CAPITULO 20

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UNA TERRIBLE VERDAD

Nunca en ese hospital se había suscitado una escena como la que explotó apenas llegó el grupo de hombres altos, demasiado atractivos para mantener la calma entre las mujeres que estaban en el hospital. Cinco hombres desesperados por noticias acerca de la única mujer con el apellido paterno. Demandaban noticias, todos ellos sabían sobre el estado de Win, incluso el patriarca que todavía estaba en shock por la noticia de la inminente maternidad de su pequeña princesa.

- No me importa a quien tenga que traer para darme noticias acerca de mi hija - dijo en un bajo tono amenazante inclinándose hacia la asustar joven recepcionista -. Traiga personalmente a el director de este lugar o al cirujano que atiende a mi hija, ¡Quiero saber como está ella! ¡Quiero que me diga como está mi nieto!

- No hay nadie en este momento que pueda darle información - respondió la joven temblorosa -. No he tenido respuesta, ya he hablado con todo el personal...

- ¡Me importa un pepino! - Exclamó golpeando la barra - ¡Quiero información acerca de mi hija y mi nieto, ahora mismo!

- Señor King voy a tener que pedirle...

La voz del guardia de seguridad fue bajando el tono cuando Frank se irguió tan alto como es y se volvió a mirar al intruso con esos helados ojos azules. Sus cejas blancas se inclinaron.

- ¿Quién mierdas es usted?

- Soy el jefe de seguridad del hospital - le dijo de inmediato con nerviosismo -, usted no puede estar gritando dentro de las instalaciones hay más pacientes.

Frank se inclinó hacia él sin borrar esa expresión helada y casi aterradora.

- Encuentre a alguien que pueda darme información - le ordenó en voz baja implacable -. No voy a detenerme hasta que sepa algo sobre mi hija y mi nieto.

- Voy a hacer lo posible - asintió el hombre transpirando -, por favor ¿Podrían mientras buscó a alguien que pueda informarle esperar en la sala? En silencio, por favor.

- Hagálo pronto o no voy a ser responsable de lo que pasé aquí si tarda demasiado.

Frank se dio la media vuelta en dirección al grupo que formaban sus hijos. Se reunió con ellos y enseguida Dallas rodeó sus hombros buscando calmar el volátil carácter de su padre.

- No te preocupes ellos harán lo posible por Win - suspiró sintiéndose agotado después de dos horas de haber puesto un pie en el edificio -. Vamos a tener noticias pronto.

- Eso espero -, gruñó Frank pasando una mano por su cara -. No soy de los que esperan.

- ¿Has preguntado por Abby? - Cuestionó buscando cambiar un poco el tema.

Los anchos hombros de su padre se tensó. Lo miró apretar los labios y apartarse mientras gruñía furioso.

- Ella está bien - dijo apenas moviendo los labios -, no fue arrojada por su prima al primer auto que pasaba a toda velocidad por la calle. Ella salió ilesa de esto.

- No, pero está devastada por lo que ocurrió - respondió Dallas caminando tras su padre -. Abby no sabia que esto ocurriría.

- ¿No lo sabía eh?- Giró furioso -, ¡Ella sabe que su maldita prima es una loca! ¿Por qué maldita sea la dejó con ella? ¿Por qué permitió que esa hija de perra la arrojara si mi niña está embarazada?

Tres pares de ojos azules muy iguales y unos color miel se posaron en el patriarca antes de que éste desapareciera a grandes zancadas por el pasillo.

- ¿Qué demonios paso?

Ryder se acercó a Dallas dejando una mano sobre su hombro. Dallas suspiró bajando la mirada mientras movía la cabeza.

KING'S SAGA 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora