Capitulo 17

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Al rededor de cinco meses pasamos Raúl y yo sin hablarnos, casi medio año. Y todo por unos celos o reclamos sin sentido

No me acercaba a él porque no quería que me escupiera en la cara lo poco que le importaba.

Pero hoy llegó ese día donde tendría que enfrentarlo de nuevo, intentar hacer las pases, o por lo menos, estar en la misma habitación que él

Me encontraba ahí, frente a esa puerta de hierro, yo tenia las llaves pero no creo que fuera correcto entrar como si nada en estas circunstancias

Y ahí estaba dudando entre si abrir o tocar, o mejor marcharme. Eran las 10:00am, supuse que estaría levantado ya

No se cuanto tiempo pasa, y decido tocar la puerta, porque no se siente correcto solo entrar.

Toco una ves, y nada.
Toco otra ves, parece que no hay nadie.
Toco una ultima ves pero mas fuerte

Estoy a punto de marcharme, cuando la puerta se abre de golpe. Raúl esta solo con una camiseta y un bóxer, se ve mal parece que no durmió bien, tiene su cabello mas alborotado y sus ojos están hinchados por el sueño, creo que se acaba de levantar.

Nos quedamos ahí sin decir nada solo viéndonos

— ¿Tú? — Espeta después de un rato

— Hola — ignoro su tono de voz

— ¿Qué haces aquí? — dice con el tono frío

— Vine... A visitar a tu madre — digo mirando al suelo

— ¿Quien te dijo que...? Fue Valentina ¿cierto? — dice serio

— No te enojes con ella por favor, yo le pregunté si sabia porque... — mi corazón late mas fuerte — tú no habías llegado a clases y ella me dijo que no me podía decir y yo le dije que de todos modos vendría a saber el porque — de repente me entraron ganas de llorar

Sin decir una palabra abrió más la puerta y me hizo una seña para que entrara. No sabia que hacer o decirle. Aparte de ayudar a su Mamá, esperaba poder arreglar las cosas con él.

— Ella esta en el cuarto, a la par del mio — camine hasta donde el me indico pero antes de entrar me detuve

— ¿Que... le paso? — pregunte en voz muy Baja

— Hace días sentía un dolor en el pecho y fue al medico y luego se le quitó. — respira ondo — Pero tres días después el dolor regreso más intenso y tuvo como un paro cardiaco pero no fue muy fuerte y el medico dijo que necesita que alguien la cuide. Por eso me la traje a mi casa — termina de decir y parece preocupado

— Oh vaya. Lo lamento mucho — digo en un susurro

Luego entre a la habitación y ahí estaba la señora James. Se veía muy mal, cansada, débil; una lágrima rozo mi mejia, pero la seque lo mas rápido posible

— Te dejo sola con ella — dice Raúl saliendo de la habitación

— ¿Vale?, ¿Eres tú? — pregunta ella un poco confundida

— Si Beatríz, soy yo — digo entre lágrimas

— Mi niña, mira como has crecido — dice acariciando mi mejia — Tu madre estaría orgullosa de ti

— ¿Como esta? — digo ignorando lo que dijo

— Muy cansada, Valeria — se levanta para poder sentarse y yo la ayudo — La vida se me pone pesada. Ya he vivido suficiente — dice con una sonrisa triste

— No, no diga eso, usted aun es muy joven. No puede dejar a Raúl, no puede dejarme — digo suplicándole que aun no se vaya

— Ahora se tienen el uno al otro — toma mis manos — Promete me que lo vas a cuidar. Y que tu también te cuidarás

Cuadros De IlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora