario que el papá.

- Está bien, vete. - se me quedó mirando frunciendo el ceño, tomó sus juguetes de nuevo y me miró.

- Mamá...

- Te arrepentiste, bebé.

- No, es que no alcanzo la manija de la puerta. - dijo con total seriedad mientras yo traté de aguantar la risa.

- No alcanzas la manija y te quieres ir de la casa. - dije ya sin poder aguantar la risa.

- ¡MAMÁ!

- Ya, ya deja el mal humor pequeñín. - me burlé de él.

- Pero mamá... - y aquí vienen las lágrimas de cocodrilo. - No me digas pequeñín. - en eso se abre la puerta y es Ruggero, se queda viendo la maleta de Santiago, sus lágrimas y luego me mira a mí sin entender.

- ¿Qué pasa aquí? - preguntó algo extrañado.

- Santi se quiere ir de la casa, amor. - él me miró alzando una ceja y yo me encogí de hombros.

- ¿Y por qué te quieres ir de la casa, campeón?

- Porque mamá me dijo que mañana tengo que ir al colegio y yo no quiero.

- ¿Y por qué no quieres?

- Porque mis amigos se burlan de mí. - dijo triste, Ruggero me miró frunciendo el ceño.

- ¿Por qué lo hacen? - le pregunté.

- Porque soy el único que no tiene hermanita. - Ruggero y yo nos miramos sonriendo.

- Amor, pero tener una hermanita no es tan fácil.

- ¿Por qué no? ¡Yo quiero!

- Está bien, dejanoslo en consideración. - dijo Ruggero, Santiago lo miró asintiendo. - ¿Y por eso estabas llorando?

- No.

- ¿Entonces?

- ¡Mamá se estaba burlando de mí! - dijo señalandome con su pequeño dedito, Ruggero me miró mal.

- ¡¿Qué?! - dije riéndome.

- Me dijo pequeñín, papi, solo porque no podía alcanzar la manija de la puerta cuando me iba de la casa. - y ahí fue cuando Ruggero soltó la risa igual que yo, Santiago lloró más corriendo hacia su habitación.

- Somos unos malos padres. - me dijo Ruggero riendo.

- Iré a hablar con él.

- No deja, voy yo.

- Dale. - me levanté para ir a la cocina pero Ruggero me jaló.

- ¿Y mi beso? - dijo sonriendo, lo abracé juntando nuestros labios en un tierno beso.

- ¿Desde cuando te has vuelto tan hermosa? - miró mis ojos.

- No sé, desde que tengo al esposo más hermoso del mundo.

- Estamos algo cursis ¿no crees?

- Te amo. - le dije riendo.

- Yo también te amo. - me soltó. - Voy a hablar con mi hijo.

- ¡Nuestro! - le grité.

- ¡Es mío! - me dijo riendo mientras caminaba hacia la habitación de Santiago.

Estos años han sido algo locos entre tratar de criar a Santiago y también a Ruggero, es como si tuviera dos niños en casa, pero simplemente son lo más hermoso que tengo en mi vida.

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¡Sí hay tercera temporada! 🙌💕

TUYA | segunda y tercera temporada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora