Capítulo 30 - Nervios al máximo

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Lo siento por no actualizar. Esto continúa :)

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-No encuentro razones- le dije a Cynthia mientras secaba mi cabello mirándome en el espejo de mi cuarto.

-Al menos la ducha te ayudó. Ahora estás mas tranquila-

-Sigo extrañando mi cabello…me pregunto que habrá pasado con Erick-

Ya le había contado a Cynthia lo que unos meses atrás había sucedido con él. Era un poco extraño que después de meses sin saber nada de él aparezca de ésta forma. Yo solo quería concentrarme en platicar con mi prima favorita y en dormir para olvidarme de lo sucedido.

Al día siguiente, era muy temprano cuando sonó el teléfono. Dejé que timbrara tres veces pero como nadie contestaba decidí hacerlo yo. Salí de mi cuarto y la casa estaba sola, me extrañó mucho eso.

-¿Sí?- contesté el teléfono.

-Buenos días, bonita-

-Hola Paul- su voz era inconfundible.

-¿Cómo amaneciste?-

-Pelona- me auto bromeé y Paul se rió.

-Estoy seguro que te acostumbrarás al corte-

-No tengo otra opción, de hecho…pienso faltar a la boda-

-¡No!... No puedes hacer eso…es la boda de tu prima-

-No quiero que la gente me vea así-

-Eres la única que te ves mal a ti misma-

-Ese es mi don: ser insegura-

-No es un don…es algo que debemos de arreglar-

Tocaron la puerta.

-Paul, lo siento, tengo que colgar, llaman a la puerta…te veo luego-

-Esta bien, cuídate mucho y recuerda que eres bonita de cualquier forma-

Sonreí. Pero otro toque en la puerta hizo que reaccionara.

-Gracias Paul, adiós-

Me dirigí corriendo a la puerta y ahí estaba Cynthia junto a mi madre. Nunca había visto a Cynthia tan pálida.

-Trae un poco de té- me indicó a mi mamá.

-¿Qué ha pasado?- pregunté.

-James… no llegará hoy- Cynthia respondía nerviosa.

-No me digas que llegara el mismo día de la boda- me apresures a sentarme junto a ella. Asintió con la cabeza. -Oh Cynthia…él debió organizar bien su tiempo, no es tu culpa-

-Tal vez no quiera casarse conmigo-

-O tal vez estás muy nerviosa y todo lo ves mal- interrumpio mi madre.

-Yo amo a James, yo amo a James- Cynthia lo repetía.

-Está nerviosa- confirmé.

Nos llevó un tiempo tranquilizarla y decirle que todo saldría bien. Faltaban sólo dos días para la boda y todo estaba listo. Menos yo. Yo seguía con mi cabello medio corto y triste.
Pero debía sonreír, como dama de honor, debo de hacer sentir bien a Cynthia en todos los aspectos.  Comencé a arreglarme para el colegio. Otro día más en la escuela que comenzaba a perder la importancia que antes tenía.

Durante el día, Mary y yo estuvimos platicando sobre el vestido que llevaría a la boda. Había faltado a la escuela sólo para encontrar un vestido que impresionara a Paul.

-¿Ya hablaste con Paul?- le pregunté.

-Ni lo he visto…¿crees que me deje plantada?-

-Lo tiene prohibidísimo- reí -tiene que ir a la boda porque sí-

-Tal vez el no quería ir conmigo-

-El aceptó ir contigo…cuando le entregué la invitación sonrió y estaba muy feliz de haber sido invitado- Mentí un poquito. De hecho, estaba enfermo y no tenía ánimos para procesar la noticia.

A lo largo del día, las miradas de todos me habían seguido. Llevaba mi cabello recogido, cosa que muy rara vez hacía…o tal vez sólo estaba paranoica.

-¿Por qué no soltaste tu cabello Ally?- John me preguntó cuando salimos del salón.

-Emm…no estaba preparada-

-¿Quieres que lo suelte?- Puso su mano en el listón que sostenía la pequeña cola de cabello, pero reaccioné inmediatamente.

-¡No!... Ni se te ocurra John-

-John, respeta por favor- Mary jugueteaba con nosotros.

-Debe de dejar de lado sus complejos-

-Vivo bien con mis complejos John- le mentí.

-Hola chicos- Paul estaba afuera de la escuela. Yo sólo sentí que Mary apretó fuertemente mi mano.

-Hola- respondimos.

-¿Por qué no soltaste tu cabello Alanna?-

-¡Es lo mismo que pregunté!- John se puso al lado de Paul, quedando los dos frente a nosotras.

-Te debes de ver bien, no como Johnny, que cuando cortó su cabello los cachetes no dejaban que su rostro se viera-

-¿Qué me dices de ti McCartney?...cuando Emma te escogió como conejillo de indias para hacerte un nuevo corte y quedaste como guacamaya.

Mientras se decían cosas, Mary y yo solo reíamos. Nos gustaba verlos pelear jugando.
Estuvimos platicando durante un buen rato, hasta que cada quien se dirigió a su casa.

Debí aceptar la petición de los chicos sobre acompañarme a mi casa…cuando escuché ruidos entre los árboles me puse muy nerviosa, tanto así que en tramos caminaba hacia atrás.

Llegué a casa sana y salva, aún con los nervios a flor de piel.
Fue peor cuando entré a casa: Mi mamá estaba al teléfono un poco molesta con las personas encargadas del banquete que habían hecho el menú equivocado, Cynthia estaba casi comiéndose las uñas mientras veía por la ventana sin dejar de mover las piernas. Y el vecino no dejaba de golpear la pared con un martillo. Y así fue todo el día.

[DOS DÍAS DESPUÉS]

Había faltado al colegio, no me sentía animada como para ir. Me miré en el espejo y casi me deprimo. Pero al instante recordé que era el día de la boda, el día más importante en la vida de mi prima, así que decidí luchar contra los monstruos de mis complejos y arreglar mi cabello desde temprano.

Salí a la sala a buscar un listón azul cuando por la ventana vi una sombra que pasaba rápidamente.
Caminé hacia la puerta y la abrí.
No había nadie afuera ni a los alrededores, pero una hoja debajo de mi puerta llamó mi atención.

La tomé, entré a la casa y la abrí:

"Eres bonita de cualquier manera. No importa el lugar, la ocasión, el color de tus ojos, el diseño del vestido o el corte de cabello. Siempre eres bonita"

Una lágrima rodó en mis mejillas y estoy segura que una sonrisa se dibujó en mi rostro.

Piénsalo, dos veces. (John Lennon & Paul McCartney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora