Capitulo 16

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En la clase siguiente del Señor Alcides tuve que explicar, junto a Valentina y Javier, las fotos que cada uno tomó.

Casi dos semanas pasaron desde el día que visite aquel museo, donde ese señor se había acercado a hablarme y me di cuenta que ni siquiera le pregunté su nombre, era la persona con lo ojos mas hermosos que conocí

Raúl y yo seguíamos sin cruzar palabra alguna, y en realidad en estas dos semanas había estado faltando mucho a clases, pero no podía preguntarle porqué.

— Amiga, quiero ir a centro comercial, ¿te gustaría venir conmigo? — me pregunta Valentina que esta sentada a mi lado, en el comedor

No soy de esas que pasa en el centro comercial a cada rato, pero decidí acompañarla solo porque no quería pasar en mi casa

— Si, claro — digo

— ¿Sabes qué?, te comprare algo — bebió su gaseosa

— No hace falta — digo amable

— Pero quiero darte algo y dejaré qué tú lo escojas — Sonríe

— Si insistes — acepto

Las dos ultimas clases pasaron muy rápido o al menos así lo sentí. Javier y yo hablamos un rato durante el descanso

Nos besamos antes de despedirnos, acababa ya la semana así que no lo vería en dos días, aveces salíamos o él iba a mi casa, pero últimamente nos veíamos solo en la Universidad. Nos dejaban muchos trabajos así que casi no nos podíamos ver a solas

— Qué bueno que aceptaras salir Vale — dice Valentina viendo por fuera de una tienda

— Solo acepte porque me sobornaste — digo bromeando

— ¿A que tienda quieres ir? — me voltea a ver — O ¿Qué vas a querer?

— No lo se, no quiero aprovecharme de ti — digo con Pena

— Para nada Valeria, escoge lo que tú quieras, dime ¿hay algo en especial que quieras? — pregunta

— De hecho si — suspiro — en aquella tienda — señalo una joyería — hay un juego de collar, pulsera y aretes. Llevo días viéndolo, espero que aun esté

— Bien, entonces vamos

Entramos en el local y si, aun seguía aquel collar de acero que tenia un dije de búho, la pulsera tenia varios corazones muy pequeños colgando y los pendientes eran de unos búhos color dorado

— Ese es — ella voltea a ver las joyas

— Esta muy bonito

Una empleada se acerca a nosotros

— ¿Puedo ayudarlas? — pregunta muy sonriente

— Si, nos llevaremos ese — contesta Valentina señalando el collar

— ¿El juego completo? — vuelve a preguntar la empleada

— Si — dice Valentina

— Pasen por aquí

Y nos guió hasta la caja para realizar la compra. Valentina pago con su tarjeta de crédito y luego salimos del lugar

— Muchas gracias Valentina — digo cuando salimos — no tenias que hacerlo

— No fue nada Valeria — caminamos — Vamos a seguir buscando ropa, voy a necesitar tu ayuda

Fuimos como a 5 tiendas, la verdad me estaba divirtiendo mucho con Valentina, se probo un montón de ropa y gasto mucho dinero. Luego me aclaro que no suele salir a comprar muy seguido pero qué, cuando lo hace, no puede parar de comprar

Cuadros De IlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora