—¿Te sientes mejor?.—Morgan negó cansada y volvió a cerrar los ojos. Me dolía verla así.—Ya me quiero ir.
—Sufriste convulsiones, saldrás dentro de dos días. No vuelvas a hacerme esto, por favor.
—Lo siento mucho pero no puedo controlarlo.—Me senté a su lado y la abracé tanto como los cables en su cuerpo me lo permitieron. Besé su frente y labios muy cortamente antes de permitirle volver a hablar.—¿Qué te han dicho los doctores?
—Solo fue una recaída.—Mentí. No tenía corazón para repetir las palabras del doctor.—Tendremos que hacer tu rutina diaria mas sencilla.
—No hago absolutamente nada en todo el día. ¿Que más podrían quitarme?
—Hablaremos de eso luego. Por ahora vas a tomarte las cosas con calma, no me iré hasta que tu salud esté mejor.
—¿Tengo que enfermarme más seguido para que tú te quedes en casa?
—No quiero discutir. No hablaremos de eso.
Las cosas comenzaban a ponerse difíciles. El primer día fuera del hospital fue duro por dos razones. Morgan gritaba de dolor ya que los estúpidos analgésicos no le surtian efecto y eso solo me hacía sentir impotente ante la situación. Mi estúpido supervisor no paraba de presionarme para que volviese al trabajo, las deudas iban en aumento. Estaba cansado.
—Shawn.—Morgan subió su cabeza un poco a mi pecho y se quedó quieta en el. La abracé y comencé a pasar mi mano por su brazo izquierdo tratando de relajarla.
—¿Que sucede, cielo?
—¿Estás harto de mí?
—Nunca tendré suficiente de ti. Voy a quedarme contigo toda la vida hasta que seamos grises y viejos.
—¿Sí llegas a aburrirte de mí, me lo dirías?
—Deja de pensar en eso, te amo mucho y seguiré haciéndolo durante toda nuestras vidas. Trata de dormir un poco. Te traeré tu cena en un rato.
Que Morgan tomara las quimioterapias en casa no hacía la tarea de cuidarla más sencilla, había veces que lo hacía mal y teníamos que iniciar desde el principio y eso solo causaba más dolor y enfado en ella. Andrew era de muchísima ayuda pero él prefería salirse de la situación cuando esta se ponía tensa. Nuestras familias, aunque nos daban todo el apoyo que podían preferían mantenerse al margen de todo dejándome a mí toda la responsabilidad.
Semanas después me vi obligado a salí de viaje durante dos días enteros en los cuales no pude concentrarme completamente al tener a mi esposa constantemente en mis pensamientos causando el enfado en mi superior. Cuando llegué a casa de esos días tan cansados solo pude llegar y encontrarme a Morgan completamente enfadada por la pérdida de su cabello.
—Ya no llores, cielo. El cabello te volverá a crecer.
—Esa estúpida estilista lo arruino, yo solo quería verme bonita para ti. Es lo menos que puedo hacer y mírame, parezco un estúpido espantapájaros de paja.
—Escucha, tú siempre lucirás hermosa. Con o sin cabello. Tu sonrisa y tus ojos son mi característica favorita de tu persona, quiero ver esa sonrisa y esos preciosos ojos azules brillar. El cabello es lo de menos.
—Es que...
—Si te sientes insegura, no voy a descansar hasta hacerte ver lo hermosa que eres. Podemos comprar tantas pelucas quieras, pero no quiero verte así. Me lastima.—Ella asintió y quitó torpemente las lágrimas de su rostro antes de abrazarme.
—Tengo al mejor esposo de todos.
Morgan lleva sufriendo más de seis meses sin ver resultados positivos en el tratamiento, cada día luce más delgada y pálida, el color de sus adorables mejillas se esfumó al igual que el hermoso brillo en su mirada. Las cuentas de su tratamiento comienzas a hacerse presente por lo que hace poco tuve que volver a laborar dejando sola a mi esposa nuevamente, no puedo cuidar de ella y atender un trabajo tan pesado. Va a darme un puto infarto en la tierna edad de veintiséis años.
Era viernes por la noche, rechacé tomar un vuelo nocturno a la frontera de México y simplemente me quedé bebiendo en el bar que había dentro del aeropuerto sin que nada ni nadie me molestara. No quería volar, no quería volver a casa, no quería mas estrés en mi vida. Ya no.
Camille
iMessenger
Online¿Porque tan triste, Shawnie?
Por nada.
Solo estoy estresadoYa veo, ¿Porque no
te das la vuelta y
platicas un poco conmigo?Me di la vuelta y vi a Camille caminar hacia a mi con su teléfono en mano y su maleta en la otra, se sentó en el banquillo de junto y comenzamos a hablar. Ella me contó tanto de su vida que por un momento me olvidé de la mía y creo que eso era lo que necesitaba. Mientras la charla se hacía mas profunda, mas copas vacías se acumulaban frente a nosotros y eso me estaba reconfortando. Camille posó una de sus manos en mi brazo y comenzó a acariciarlo tan lentamente que me estremecí. Tenía meses sin tener un buen polvo y esto solo estaba debilitandome ante la negación.
—¿Porque no vamos a un lugar mas privado? Podemos olvidarnos de todo un momento.
—Tengo esposa.
—Yo lo sé y no te estoy pidiendo que la abandones. Ven conmigo, haré que tu estrés desaparezca tanto como esas ganas que tienes de besarme. ¿Crees que no puedo notarlo, Shawn? No lo pienses, solo hazlo. Tú me darás placer y yo haré que te olvides de todo, ella no se enterará.
Esas palabras fueron suficientes para rentar una habitación en un hotel barato y tenerme entre sus piernas durante toda la noche. Estaba mal pero se sentía tan bien.
En colaboración con maloleyftlxh.
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Mercy {Shawn Mendes Fan Fiction}*
Fanfiction"Aunque no quieres lastimarme estás destrozandome" ¿Puede una relación deteriorarse a causa de algo tan simple pero complicado de entender? ¿Cómo alguien puede sentirse tan dichoso en un día y desmoronarse en un par de horas?. ¿Cómo puedes seguir a...