Nieve roja

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Me desperté en mi habitación, no sabía que había pasado después de que Ramsay me mirara y dijera eso.

Me levanté de mi cama bruscamente y observé desde la ventana como los estandartes de los caballeros del valle llegaban, así que decidí bajar.

Bajé llegando justo a tiempo para la presentación.

Vi desde lo lejos como Sansa se presentaba a Ramsay y a Roose y como hablaban.

Después de un tiempo, Sansa se fué con Roose, seguramente porque este le iba a enseñar el castillo y le iba a explicar algunas cosas, además de tranquilizarla, porque él había matado a casi toda su familia y esas cosas...

De repente Ramsay me sacó de mis pensamientos dandome un beso en los labios, le aparté.

-No seguiréis enfadada... ¿no?

-¿Por qué me tratáis como si fuera un juego?

-¿De qué habláis?-dijo con su sonrisita-

-A veces me amáis, otras, me odiais. A veces matáis por mi, y otras, me matáis a mi.

Ramsay empezó a reirse.

-Veréis, os quiero y os amo, pero, admitidlo, sois hija de los Cerwyn, esa casa no se puede comparar a los Stark y menos a los Bolton.

Me tragué mi rabia.

-Bueno, como no voy a poder estar siempre con vos, os traigo una cosa...

De repente Ramsay silbó y vino Theon corriendo.

Me quedé atemorizada al ver tal aspecto de demacración.

-Mi querido Hediondo, os mando a cuidar de esta dulce chica- dijo acariciando mi mejilla-.

Le aparté la mano bruscamente.

-Dulce, aunque un poco malhumorada. Bueno Hediondo, esta es _______, ________ este es Hediondo.

-E-e-encant-a-ado mi seño-o-ora... -dijo Theon con una voz débil.

No dije nada.

Ramsay se quedó mirandome.

Theon llevaos a _______ a que se de un baño.

Ramsay se fué en la dirección donde anteriormente Sansa y Roose se fueron.

-Mi señora...?-dijo Theon.

Le acompañé hasta mis aposentos y allí este preparó la bañera.

Me desnudé y me metí en el barreño.

Theon empezó a frotarme los brazos con una esponja.

-¿Qué os ha hecho para que lleguéis a este punto?-dije rompiendo el silencio.

-No tengo ni idea de lo que habláis.-dijo confuso.

-¿Sabéis quién sois?

-¡Hediondo! ¡Mi nombre es Hediondo! ¡Hediondo!-dijo nervioso.

-No os preocupeis... conmigo no tenéis nada que temer...-dije acariciandole la barbilla.- Sois Theon, Theon Greyjoy.

-No, soy Hediondo.-dijo temblando.

-Sois Theon Greyjoy y os criasteís junto a los Stark y junto a mí, ¿No me reconocéis?-dije mirandole a los ojos.

Theon se quedó mirandome por unos minutos en silencio mientras se le caía la esponja al fondo del barreño.

-______ tenéis que iros.-dijo Theon de repente.

-¿Qué?-dije sorprendida.

-Ramsay es un monstruo, aquí no estáis a salvo.

-No puedo irme... soy la prueba de un juramento de fidelidad.

-Os ayudaré. Esperadme esta noche, os vendré a buscar.

-Además ya intenté escaparme, es imposible, si Ramsay quiere algo, lo va querer por siempre, además imagina lo que te haría si nos pillara.

Theon se levantó y empezó a gritar.

-¡Hediondo! ¡Hediondo!

Me percaté de que Ramsay estaba entrando por la puerta.

-¿No estábais con vuestra amada prometida?-dije antes de que Ramsay entrara por completo en la habitación.

-Alguien está... ¿Celosa?-dijo mientras miraba como salía del barreño.

Se fué acercando a mi lentamente, mi respiración se agitaba. Bruscamente me puso de espaldas a la pared, mi nariz se encontraba rozando la suya.

Le aparté.

-¿Qué os pasa? ¿Ya no me amáis?-dijo con su sonrisa pícara.

-No, ni os amé, ni nunca os amaré, sois un monstruo.

-Pues como vos.

-No.

-Admitidlo, mirad todo lo que habéis hecho desde que estáis aquí, toda la gente que ha muerto por vuestras decisiones, todo lo que habéis gozado y disfrutado conmigo...

-¡No!-dije gritando furiosa.

Se me quedó mirando en silencio por unos minutos, hasta que finalmente se fué.

Joder , ¿porqué estaba tan confusa?

Cayó la noche, todos dormían, menos yo, estaba esperando a Theon.

Pasaban las horas y horas, y este no se presentaba.

-Theon... debí imaginarlo, está demasiado tocado por Ramsay.

De repente me sorprendió apareciendo de la nada.

-Seguidme.

Le seguí y llegamos hasta lo alto de una muralla que daba al exterior desde donde saltamos hacia la nieve.

Caí de una mala manera por lo que me hice un poco de daño en la pierna dejando una leve marca de sangre en la blanca nieve.

Soy libre... ¿Dónde iré ahora?







Sólo somos salvajes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora