Ellas dos.

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P.O.V Bonnibel.

Los problemas se han ido, pero las cicatrices se quedan. Salir del hueco es más difícil que caer en el. Por lo que puedo decir... Estamos saliendo de uno grande. Pero salimos rápido.

—Bonnibel. —Me llama ella. —Creo que no te han dicho qué sucedió del todo.

—Tenía mis sospechas. No pudiste haber salido gratis del infierno.

Me explicó toda la situación. Me sentí mal porque yo soy la causante de todo. Ella sólo me salvó... Y el precio fue demasiado alto. Lo más que puedo hacer es amarla como mínimo toda la vida.

—Ahora que lo sabes, y ahora que mi único problema es el otro, creo que podemos dejar todo esto atrás. —Y ella hace ademán de levantarse.

Me moví con algo de apuro, ayer me demostró que se sentía mejor (🌚) pero no lo suficiente para levantarse. Así que tomé su brazo.

—Tranquila —Y se ríe bastante. —No es como que me vaya a romper.

—Pero, pero. —Quise parecer triste pero se me salió la risa.

—Te demostraré que estoy bien, llevándote a una linda y pervertida luna de miel. ¿Te parece? —No me dio tiempo de contestar. —¿Sí? Okay, vámonos.

Y me cargó en sus brazos mientras se quitaba los aparatos médicos conectados a ella. Se puso su capa negra y su sombrero amarillo de palma, y salimos al sol de la mañana, hacia no sé dónde.

————

P.O.V Marceline.

Mi largo cabello volaba en el viento mientras llevaba a Bonnie en mis brazos hacia las lindas playas de OOO. En ningún reino, en medio de la nada. Nadie estará allí. Saben a lo que me refiero. ¿No?

Creo que ella ha estado preocupándose por mí más de lo que debería. Pensar demasiado a veces puede ser malo. Es por eso que le demostraré que me siento mejor, que no tiene de qué preocuparse.

Bajo a la arena, dejándola debajo de una palmera que da suficiente sombra para mí.

—Marcyyyyyy. —Me dice con un tono de reproche. —No me dijiste que vendríamos a la playa, no traigo mi traje de baño.

—Cariño, lo sé.

Entonces me quito el saco, la camiseta y los pantalones que tenía, dándole la espalda en todo momento. Solamente quedan mis bragas y mi brassiere. Lastimosamente, también una venda que rodea mi cintura, y otra que está en mi brazo izquierdo.

—M-Marcy...

—¿Sí, corazón?

Y me volteo. Ella me está mirando incrédula de lo que pasa, pues le estoy señalando una linda cabaña hecha de palma que dentro tiene una cama completamente blanca, un refrigerador con algo de vino rosa (perfecto para postres, cosas dulces, como ella) algunas plantas selváticas y un baño donde hay una tina llena de agua de rosas.

Se preguntarán, ¿cómo hice todo esto si estuve en cama todos estos días? Debo decir, todo es gracias a Hizo, mi buena amiga entintora de pieles.

Pienso que algunas chicas se van a emborrachar con algo de dulzura rosa.

Los quiere, Marcy. 💕

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