capítulo 13

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Los hermosos días que habían pasado terminaron, era hora de volver a casa, a la rutina, a la costumbre de vivir siempre de la misma manera.

Narra Mathi:

Desperté primero como siempre. las maletas ya estaban listas, las habíamos hecho anoche.
Tenía que despertar a Fede, pero como olvidar lo que pasó ayer?
No puedo explicarme que es lo que hizo fede o por qué lo hizo, que está pasando por su cabeza ó que es lo que él siente.
Comprendo que él está mal anímicamente, lo que vivió hace días lo pudo haber dejado confundido y quizás esa sea la razón por la cual me besó... ojalá sea esa.
Tengo que hacer como que nada pasó, no quiero que Fede se sienta rechazado, ni incómodo.
Sí, voy a hacer como que nada pasó.

- fedilla! Despertate bo! Ya tenemos que desalojar la cabaña antes que nos cobren un día más! Dalee -mientras lo golpeaba con almohadas.

Fede: que? Ah sisi ya me levanto palmera, pará -decía entredormido.

Voy a dejar las maletas en el auto! Cerra y deja las llaves en la recepción, y anda a desayunar al comedor, te espero ahí Sabes bobito?

Fede: sí dale, me baño y voy bo.

Espere casi 20 minutos hasta que Fede vino, pude notar que en su cara había vergüenza.
Vino directamente hasta donde estaba yo, se sentó sin mirarme a la cara y pidió su desayuno.
Desayunamos, no quise decirle nada por que quizás no hubiese utilizado las palabras correctas.
Al terminar saludamos a la mujer que estaba en el hall y nos dirigimos hacia el auto.
Un largo camino nos esperaba.

Narra Fede:

Subí al auto rápido, quería olvidar lo que había pasado el el comedor, como no voy a animarme a hablar a Mathi, a mi mejor amigo.
Sentía vergüenza por lo que había hecho ayer, fui un tonto.
No me puedo explicar por qué hice lo que hice –decía mientras apoyaba sus manos en la cara–
Pero si, creo que todo tiene una explicación.
Aunque me duela en el pecho, y esto me pueda confundir un montón... tengo que admitir que me gusta Mathias.

Y si, creo que siempre me gustó, sentía tanta admiración hacia el, lo miraba y sonreía todo el tiempo, todo lo que él hacía para mi estaba bien.
Y ahora puedo notar que lo que me pasaba era que me atraía o me atrae.

Él no tiene que saberlo, no tiene que enterarse que gusto de él
Todo esto podría afectar nuestra amistad y eso es lo que no quiero.

Mathi no tiene que darse cuenta, voy a actuar lo más normal posible.

–ahí viene Mathi, no quiero hablarle. Prefiero dormir.

Fede se recostó en el asiento, tapándose con una manta e intentando dormir.

Las horas pasaron, cada vez faltaba menos para llegar a su destino.

Fede despertó y observó a mathias manejando...

Nunca había notado como se achinaban sus ojos cuando sonreía
–pensaba Fede mirándolo fijamente–

Ni como sus labios son tan rositas.

Ni como las facciones de su cara están tan marcadas.

Y esos ojos marrones brillan con la luz del sol mientras conduce.

Ni como esa sonrisa puede ser tan linda.

Es gracioso como se pone nervioso cuando tiene que adelantarse al auto que va en frente–sonrió levemente–

Nunca había prestado atención a todo lo que hacía.

es tan él que me sorprendo de no haberme dado cuenta antes lo interesante que era mirarlo.

Espero no se dé cuenta que ya desperté y que lo estoy mirando y sonriendo como tonto –pensó mientras intentaba dejar de mirarlo.

Fede: e bo falta mucho?

Mathi: al fin despertaste bo, no no falta mucho bobito.

Fede: bonito dijiste? Dijo bromeando.

Mathi: si, bonito dije Fede –rodeo sus ojos– siempre haces esa misma broma bo.

Fede: es que soy bonito, así que se qué vas a decir que si. Además es gracioso cuando rodeas tus ojos –dijo bromeando.

Mathi: rió - sos un tonto fedilla.

Fede: Mathi.. con respecto a lo que pasó el otro dí..

Mathi: no Fede -interrumpió- ya está, eso pasó y quedó en el pasado, fue un impulso como vos dijiste. Por que no lo olvidamos mejor?

Fede: si palmera, va a ser lo mejor!

Mathi: si fedilla.

(...)

Al llegar al lugar donde vivían, no se dirigieron hasta el departamento de Fede.
Sino que fueron por la casa de la familia de Fede, luego a la de Mathi a avisarles que ya habían vuelto.

Narra Mathi:

Fede, vamos por el supermercado así compramos algo para merendar y cenar en la noche querés?

Fede: dale bo, vamos.

Mi idea era distraer un poco a fede, mi amiga la diseñadora me había dicho que faltaba poner unos muebles en el departamento y que se demoraría un par de horas.
Así que tenía que tener a Fede conmigo hasta que ella termine.

Mathi: que querés merendar bobito? Y no, no dije bonito –dijo en tono de broma.

Fede: no sé, quiero comer medialunas, y para hacer capuchino compra.

Mathi: vamos acompañame a buscar.

Así lo tuve distraído durante varias horas hasta que decidimos volver.
Mi amiga ya me había avisado que el departamento estaba listo.
No quise decirle a Fede, la idea era que sea sorpresa.

Salimos del supermercado y nos dirigimos hacia el auto, para irnos hasta el departamento.

Narra Fede:

Que linda tarde la de hoy, a pesar que estábamos cansados caminamos por todo el mall comprando cosas.

Noto a mathias un tanto nervioso desde que subió al auto, por que sera?

Ya estamos cerca de casa, menos mal.
Extraño mi cama –pensó.

Mathi, te sentís bien? Te veo nervioso

Mathi: noo, te parece bo. Es por que estamos llegando y quiero dormir, estoy muerto.

Fede: bueno, te creo entonces.

No, en realidad no le creia nada, notaba una mirada de nerviosismo que nunca había visto en esa bonita cara. Que digo, en esa cara.

(...)

Los minutos pasaron y ambos amigos llegaron hasta su departamento.
Mathias le pidió a Federico que le ayude a subir las maletas. Así no tenían que volver a buscarlas después.

Subieron por el ascensor llegando hasta el número de departamento de Fede. 25-a

¡Sorpresa! Gritó mathias al abrir la puerta.

Fede quedó en shock mirando hacia dentro.

No lo puedo creer mathias...

quizás no era la decisión correcta                              Donde viven las historias. Descúbrelo ahora