Capítulo 11

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Cuando Kihyun regresó junto a los demás, todas las miradas estaban puestas en él, cosa que lograba intimidarlo. Tal vez todos lograron escuchar la conversación que Jin y él había tenido minutos atrás, pensar en aquella mínima idea ocasionó que su rostro comenzara a calentarse.

-¿Pasa algo?- Su pregunta no era más que un simple susurro, pero de seguro con el silencio que reinaba en aquella habitación todos lo había escuchado muy bien.

-Si.- La voz llena de alegría que normalmente usaba Tae, fue remplazada por su voz más grave y sin expresión, lo cual causó que un escalofrío recorriera cada parte de su cuerpo. El menor se levantó de su asiento y comenzó a caminar a paso lento al peli rosa. –Tardaste demasiado yo quiero comer postre ya.- De un rápido movimiento termino por arrebatarle los platos de las manos, todo volvió a la normalidad. Kihyun suspiró pesadamente sintiendo su cuerpo relajarse, pues nadie parecía haber escuchado la conversación en la cocina.

Todos los presentes en la mesa estaban completamente fascinados por el increíble postre que Jin había cocinado, y no paraban de hacer comentario felicitando al excelente chef.

-¿podrías enseñarme a hacer postres?- Kihyun cocinaba bien y estaba consiente de aquello, pero bien sabía que los postres no eran lo suyo, nunca había conseguido hacer uno sin que algo saliera mal. Su madre siempre intento hacerle aprender, pero a pesar de las arduas enseñanzas el joven jamás consiguió que una mísera gelatina quedara bien.

-¡Sí! Es un excelente cocinero y un gran maestro, consiguió que Yoongi cocinara para poder llevarte la comida a...- La voz de Tae fue interrumpida por la mano de su novio, la cual le impidió seguir hablando y es que Hoseok no quería perder a su pareja. Pero podía jurar que Yoongi no lo dejaría pasar tan fácil.

Kihyun dirigió su vista hacia su lado derecho en el cual se encontraba Yoongi, acaso había aprendido a cocinar solo para poder llevarle de comer a su trabajo, la idea de que eso fuera verdad le hizo sonreír y sin dejar de hacerlo susurró un pequeño gracias.

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Una vez que todos terminaron de cenar, decidieron volver a la sala para poder comenzar a repartir sus regalos. Uno por uno fueron pasando al frente y dando un pequeño discurso sobre lo importante que eran cada uno de ellos en sus vidas. En estos no todos habían logrado contener las lágrimas y más de uno derramo un par.

Kihyun no sabía si se debía al ambiente que se había creado en la sala, o si todo era obra de lo que últimamente estuvo ocurriendo en su vida. Pero sentía que en cualquier momento terminaría llorado, extrañaba a su familia, a sus amigos, extrañaba su vida de antes. Pero antes de que terminara de romperse frente a los demás, una mano se posó sobre la suya dándole un suave apretón.

Yoongi estaba ahí a su lado y sostenía su mano. Aquel simple gesto, aquella sonrisa que el mayor le regalaba le ayudo a calmarse. Le ayudó a comprender que no estaba solo, tenía a más personas que lo apreciaban. Era el momento de dejar las demás cosas atrás, tenía que continuar y aprovechar cada una de las nuevas oportunidades que se le estaban dando.

Cuando el turno del mayor a su lado llego, sintió aquel agarre deshacerse poco a poco para poder ponerse de pie y continuar con su esperado discurso.

-Bueno no sé porque tengo que decir esto cada año, el punto es que ustedes saben que son muy importantes para mí. Agradezco que soporten mi comportamiento y todas esas cosas, si no fuera por ustedes no sé qué habría pasado conmigo tiempo atrás, son como mi familia. Gracias por todo de verdad.- El cabellos Menta sintió como sus ojos ardían, aquellos chicos eran las personas más importantes para él. Con el dorso de su mano trató de borrar algún indicio que lágrimas en sus ojos. –Tomen sus regalos de una vez, cada año me quedo con menos ideas.-

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