14.

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Una oportunidad. Yugyeom decidió darle una oportunidad más a Bambam.

Hasta ahora las cosas iban bien. Ya no lo trataba con frialdad, salían a más lugares juntos, incluso Jaebum y Youngjae sabían sobre la relación que, a duras penas, Bambam quiso revelarles.

Aunque el tailandés aún se negaba a tomarse de las manos en la calle o en cualquier lugar donde hubiera gente.

El coreano estaba siendo muy paciente con su novio, pero no iba a negar que le gustaría que se trataran como una pareja de verdad esté quien esté.

Estaban en el centro comercial las dos parejas. Era fin de semana y quisieron tomarse un día para pasarlo juntos. Los cuatro chicos se encontraban sentados en la mesa de un café de un centro comercial charlando animadamente. Acababan de terminar su último semestre en la universidad y decidieron salir a comer para reponer el tiempo que estuvieron en sus casas estudiando.

-Ya llevan casi cinco meses juntos chicos, ¿qué piensan hacer?- preguntó Jaebum.

-Seguramente estar en casa viendo películas- respondió el pelinegro.

-Aburridos- murmuró Youngjae -¿Por qué no salen a cenar? Cada que se cumple un mes viven encerrados en esa casa- rodó los ojos.

Bambam se removió incómodo en su asiento.

-Oh, ya veo- Jaebum sonrió y miró cómplice a Yugyeom, este le devolvió una mirada confundida.

Bambam inmediatamente comenzó a negar.

-Eres un pervertido Jaebum, por supuesto que no- Bambam lo pateó por debajo de la mesa.

-¿Qué tiene de malo? Ay por favor, no me puedes decir que no han hecho nada- Jaebum soltó con sorpresa- a ese tiempo Youngjae y yo-.

-No quiero saberlo- el tailandés lo interrumpió- además no es de tu incumbencia lo que haga o no haga con Yugyeom-.

-Pues ni hacen nada- Youngjae murmuró burlonamente.

-¡Te escuché nutria apestosa!- Bambam exclamó ofendido.

-Hey, cálmate con mi Youngjae, él no tiene la culpa de que estés tan frustrado, muchacho hormonal- se dirigió a Bambam- Yugyeom, deberías hacer algo al respecto, sabes a lo que me refiero- le dio un codazo.

Bambam se levantó de la silla, haciendo un ruido sonoro al arrastrarla, y salió del local. Toda esta plática comenzaba a abrumarlo.

-Vamos, sólo bromeaba, dile que no se moleste- El mayor soltó un quejido.

-Iré por él- Yugyeom se levantó de su asiento y salió a buscar al tailandés.

Bambam huyó a la primera tienda de ropa que encontró y se escondió ahí.

Su cara estaba roja de vergüenza, no quería que nadie lo viera. Él sabía lo lento que era con ese tipo de cosas y se sentía tímido al respecto. Y tal vez sentía frustración en ese aspecto pero era su propia culpa.

Él había insistido en que quería llevar las cosas lentas pero no podía evitar su frustración. Menos cuando Yugyeom se pasea por la casa con esos pantalones apretados y playeras sin manga.

Pero el pobre chico no sabe qué hacer al respecto. Es decir, no es como si pudiera decirle a Yugyeom "hey, cógeme" de la nada.

Incluso había intentado incitar al menor usando ropa más provocativa y mostrando más piel, pero después se moría de vergüenza y terminaba tapado hasta el cuello con una cobija.

Los pensamientos del pelirrojo fueron interrumpidos por la silueta del alto parado frente a él.

-¿Te molestaste kunpi?- Yugyeom le preguntó al más bajo -ignora a Jaebum, sólo está jugando-.

Happiness ; YugbamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora