02.

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—¿Quieres comer algo?.—Shawn posó su mano en mi pierna sin despegar la vista del camino. Ambos habíamos salido de la oficina del doctor con todo tipo de pensamientos y sentimientos negativos, él trataba de no decir nada pero lo sabía.

—No tengo mucha hambre. ¿Podemos irnos a casa?

Ninguno dijo nada durante todo el viaje a casa. Shawn solo se dedicó a conducir en completo silencio dedicándome cada tanto una mirada de reojo. Las palabras del doctor me dejaron intranquila y algo paranoica, y mantenía ese sentimiento tan asfixiante que solo me causaba desesperación. ¿Que había en esos estudios de sangre?, ¿Porque los médicos estaban tan preocupados?

Fui consciente del todo el tiempo que estuve sentada en el sofá hasta que Shawn se apareció frente a mí con una taza humeante en sus manos que terminó por entregarme.

—¿Estás cansada?.—Negué con la cabeza y miré como se fue acomodando a mi lado hasta que pasó su brazo por mis hombros.—No te preocupes, no debe ser nada malo. Mañana te llevaré a hacerte todos los estudios que se necesiten solo para comprobar que tu estás perfecta y que esos malestares los esta causando el bebé. 

—¿Me pasas mi computadora?

—No, no vas a buscar las enfermedades que nunca tendrás solo por uno o dos malestares.—Rodé los ojos cansada, ¿porque tenía que conocerme bien? .—Irás a recostarte mientras voy por algo de comer para ti. 

Besó mi mejilla antes de ponerse de pie y tomar su billetera de la mesa que se encontraba a un lado de la puerta. Cuando escuché el motor de su auto alejarse tomé mi computadora y me encerré en la habitación. Me recosté boca arriba y levanté mis rodillas de manera que estas me sirvieron como respaldo para el computador, tomé varias almohadas para elevar mi cabeza y una vez cómoda encendí la máquina.

Comencé a teclear cosas muy básicas como síntomas de embarazo hasta terminar en una pagina web que marcaba las diferencias entre la anemia y otras dos enfermedades. Releía cada párrafo de aquel apartado tratando de reconocer cual era la diferencia entre cada una de ellas y solo pude llegar a la conclusión de que enserio deseaba que solo se tratara de una anemia.

Apagué el computador y lo dejé en mi mesa de noche, tomé una cobija y me cubrí con ella. No sabía que pensar y me hizo pensar que tan cabezota podía llegar a ser. Shawn llegó unos minutos después justo a tiempo para no quedarme dormida, me extendió una bandeja transparente con algún tipo de ensalada y un vaso transparente que contenía limonada rosa. Preparó la bandeja para mí mientras me sentaba con las piernas extendidas cubriéndolas con la cobija.

—¿Tienes frío?.—Asentí y dejé la ensalada en mis piernas, Shawn se acostó a mi lado y tomó el control remoto del aire acondicionado para encender la calefacción. Él dejó de prestarme atención y comenzó a teclear en su teléfono una vez que comencé a comer.

—No quise que cancelaras tus vuelos, lo siento.

—No tienes porque disculparte preciosa, tu siempre irás primero. Además, debería estar agradecido contigo el trasero comenzaba a dolerme de tantas horas de vuelo.

—¿Volverás a irte?

—No por dos semanas, cancelé las doce horas de vuelo que me restaban.—Shawn se acostó sobre su hombro izquierdo y me miró por un largo rato, levantó un poco la manga de mi blusa y toco mi brazo con delicadeza.—¿Ya viste esto? ¿Te duele?.—Miré hacia el lugar que él tocaba y vi los dos hematomas indoloros que había notado hace dos días así que negué con la cabeza.—Debiste decírselo al doctor.

—No debe ser nada. No te preocupes por eso.—Me incliné un poco hacia él y lo besé cortamente antes de volver a mi comida. 

Tomé un par de bocados más antes de sentir como ese conocido ardor comenzó a subir por mi garganta, por reflejo cubrí mi boca con mis manos y salté de la cama lo más rápido que pude sin importarme hacer un desastre, entré al  cuarto de baño justo a tiempo para inclinarme en el inodoro a devolver todo lo que había comido.  Me daba muchísima vergüenza saber que Shawn tenía que verme de esta manera pero parecía no importarle mucho, cuando salí del baño y miré el desastre que había hecho solo pude ponerme a llorar. Que madura. 

—Recuéstate.—Shawn me susurró en el oído mientras me abrazaba por la cintura.—Yo limpiaré el desastre.

Me recosté en la cama y me cubrí con la cobija mientras lo veía recoger el desastre que había hecho, no dije nada al igual que él. Cuando se levantó del suelo y miró de reojo mi mesa de noche rodó los ojos y me miró seriamente.

—¿Que tecleaste y que te apareció?

—¿De que me hablas?.—Me hice la desentendida y vi como éste tomaba la máquina. ¿Porque no fui mas lista y guarde el computador en mi cómoda.

—Tu no tienes estas cosas, Morgan. Estas bien, no necesitas llenarte la mente de cosas inservibles.

—Quiero respuesta.

—Pero no de esta manera. Te he sacado cita mañana por la mañana para nuevos estudios. Verás que lo único que arrojaran será que tus síntomas son por el embarazo. No hagas ideas erróneas.—Le di la espalda y me cubrí con la cobija. No quería hacer el problema aun más grande.—Te amo muchísimo, y no quiero que comiences a hacerte falsas ideas.

Las falsas ideas de Shawn comenzaron a ser ciertas cuando desperté a media noche con una fiebre tan alta que nada podía bajarla. En algún momento de la larga noche que estábamos pasando me sentí desfallecer en el suelo, si no hubiese sido por Shawn tal vez me habría golpeado con un mueble.

—Se acabó. Ese idiota que se hace llamar doctor tiene que darnos una maldita respuesta ahora mismo.

No fui consciente de muchas cosas una vez que Shawn me tomó en brazos. Me sentía tal mal que ya nada me importaba ni siquiera el hecho de estar en pijama.

Sentía un montón de manos sobre mi una vez que entre en urgencias, oía algo lejos el sonido de la voz de Shawn hablando con un doctor o algo así. Quería que esto terminara ahora.

—La subiremos a piso, señora Mendes.—Al parecer era la voz de una enfermera, la verdad no me importaba solo quería dormir.—Su esposo subirá en unos minutos.

Pude dormir unas cuantas horas después de que me instalaran en una habitación aparte algo fría y sin nada en especial mas que un sofá, una silla y un televisor colgando de la pared. Cuando desperté, noté como Shawn se removía algo incómodo en el pequeño sofá.

—Cielo.—Éste abrió uno de sus ojos solo para asegurarse que realmente estaba despierta y se levantó para quedar a un lado de la cama junto a mí.

—¿Te sientes mejor?

—Un poco. ¿Qué te ha dicho el doctor?

—No mucho. Estoy pensando en cambiar de doctor de cabecera. No te preocupes, todo estará bien.

El doctor entró después de varias horas completamente solo, si venía solo significaba que finalmente hablaría con nosotros acerca de mi malestar. O al menos eso es lo que esperaba.


En colaboración con ZxoShawnbae

Mercy {Shawn Mendes Fan Fiction}*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora