Capítulo 13

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El estruendoso sonido del teléfono fijo hace que me levante en el aire.

–¡Yo lo cojo! – grito a tan solo unos pasos de la mesa donde se encuentra mi objetivo –. ¿Sí?

¿Quién es la mejor amiga más sexy del mundo?– susurra una voz, que intenta ser sugerente, al otro lado del auricular.

–Perdona; creo que te has equivocado de número... – respondo, intentando reprimir mis carcajadas, lo que resulta en vano pues, al final, las dos acabamos riendo histéricamente –. Hola, pelirroja. ¿Qué te ha hecho llamarme a estas horas? – saludo definitivamente, algo curiosa.

¿Ahora no puedo llamarte de forma descuidada, sin motivo? – replica Sandra al otro lado. Sonrío.

–Oh, por supuesto. Pero viendo la hora que es... «Ejemejemtuhoradelasiestaejemejem»... –digo en voz baja, entre carraspeos. Vuelve a reír.

Sí, sí; lo admito: me has pillado, rubia – concede. Mi sonrisa se ensancha.

–Bueno y... ¿Qué tal va la tarde? – el silencio se establece entre nosotras durante unos segundos, justo antes de que las carcajadas broten nuevamente; se podría decir que, en particular, esta pregunta no es muy acorde a nosotras –. No; ahora lo digo en serio. ¿Pasa algo? –Pregunto de nuevo, intentando serenarme.

Sí y no – contesta. Espero que continúe, paciente –. Tengo varios temas que comentarte. Bueno, realmente... Es todo el mismo tema, pero... se podría decir que hay algo así como varios... matices – explica yéndose por las ramas, como de costumbre –. Empecemos por el principio: sabes que esta semana se celebra el baile, ¿no? – pregunta, esperando una respuesta obvia.

–Claro – digo tras unos segundos de reflexión; por un momento he estado desorientada, sin saber ni a qué día vivo –. Es... Es el viernes, ¿no?

– aclara. - De partida, que ya sabemos la fecha del baile, hoy en el instituto me he enterado de una peculiaridad que va a tener este año – explica. Todos los años se celebra un baile para cerrar el primer trimestre; algo así como un "baile de invierno" –. Entre todo el claustro de profesores, han decidido hacer algo "más original" por el veinticinco aniversario del centro; básicamente, han decidido atribuirle una temática al baile...

–Pero... Eso suena bien... ¿O no? – pregunto retóricamente, interrumpiendo su monólogo –. Suena... Divertido.

Sí, sí; ¡claro que suena bien! – concede, de acuerdo a mi opinión –. Pero ahí no es donde veo el problema, sino en el mismo tema – enarco una ceja como muestra de confusión, mas dejo que continúe –. Podrían haber elegido como temática lo típico: superhéroes y villanos, hippie, ibicenca, retro... incluso piratas, o algo así como "tema libre". Pero no; por suerte o por desgracia para el alumnado, la fiesta va a ser de temática histórica-medieval – termina. Justo cuando voy a replicar mostrando mi desacuerdo (tampoco lo veo tan mala idea, la verdad), me acalla –. Pero ahí no acaba todo: el nombre digamos que... no le hace juicio al tema, ya que han especificado que, los trajes que debemos vestir, deben de ser formales. Y ¿a qué narices se refieren con "formales"? ¡A trajes "de vestir": vestidos largos y pomposos con corpiños y enaguas! – concluye, indignada. Guardo silencio antes de hablar, pensando bien mis palabras; lo último que me apetece ahora es tener a Sandra como un pitbull rabioso.

–Bien y... ¿Dónde... Dónde está el problema? – pregunto, casi en un susurro. De veras que no entiendo donde está; a mi parecer tampoco es tan... ¿Extraño, ridículo... feo?

¡¿Que dónde está el problema?! - Vocifera, fuera de sí, aunque no se lo tomo en cuenta. Ya se le pasará –. ¡Es mi último año: lo tenía todo planeado para que fuese la noche perfecta! – sigue diciendo en tono alto. No puedo evitar sonreír cuando menciona su idea de "noche perfecta", al igual que no puedo evitar el no pensar que, esa idea, engloba, sin lugar a dudas, a Joel –. No voy a poder llevar un vestido de esos que levantan suspiros, no voy a poder estrenar los zapatos que llevan tres meses en el armario y ¡voy a parecer un champiñón con uno de esos... atuendos tan extraños! – grita. Reprimo una risa ante el comentario referido a su estatura. En el fondo, la entiendo; no soy mucho mas alta que ella.

Eternamente [Libro Primero] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora