Fidelidad

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Por más que lo intenté no podía dormir, solamente dar vueltas y vueltas en la cama buscando una posición cómoda que me hiciera caer en un sueño profundo, pero nada, no podía. Saber que el bastardo dormía en mi casa, tan cerca de mí y a dos pasos de mis aposentos me hacía angustiarme y que el estómago me doliera. No podía quitarme su sonrisa estúpida de la cabeza, ni sus ojos que se clavaron en mi alma. 

Me quedé pensando eso toda la noche, pero me alivió recordar que el bastardo solo se iba a quedar durante esa noche y nada más, que después no le volvería a ver ni a pensar en él, que no volvería a ver su sonrisa que tanto me atormentaba, por lo que después de calmarme un poco con aquellos pensamientos, cerré los ojos y me adentré en un leve sueño. 

Me levanté asustada por los continuos golpes que se escuchaban en mi puerta.

-¿S-si?-dije angustiada, esperando no se por qué que fuera el bastardo quien llamaba.

-¡Señora! ¡Soy yo Aldith! Tenéis que bajar, lord Bolton se va y vuestro padre quiere que os despidáis apropiadamente.

Me vestí rápidamente y baje corriendo las escaleras, no se ni como no me tropecé de lo rápida y nerviosa que iba.

Llegué y vi como mi padre y mi familia se estaban despidiendo del bastardo. 

-Lord Cerwyn me alegro que hayáis optado por lo correcto y que apoyéis a mi casa.-dijo Ramsay mientras preparaba su caballo.

-También me alegro, de que hayáis confiando en mi casa lord Bolton.-dijo mi padre.

Ramsay se percató de mi presencia y se quedó mirándome por un rato, inexpresivo. De repente dejó de preparar el caballo.

-Aunque Lord Cerwyn... ¿Seguro que podré confiar en vos? Es que... Siempre habéis sido muy fieles a los Stark y como sabéis mi padre se ha encargado de eliminarlos, y ahora gobierna el norte e Invernalia, ¿No es algo que os moleste?-dijo sonriendo.

Otra vez estaba empezando su juego, otra vez buscaba cabrear a mi padre. Yo rezaba por dentro para que no se cabreara y mantuviera la compostura ante tal chanza.

-Si es cierto que nuestra casa ha sido fiel a los Stark por mucho tiempo, pero... Nuestra casa siempre será fiel al guardián del norte y si ahora es Roose Bolton... Le seremos fiel a él y a su casa.

El bastardo se le quedó mirando inexpresivo por unos segundos y volvió a seguir preparando a su caballo. Cuando vi aquello, pensaba que ya había terminado con su juego y estaba aliviada, pues pensaba que se iba a ir en cuestión de minutos, hasta que de repente se dio la vuelta otra vez hacia mi padre y esta vez no estaba inexpresivo, si no que portaba su sonrisa tan estúpida y que tanto odiaba, y ahí me di cuenta de que su juego no había acabado, de que lo seguiría hasta hacer explotar a mi padre o por lo menos hasta llevarlo al límite. 

-Pues... ¿Sabéis que Lord Cerwyn?

-Decidme.

-No me fió de vos, ni de vuestra casa.

Se hizo el silencio en todo el castillo.

-Me he arrodillado y he jurado fidelidad a vuestra casa Lord Bolton.

-Ya pero... No me fió... Tantos años sirviendo a la casa Stark y repentinamente... ¿Os fiáis de sus traidores?

Mi padre no supo que contestar ante eso.

-Y para que juréis fidelidad a mi padre y a su casa me llevaré como una especie de regalo vuestro... 

-¿Qué es lo que queréis? ¿Oro, cosechas, ganado, armas, caballos, soldados...?

Sólo somos salvajes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora