DESENGAÑO
Anita sostuvo con elegancia su bolso rosado y miró la entrada de Construcciones King; suspiró profundamente antes de dar un paso dentro del edificio. La hora de comer estaba cerca e iba a aprovechar cualquier oportunidad que tuviera para presionar a su esposo.
Frunció los labios al pensar en la situación en la que estaba después de cinco años de separación y tan solo un año como una feliz pareja casada. Al principio le había costado trabajo dejar que Ricky se fuera, pero ella no era una mujer que necesitara un hombre a su lado, era independiente y muy segura de sí misma como para mantenerse atada.
Su carrera como diseñadora de joyería fina era su prioridad por el momento, pero de unos meses hasta ahora una necesidad más la había obligado a buscar a su esposo. Levantó la barbilla; se lo debía, definitivamente.
Se acercó a la recepción. Miró con altivez a la chica tras el escritorio entre un par de teléfonos que sonaban al mismo tiempo.
- ¿La oficina del señor Ricky Morán? - demandó impaciente.
La chica respondió a un llamado haciendo un gesto para que esperara un poco; molesta miró a su alrededor dejando que sus ojos oscuros se posaran en el jardín del patio central del edificio, sus ojos se fueron directo a la planta alta en donde se paseaban algunos trabajadores con carpetas en sus manos; al parecer la actividad de esa parte era mucho más ejecutiva que la de la planta baja.
Haciendo caso omiso de la ordinaria chica fue hacia el elevador que en ese momento se abría dejando paso a un par de bonitas secretarias, corrió apenas entrando en el pequeño espacio al cerrar las puertas. Acomodó su bolso mientras sus ojos mostraban desdén hacia la recepcionista.
No dudó al salir del elevador, fue directamente hasta la oficina de la subdirección, se detuvo en la entrada y miró hacia la sala de espera de blancos sillones de piel y muebles de madera de muy buena calidad. Definitivamente los King tenían clase, no eran sólo unos ricos más en la ciudad. Levantó una bien delineada ceja oscura y dio un paso hacia el interior del lugar continuando hasta la puerta de cristal con un andar elegante.
Una mujer bajita y de cabello rubio se asomó desde la pequeña oficina junto a la subdirección. Al principio hizo un gesto de sorpresa al verla antes de cambiar la expresión a una irritada.
- ¿Busca a alguien?
- Al subdirector - respondió molesta desviando su vista hasta la puerta de cristal que permanecía cerrada -. Es por eso que estoy aquí.
- El señor Morán no se encuentra en estos momentos - le anunció sin ocultar su desagrado.
- Lo esperaré.
- Podía tardar todo el día -. Cruzó los brazos sobre su generoso pecho.
- No importa - respondió soltando su bolso sobre el sillón junto a ella -, me he tomado la tarde para pasarlo con mi esposo. Así que no me importa esperar.
Se sentó acomodando su bolso en su regazo. Buscó en él su móvil y lo encendió empezando de inmediato a mandar algunos mensajes.
Samara apenas pudo moverse después de lo que escuchara. ¿Ella era su esposa? No sabia que Ricky todavía siguiera casado, siempre había creído que él y Win tenían una relación. Empujó su cabeza hacia atrás demostrándole a esa mujer que no le importaba lo que pensara o creyera de ella, cruzó una de sus perfectamente torneadas y larguísimas piernas sobre la otra y se dispuso a esperar, no importaba cuanto.
Samara se aguantó un suspiro hasta que entró a su oficina, Frunció los labios sintiéndose casi intimidada por aquella mujer. Era una belleza espectacular, ahora que lo pensaba, recordaba haberla visto en algunas ocasiones en la sección de sociedad en el periódico, sabia quien era; lo que le sorprendió ya que no tenia el apellido de Ricky. ¿Sería que no quería que nadie supiera que era la esposa de un arquitecto paisajista conocido? O ¿quizá era lo más cómodo para los dos que no se les involucrara?
ESTÁS LEYENDO
KING'S SAGA 2
RomanceLa historia continua. Los hermanos King en busca del amor. Al final todo parece haber salido bien para los dos hermanos mayores De la dinastía King. Con altibajos que amenazan el amor que Parece no dejar de jugar con los sentimientos de Cada uno...