La semana había pasado volando.
En todos esos días de estadía en casa del tailandés ambos aprovecharon para conocerse mejor, se habían vuelto más unidos.
Durante el transcurso de la semana la madre de Yugyeom había traído sus pertenencias antes de que el padre del coreano las tirara y las quemara. Ella ya no estaba preocupada por el asunto de que su marido había echado a Yugyeom de la casa ya que había encontrado a un buen amigo con quien quedarse, Yugyeom le había hablado muchas veces a su madre de Bambam, ella sabía que Yugyeom estaba perdidamente enamorado del tailandés, por casi un año Yugyeom no dejaba de hablarle de lo lindo que era el chico, de lo mucho que quería hablarle pero no se atrevía, de lo mucho que le gustaba, ella se sentía feliz de que por fin esté con él, quería que su hijo fuera feliz.
-Mañana regresamos a la escuela Yugyeomie- Bambam miró al menor.
Estaban viendo televisión, Yugyeom estaba sentado en el sofá grande, Bambam estaba recostado en su regazo porque le daba pereza levantarse de ahí, además estaba cómodo.
-No quiero regresar, quiero quedarme aquí todo el día contigo- Yugyeom hizo un puchero.
-Yo también, pero debemos regresar, Jaebum y Youngjae nos van a matar cuando sepan que nosotros fuimos responsables del asunto de Jinyoung, no quise decirles nada, hasta que volviéramos-
-Sí, lo sé, no quiero pensar en eso ahora, me siento como un niño inmaduro después de la tonta venganza que le hice- Yugyeom llevó una mano a su frente con decepción.
-Lo hiciste porque estabas enojado, está bien- Bambam acarició su hombro.
-No está bien, quiero hablar con él, quiero arreglar todo, no sirve de nada seguir teniendo rencores, el asunto ya está arreglado, te tengo buenas noticias- Yugyeom sonrió con emoción, el ahora pelinegro lo escuchó atentamente -Mamá me llamó ayer, me dijo que se iba a divorciar de ese hombre y encontraría otro lugar donde vivir ¿No es genial?- Soltó con alegría.
-Es genial Yugyeom, me siento feliz por ti y tu madre, ya no tendrán que soportar a ese hombre nunca más- Le sonrió sinceramente al contrario.
-Yo pronto encontraré otro lugar donde vivir, puedo rentar un cuarto o algo, no quiero ser una molestia para ti- Yugyeom molestó a Bambam a propósito, este frunció el ceño y se colgó del cuello de Yugyeom hasta que estuvieron cara a cara.
-No eres una molestia Yugyeom, ya lo sabes, puedes quedarte aquí- El tailandés contestó con un poco de molestia en su voz, Yugyeom sonrió.
-Era una broma Bambi, quiero estar aquí, me gusta estar aquí- Besó la mejilla del chico, este se sonrojó un poco -¿A ti te gusta que esté aquí?- Preguntó.
-Claro que me gusta que estés aquí, eres mi amigo- Bambam contestó con el mismo sonrojo en sus mejillas.
Yugyeom sintió una punzada en su pecho cuando oyó la palabra amigo, él quería que fueran algo más que eso.
Frunció el ceño y tomó a Bambam de su pequeña cintura con una mano y con la otra tomó su mentón haciendo que lo mirara a los ojos.
-Los amigos no hacen estas cosas- dicho esto dejó pequeños besos por toda la cara del contrario y se detuvo en sus labios, quería besarlo pero se contuvo, tan sólo un roce hizo sentir tantas cosas en ambos.
-Yugyeom- Bambam susurró con sus ojos cerrados.
-Me gustas Bambamie- Yugyeom confesó.
Bambam abrió sus ojos ampliamente, notó las mejillas de Yugyeom ligeramente sonrojadas y con una sonrisa tímida en sus labios. El tailandés no sabía cómo reaccionar a eso, aún no estaba seguro si Yugyeom le gustaba, sólo sentía cierta atracción y cariño por el más alto, nunca lo había visto más allá de eso pero lo que Yugyeom dijo después hizo que su corazón se acelerara y sintiera esas mariposas en el estómago que la gente siente cuando está enamorada.
-Y haré todo lo que esté en mis manos para enamorarte- Sentenció el menor y lo besó en su frente.
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.YaaAas Yugyeom ya se confesó, las cosas se pondrán más fluffy ahora.
