La caza

1K 78 8
                                    

Pasaron varias horas hasta que por fin nos adentramos en el corazón de un bosque bastante frondoso, así que Ramsay se bajó de su caballo y seguidamente Theon también.

Ramsay me miró así que supuse que me tenía que bajar del caballo y así lo hice.

-Pues ya hemos llegado mi señora.

Le mire inexpresiva.

-¿Para qué me traeis tan lejos de la civilización? ¿Es que vais a matarme?

Ramsay se rió mientras se acercaba a mi.

- No os mataré.-hizo un silencio- Al menos no hoy.-Sonrió.

Ramsay silbó y Theon trajo mi arco y su arco.

-Veréis, sólo quiero cazar con vos.-dijo cogiendo su arco.

-¿Cazar?- dije cogiendo mi arco.

- Si, pero es una caza peculiar.-hizo un silencio.

Vi como Theon se iba.

-¿Peculiar?- dije extrañada.

-Sí, ya que en vez de cazar animales del bosque...-dijo Ramsay mientras vi a Theon traer a una muchacha atada.- ¡Cazaremos personas!

Me quedé impactada.

-Os gustará.-dijo sonriendo me.

- No pienso participar en esto.-dije seca.

-Veréis ______...  No os estoy pidiendo por favor que participéis... Es que vais a participar.

- No.-dije asustada al ver que se acercaba a mi.

-Participareis, porque si no, os rajaré ese precioso cuello que portais.-dijo acariciandome la mejilla.

Se me aceleró el pulso ante aquella amenaza.

-Bien. ¡Empecemos!

Theon desató a la bella muchacha rubia de ojos azules, y esta corrió de inmediato. Y una jauría de perros con pelaje negro salió detrás de ella.

-Si consigues salir del bosque... ¡Tu ganas!-le dijo Ramsay gritándo a la muchacha.

Ramsay me tendió la mano, y yo la acepté, salimos los dos corriendo, siguiendo a los perros.

Ramsay puso una flecha en su arco y la disparó.

Se escuchó un gemido de dolor de la muchacha.

-Mierda he fallado, a ver vos.

No se por qué sentía adrenalina con esto, así que faltando a mis principios sin ni siquiera darme cuenta, cogí el arco, coloqué una flecha, lo tensé y disparé. Inmediatamente la muchacha dejó de llorar, y los perros de ladrar.

Ramsay me sonrió y corrimos más rápidos hacia donde estaban los perros parados. Nos acercamos y la muchacha estaba muerta con mi flecha clavada en la frente.

Me quedé impactada al ver eso, y Ramsay estaba más feliz que nunca.

Me di cuenta que sentí adrenalina, que me lo pasé bien... hasta ver aquella muchacha allí, en el suelo, muerta por mi flecha y seguramente cuyo único crimen fué ser tan guapa e inocente.

- ¡Devoradla!-Dijo Ramsay gritando.

Los perros hambrientos inmediatamente se lanzaron al cuerpo, y se lo empezaron a zampar.

Ramsay se acercó a mí sonriendo, poniéndo su rostro a centrimetos del mío.

-Al fin y al cabo nos parecemos en algo.

- No. No soy como vos. No soy un maldito salvaje.-dije rabiosa.

- Si se verdad no fuerais un salvaje, no hubierais disparado a aquella inocente muchacha, no hubierais corrido conmigo cuando os tendí la mano, no hubierais sentido adrenalina, me hubierais parado antes de que desollara a aquella doncella, y no hubierais disfrutado mientras follabamos. Sois una salvaje, pero no lo aceptáis. Lo supe en cuanto os ví. - dijo con su sonrisa torcida.

Me quedé paralizada ante aquel comentario, tanto que no supe que responder, no supe que pensar.

- ______. No os reprimais... sacad vuestros instintos más primarios...-dijo mientras se acercaba más y mas a mi.

Me agarró de la barbilla, lentamente me iba acercando a el y me besó.

Le seguí el beso con pasión.

Ramsay se separó de mi.

Este me seguía sujetando la barbilla mientras me miraba con sus ojos fríos y su sonrisa torcida.

Después de unos segundos me dejó de agarrar y miro hacia los perros, estos habían terminado con el cadáver, así que Ramsay les silbó para que fueran con Theon de nuevo a la jaula que este portaba.

Ramsay me tendió la mano y yo la agarré.

Llegamos a donde estaban los caballos y Ramsay me ayudó a subir al mío, y luego el se subió al suyo, e iniciamos rumbo de vuelta a Fuerte Terror.

Llegamos, nos bajamos y Ramsay de nuevo me tendió la mano, la agarré y le seguí hacia su habitación. Nunca había estado allí, pero al llegar me asombré de lo espaciosa y lujosa que era.

Aunque no me dió tiempo de mirar más ya que Ramsay me agarró de la cintura bruscamente y me besó.

Le arranqué la camisa que portaba y lo tiré en su cama.

Me subí encima suya poniendo una rodilla a cada lado de su costado, y me quité el corsé y la camisa de arriba rápidamente. Él me agarraba la cintura, me miraba con sus ojos claros y me sonreía perversamente.






Sólo somos salvajes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora