SÓLO UN RESQUICIO
Acomodó su chaqueta de terciopelo rojo sobre sus hombros. Los rizos rubios que le habían llevado mucho más tiempo de lo que hubiese querido mientras se peinaba frente a el espejo del baño se movieron con gracia alrededor de su perfectamente rostro maquillado. Esa mañana tenia una reunión con su jefa y algunos de los participantes de la gala navideña de la fundación que se acercaba con demasiada rapidez.
Sacó el pequeño espejo labrado en plata de su bolso y le dio un retoque a sus labios con el carmín del pequeño tubo metálico. Una leve sonrisa apareció al notar que estaban perfectos, justo como a ella le gustaba y por un momento la imagen de su rostro fue inspeccionada con ojos verde esmeralda clínicos, buscando algunos signos de la edad.
¡Maldición! ¡Esto no debía estar pasando! No debía preocuparse por esas tonterías, no es que fuera demasiado obsesiva con su apariencia, ella creía que se cuidaba como cualquier mujer lo haría sólo que ahora había cumplido veintinueve años y sentía que la edad estaba pesando en ella.
Lanzó un suspiro y guardó el espejo. Sostuvo su bolso y salió del baño de la oficina sintiéndose lista para iniciar con su trabajo. Un leve cosquilleo recorrió su cuerpo mientras pensaba en la reunión y el joven rubio que estaría esa mañana en la misma habitación que ella.
*
Dallas apartó el largo flequillo de sus ojos y miró a la chica que estaba sentada a su lado en la camioneta que les llevaba hasta la fundación para la reunión antes de la noche de gala navideña que se hacia cada año en la fundación que su madrastra dirigía.
Los ojos avellana de la castaña le sonrieron coquetos mientras se inclinaba hacia él buscando la manera de tocarlo. Desde que se habían visto en la mañana Lily se había mostrado dispuesta coqueteando con él descaradamente. Había intentado mantenerse alejado de ella, pero la hermosa joven no parecía percatarse de ello.
Apartó la mirada de ella y miró hacia la ventanilla en donde Joe dormía recargado sobre el cristal.
- ¿Qué harás terminando esto?
Preguntó Lily girándose de su asiento y recargando su cuerpo hasta que sus redondos y abundantes senos estuvieron tocando su torso cubierto con una camiseta azul.
- Tengo cosas que hacer - respondió alejándose un poco de ella.
- ¿Son cosas más importantes...? - el tono de su voz bajo hasta hacerse sensual mientras su mano jugueteaba con la tela de algodón de su camiseta.
- Para mi lo son.
Dicho eso se apartó brusco golpeando a su compañero que se despertó en el acto.
- ¡Hey amigo! - Exclamó mirando a Dallas con sorpresa replegándose hasta la orilla.
- Lo siento.
Se acomodó en su lugar esperando que Lily se quedara en su sitio.
Hizo caso omiso de la mirada divertida de la chica. Ella simplemente entrelazó su brazo al suyo y recargó su cabeza en su hombro.
Al entrar en la fundación se notaba la actividad y el entusiasmo navideño a pesar de estar a inicios del mes de diciembre. Ya había algunos adornos brillando bajo la luz del día. Dallas no pudo evitar esbozar una sonrisa ante la emoción de las fiestas. Estaba seguro que no pasarían muchos días antes de que Win empezara a pedirle sacar los adornos que guardaban en el ático para ponerle a trabajar mientras ella le ladraba ordenes como una terrible tirana.
Lily se arrimó a él como lo había hecho desde que salieron del "Cuartel general", como llamaban. El lugar en donde tenían todo su equipo y estaban las oficinas del grupo. Dallas se lo permitió y siguió caminando hasta la sala de juntas que ya conocían bien. La primera persona que miro estaba Abigail y esa rubia de largas piernas perfectas que mostraban unos pantaloncillos negros con encaje cubriendo un par de medias negras de redecillas enmarcadas por unos zapatos de altos tacones delgados negros. Esa rubia que por las noches irrumpía en sus sueños confundiéndolos a veces con recuerdos que a veces lo despertaban con el anhelo de tenerla a su lado.
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KING'S SAGA 2
RomanceLa historia continua. Los hermanos King en busca del amor. Al final todo parece haber salido bien para los dos hermanos mayores De la dinastía King. Con altibajos que amenazan el amor que Parece no dejar de jugar con los sentimientos de Cada uno...