GOOD BOY
No fue opción de Yuri desde un principio, y Otabek tampoco estaba feliz al respecto, pero Viktor había obligado a ambos a ir al funeral, no podían estar en casa o algo parecido. “Es muy egoísta y descortés de tu parte” había dicho mamá Plisetsky. Otabek bufó y pensó que la señora estaba exagerando, pero aún así debía acompañar a Yuri, para eso están los mejores amigos.
Ambos estaban sentados en el pasto alejados de la multitud; Yuri odiaba sentirse ahogado ya que sólo necesitaba a una persona a su lado, por más que odiaba admitirlo.
—Iremos a la fiesta de Mila y JJ esta noche —habló el ruso en voz baja. Ambos estaban abrazados, y pues Yuri tenía su cabeza recostada del hombro del kazajo por lo que no había que hablar muy alto.
—No pienso que sea una buena idea... —murmuró Otabek con un poco de miedo hacia Yuri. A ver, era peligroso tener a un quinceañero de luto en una fiesta repleta de alcohol que serviría como calmante a su dolor interno. O así lo veía Otabek. El punto era que no quería que nada le pasara a Yuri.
—Cállate, estúpido, no te estaba preguntando. —Levantó su cabeza del hombro de su mejor amigo, tomó entre sus manos la cabeza de Otabek y lo miró fijamente; Otabek tenía una triste imagen de los ojos rojos e hinchados de Yuri frente a él—. Iremos a esa fiesta.
—Yura, escucha-
—No, tú escucha. —Cruzó sus brazos, demostrando autoridad—. No quiero deprimirme, no quiero estar llorando en mi habitación como un idiota. Saldremos, nos divertiremos y... —Suspiró—. Y será la mejor noche de nuestras vidas.
—¿Seguro que no haces esto para escapar de...? —Otabek dejó las palabras al aire, haciendo una pequeña mueca.
—¿Quién eres? ¿Mi psicólogo? —Yuri bufó—. Tú sólo ve a recogerme a las diez.
[ ♡ ]
El kazajo tenía el celular en la mano, esperando a que el mensaje de “Ya estoy aquí” llegara a Yuri Plisetsky. Éste último al recibir el mensaje, subió por el árbol de su balcón, miró al suelo y luego miró el tronco. Estaba loco, en serio.
Pero luego escuchó los sollozos de su madre, escuchó el sonido de los autos y escuchó como Viktor servía café en una taza. En un momento se preguntó por qué iría a la fiesta, se preguntó cuál era la verdadera razón.
Quizás Otabek tenía razón.
Pero no. Yuri Plisetsky estaba perfectamente.
Perfectamente roto en pedazos pequeños que no serían capaces de reponerse.
Dejó de pensar, por lo que se dedicó a bajar por el tronco del árbol. Una vez en tierra firme, corrió hacia la esquina en la cual Otabek lo esperaba, éste le extendió un casco que Yuri colocó en su cabeza y ambos se subieron a la motocicleta en rumbo a la casa (o mansión) de Jean Jacques Leroy.
Claramente Otabek se sentía responsable por el pequeño Plisetsky, estaba en su punto más sensible (aunque no quisiera admitirlo) y Otabek se aseguraría de que no hiciera nada de lo que pudiera arrepentirse.
Una vez dentro de aquella gran casa, Mila y JJ los recibieron con sonrisas en ambas caras, ambos sabían de la situación de Yuri, pero no iban a decir nada al respecto, puesto que sabían que Yuri no quería hablar de ello.
—¡Vayamos a bailar! —comentó JJ sobre toda la música de la mansión; Yuri tomó del brazo a Jean y se fue con él a la pista improvisada en donde estaban todos bailando. Otabek miró a Mila, quien estaba un poco sonrojada al ver que los habían dejado solos.
—¿Quieres, ahm, bailar... Conmigo? —le preguntó la pelirroja extendiendo su mano al kazajo.
—Claro. —Y Mila juró haber entrado al cielo cuando Otabek le sonrió, tomando su mano y yendo a bailar.
La noche era increíble para todos; Mila había entablado una conversación concreta con su crush, Otabek había mantenido vigilado al rubio toda la noche y JJ era el rey de la fiesta (y de la pista).
Pero Yuri... Él quería probar alcohol. Otabek no lo había dejado tomar ni una pizca de alcohol en toda la noche. Pero claro, cuando JJ y Yuri estuvieron hablando en un salón lejos de la vista de Otabek, el rubio aprovechó la situación para tomar un pequeño trago de la bebida de JJ.
—Cuidado, Plisetsky, no te vayas a emborrachar con tu primera bebida —advirtió el de ojos azules riendo. Yuri gruñó.
—¡No me emborracharé! —exclamó Yuri tomando más de la bebida—. Yo soy responsable de-
—¡Dame acá! —Otabek llegó de la nada, tomando la bebida y echándola en una planta cercana, a lo que Jean se quejó, pero el kazajo lo ignoró—. Sabes que no puedes beber, no aún.
—¡Beka! —chilló Yuri cruzando sus brazos. JJ decidió dejarlos solos, puesto que odiaba cuando al ojiverde le prohibían cosas, ya que armaba un berrinche.
—Prometí que te cuidaría de no ingerir sustancias tóxicas.
—¿A quién le prometiste tal basura? —Yuri bufó—. Es una cerveza, idiota, ni que fuera ácido sulfúrico. No me matará.
—Eventualmente lo hará.
—Te odio. —Gruñó el ruso pasándole por un lado al kazajo. Este último tomó del brazo al rubio deteniendolo y acercando sus labios a su oído.
—Buen chico —susurró Otabek sonriente.
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*dabs in i am a good boy*
pienso que el próximo cap les va a gustar 👀

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corbatas | otayuri
Historia Corta『 mejores amigos ! au 』 toda su relación se basaba en corbatas mal atadas, trajes elegantes y malhumor. (2017)