Find me Somebody to Love!

Preparaciones.

P.O.V Marceline.

No puedo ni imaginarme qué tan hermosa se verá mi Bonnie.

Desperté e inmediatamente me metí a bañar, me vestí lo más fachosa posible, agarré mi traje y me salí volando hacia el Dulce Reino. Allí nos arreglarán, nos peinarán y todo lo demás, jaja. Finn será mi ayudante hoy, va a bajarme los nervios pre-boda.

Llegué a la puerta principal y Finn estaba en ella, con un traje entallado que le quedaba muy bien, estrechándome la mano y besándola.

–¿Qué pasa contigo hoy, querido? –Le digo, pues me extraña ese gesto.

–No sé, traer un traje puesto me hace sentir más coqueto. –Me reí un poco y le desordené el cabello.

Me puse a juguetear con él como si fuéramos dos lobos de una manada, así se me olvidarían un poco los nervios.

–¡Chicos! Dejen de jugar ya, que hoy es un día "¡Muy, muy importante!" –Dijo Mentita con aquél tono especial.

Parece que aquí todos leímos la misma novela.

Entramos ambos al castillo, pienso que mi princesa está arriba arreglándose, pues a nosotros sólo nos dejaron pasar a la planta baja.

Me acerqué al oído de Mentita.

–¿Qué voy a hacer cuando tenga que pararme a lado del sacerdote esperando a que Bonnie llegue al altar? Los pies me van a doler hasta el alma.

–No lo sé querida... Tendrás que aguantarte.

Mierda.

Ya me imaginé el dolor.

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P.O.V Bonnibel.

Me tienen sentada frente a un espejo enorme con 4 personas alrededor mío, unas peinándome, otras maquillándome.

Sigo vestida con mi pijama, esperando al hombre que traerá mi vestido.

–¡Pan de Canela! ¿Puedes traerme un té de manzanilla por favor? Siento que los nervios me van a destruír.

–Tranquila Princesa, ya va.

Entró Liam con mi vestido, fue el hombre que nos lo vendió.

–¡Preciooosaaaaa! Que ya traigo tu vestido! –Dijo él, eufórico. –Ay, no sabes cuánto me alegra hacer este trabajo. ¡Ya quiero ver al novio!

Todos se quedaron callados.

–Es, uhm... Novia. –Dije, rodando un poco los ojos con pena.

–¡Oh! ¡Aún más especial! Me encantan las bodas homosexuales, son tan lindas y amenas.

No dejó de sonreír en ningún momento. Salió de la habitación dejando colgado el vestido detrás de la puerta.

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P.O.V Marceline.

Yo también tenía a mis propios peinadores, pero necesito más de uno para mi largo cabello.

Luché con todas mis fuerzas por no quedarme dormida, sus manos paseaban por mi cabello tan suavemente que mi cabeza iba en vaivén.

Y al final, quedé con un peinado hermosísimo, era un bun recogido bajo con algunos mechones sueltos a los lados, con línea de lado y algunas trenzas y flores negras revoloteando.

Y ahora va el maquillaje.

–¿Cómo sueles maquillarte? –Me dijo uno de ellos.

–No suelo maquillarme.

–De acuerdo, pondremos algo muy ligero para que tu piel respire.

Woah, me siento en uno de esos programas donde cambian tu apariencia.

Me pusieron un aceite extraño en las pestañas, me dijo que no era rímel, que era algo que no manchaba si te tallas los ojos, y que hace que tus pestañas sean más largas y gruesas. Y me puso una sombra café oscuro con negro y rojo en algunas partes sobre mi piel pálida.

Sinceramente, esto de maquillarse no es para mí. Pero, no sé qué hizo, pero pareciera que estoy viva de nuevo.

Pareciera que debajo de mi piel todavía recorría sangre.

Me levanté de mi silla, me puse frente al espejo de cuerpo completo y no lo podía creer.

Esa soy yo. La que ya no tiene piel grisácea, o la del cabello desaliñado. Ahora es otra, la que tiene el cabello suave y arreglado, la que está viva.

El traje de Marcy en multimedia, pero no el peinado, jaja.

Los quiere, Marcy. <3