Ya estaba la cita programada, después que me negué tantas veces a aceptar dicha ayuda, ahora iba por mi cuenta, no era un gran avance pero se puede sentir como el comienzo de algo.
Me encontraba a unas pocas horas de entrar a mi segunda sección con mi psicóloga, ayuda profesional había dicho mi madre, pero decir que me había una súper mejoría en una sola cita era mentir, pero si me había ayudado en el inicio de la superación de la separación de mi esposa y yo
El camino era largo y angosto, era como estar sumergido en esa oscuridad y ella una guía para encontrar la salida de todo esto que me consumía y en momentos me ahogaba.
Sentía el leve presentimiento que el día de hoy iniciaba una nueva etapa en mi vida. No sabía el porqué solamente, era un sentimiento muy vivo y presente.
Respiré hondo y seguí aguardando por mi turno en la sala de espera, no había muchas personas, todo estaba un poco solo, esta era la última planta de edificio.
—Señor Leonardi. —dijo la señorita de la recepción, me levante y ella me avisó que era el siguiente en ser atendido.
En poco tiempo ya me encontraba en el consultorio de la doctora Haley Woods
Era una psicóloga un poco joven, tenía su cabello rubio recogido por completo y en su rostro un poco de maquillaje haciéndola ver con un aspecto limpio y fresco.
—¿Cómo has estado Faris?— me preguntó con calma.—¿Cómo ha estado esta semana?
Ella siempre me trataba de esa forma para darme confianza y poder hacer que me abra a ella, en ocasiones me era difícil hablar con mi familia respecto al tema, así que contarlo a una extraña me era casi imposible.
Tener que decir todo lo que ha pasado desde que ella se fue me era pesado, pero necesario para drenar las emociones y que la Dra. Woods me pueda ayudar, aunque las palabras estuvieran ancladas en mi garganta.
Luego de unos largos cuarenta y cinco minutos salí de allí sintiéndome entre un poco más tranquilo y melancólico, liberarme del peso me hacía sentir culpable, será posible que la olvide, dudo que eso sea posible, pero sentía una traición a su memoria.
Mi teléfono sonó y vi que era un mensaje de mi hermana.
Gileth 1:24 pm
Hermano, te esperaré en la entrada del edificio. Tengo algo importante que infórmate ;)
Le iba a responder el mensaje a mi hermana cuando sentí algo impactar contra mi pecho. Al mirar hacia el piso me tope con una cabellera rubia oscura recogiendo de forma apresurada unos cuantos papeles y carpetas.
—Lo lamento, venía distraída. —se disculpa con una pequeña voz.
Teniendo en cuenta que yo tampoco me fijaba por donde venia, pues tenía mis ojos en el celular, menos mal que era caminando y no conduciendo, me dispuse a ayudarla a recoger sus cosas.
—Perdóname tú a mi. — le pido pasando unos cuantos papeles, no eran los típicos de oficina más bien eran como hojas de stickers y cartulinas.
Parecían cosas para un salón de clases para niños.
La chica se fija en los papeles y forma una pequeña sonrisa en sus labios antes de subir su mirada, y allí quedé... Suelto un leve jadeo y siento como si regresara en el tiempo, pues nunca imaginé toparme con sus ojos otra vez en esta vida.
Por un momento todo se detuvo y solo se encontraba esta chica... solo estaba ella en un mundo vacío y carente personas.
Los ojos de la chica eran iguales a los de... ella, Aida, de ese peculiar color verde jade intenso y luminoso.
Ese color verde tan vivo, que me miraba con curiosidad y una cierta felicidad que pensé nunca volver a ver.
—Un gusto, Faris — me presento ante ella con una sonrisa, pero ella al escuchar mi nombre me dio una sonrisa mostrando sus dientes blancos.
— ¿Faris?— cuestiona levantando una de sus cejas.
—Sí, ya lo sé es un nombre extraño.— le coincidí la razón a la chica de ojos verdes
—Ni tanto— desacuerda con mis palabras haciendo una pequeña mueca con sus labios— Es común entre los ingleses.
Ese dato curioso otorgado por ella me tomo por sorpresa, nunca hubiera pensado que ella supiera sobre curiosidades de nombres o cosas triviales.
— ¿Qué eres?— pregunto en modo de broma— Una peculiar chica conocedora de nombres.
Al parecer di en el blanco con mi observación con respecto a ella pues también se sorprendió ante mis palabras, pero luego se acomodo y con una mirada alegre me respondió.
—Y eso que ni siquiera te he dicho el significado del tuyo...
—Eso suena interesante. — en verdad lo era, nunca había conocido a alguien que supiera la existencia de mi nombre y mucho menos su significado.
—Pero depende de tu origen...— me aclaro muy sonriente, colocándose de pie y con los brazos repletos de carpetas y papeles, se veía pequeña.
— ¿Mi origen?— le pregunté sin comprender muy bien de lo que se refería con eso del origen.
—Sí, pero al verte bien tienes la apariencia de un buen chico ingles.
Eso no era una sorpresa pues seguro mi acento y mi mera presencia me delataba.
—Sabes mucho de las personas. — la elogie.
—Solo se sobre los...— comenzó a hablar pero otra voz de mujer la interrumpió
—Hermano— me llamó mi hermana Gileth, con su cabello cobrizo amarrado.
Abrace a Gileth y ella muy feliz comenzó a preguntarme mil y una cosa. En eso me recuerdo de la chica, la cual nunca me dijo su nombre.
Pero al ver al rededor no lo encontré en ningún lado, era como si nunca hubiera estado presente en este lugar.
— ¿A quién buscas?— indaga mi hermana buscando también al rededor
—Nada con importancia, Gileth
Seguro me la imaginé, pensé que era real, mi mente seguro me jugó una mala pasada y eso era todo.
Igual que esas voces de Aida, esa muchacha con los ojos verdes, iguales a los de mi esposa, esos que me enamoraron de mi gemstone, existían solo en mi mente como los recuerdos.
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Ahora sin ti
RomancePuedes agarrar el pasado tan fuertemente a tu pecho, que deja tus brazos demasiado llenos para abrazar el presente, Eso es lo que sufría Faris un chico que no encontraba como salir adelante, porque avanzar requiere mucha fuerza para tomar grandes ca...