Mercy {Shawn Mendes Fan Fiction}*

15.

—¿Que haces aquí, Morgan? Son más de las once, ¿Está todo bien?.—No dije nada, solo abracé a mamá y comencé a llorar tanto como pude. Todo esto apestaba.—¿Que sucedió, cielo?

—Shawn tiene otra mujer.—No me hizo mas preguntas al respecto, solo tomó mi valija mal hecha y me hizo entrar en casa. 

Sin decir nada solo caminé hacia el final de pasillo y entré a la vieja habitación de Andrew, al hacerlo dejé las llaves de mi auto en la mesa de noche y saqué de mi bolso mi teléfono. Tenía más de veinte llamadas perdidas por parte de Shawn y cientos de mensajes de él y un número desconocido. No me molesté en leerlos, solo mandé absolutamente todo a la mierda. Sin importar que muchísimos mensajes llenos de amor se fueran al carajo junto a sus mentiras.

—No, no vas a ver a mi hija. Ya le hiciste mucho daño.—Escuché la voz de mamá en el corredor y con ello pesados pasos dirigiéndose hasta la puerta. Era Shawn.

—¡Morgan!, ¡Sal de ahí, por favor!

—¡Déjame!.—Éste giró la perilla de la puerta haciéndola ceder y con ello ingresó. Juzgando lo rojizo de sus ojos sé que ha llorado, se lo merece.—Vete de aquí. No quiero volver a verte nunca en todo lo que me sobra de vida.

—Solo escúchame.

—¿Que voy a escuchar?, ¿Acaso vas a contarme como te la follabas mientras yo estaba en casa esperándote? ¡Hace unas horas te creí muerto, maldita sea! Y resulta que simplemente estaba con ella.—Tomé un pequeño respiro al sentir como mi cabeza comenzaba a doler.—¿Desde cuando?

—Morgan.

—¿Desde cuando? Dime.

—Unos días antes de irnos a Maui. Perdóname. Te juro que traté de dejar ese asunto muchas veces.

—Por las imágenes que te envió de sus senos me imagino que eso fue lo que te atrajo, ¿O me equivoco?.—Él solo bajó la mirada.—¿Sabes que? Puedo vivir después de esto. Antes pensaba que no podría estar sin tu presencia, ahora entiendo que puedo vivir contigo o sin ti sin problemas. Solo vete, Shawn. No hagas esto mas difícil, lo único que quiero pedirte es que comiences con el papeleo necesario para un divorcio. No pienso volver contigo.

En ese momento lo vi echarse a llorar, y aunque a mi también me doliera hasta el alma tuve que mantenerme firme ante mi decisión. Si esa mujer lo quería, ya lo tenía. Sé que pensó en arrodillarse pero no lo hizo, secó sus lágrimas y volvió a susurrarme un lo siento antes de irse. Cuando lo hizo, fui yo quien se echó a llorar. Mi matrimonio se acabó. El amor que me tenía se esfumó y ya no volvería.

Dos semanas. Pasaron dos semanas desde aquel rompimiento y no puedo evitar no sentirme mal al respecto. Según mi padres he entrado en depresión y gracias a ello dejé de consumir mi tratamiento, me di cuenta de que no valía la pena hasta que comencé a recaer.

—¿Cómo te sientes?

—Me siento muy mal.—Mamá se sentó a mi lado y tocó mi frente con cariño, sé que tenía fiebre gracias a su mueca.

—Regresa a tu tratamiento, Morgan. Por favor.

—No los quiero, mamá.

—Deja de castigarte. Morgan, tienes que salir adelante.

—Lo dices tan fácil porque no fue a ti a quien traicionaron. No sabes como me sentí al leer esos mensajes, al ver las fotografías que esa mujer le enviaba. Ver su rostro cuando le enfrenté.—Mamá solo se limitó a acariciarme el cabello un poco mientras me veía con atención. 

—¿Ha seguido insistiendo?.—Tomé mi teléfono y lo desbloqueé para ella enseñándole todos los mensajes que había enviado. En muchos seguía disculpándose, en otros me contaba sobre su día de la manera en la que lo hacía cuando seguíamos juntos, también me hablaba acerca de sus vuelos como si fuese a interesarme.