CAPÍTULO 19

332 48 7
                                    

Sonrió y vuelvo a entrecerrar los ojos. ¿Es él? Esta muy diferente, se ha rasurado, tiene el cabello más corto y lleva ropa limpia. ¿Qué hace acá? Debería de estar en Canadá, Cory tiene prohibido entrar a este país. Giró y sigo mi camino. No quiero saber nada de la loca, mi intención era sacar de mi cabeza a todos y ahora llega Cory a malograr mis planes. ¡Oh! Supongo que el mensaje de Ethan tiene algo que ver. Al menos no ha pasado nada malo ó ¿Si?
-Disculpa... ¿Estás borracha?
Sin girarme, levanto la mano y le muestro el dedo medio. Algo grosero de mi parte ya que él no me ha hecho nada pero quise
hacerlo. No estoy borracha. Estoy perfectamente bien, quiero divertirme y no puedo hacerlo.
-¿Puedo acompañarte?
-Estás siguiéndome. ¿No se supone que ya me estás acompañando?
-Lo tomaré como un sí. Aún es temprano. ¿Cuánto has bebido?
Ignoro su pregunta y empiezo a correr para alcanzar al autobús que se aproxima. Es divertido correr y perseguir al autobús. Cory se sienta a mi lado y pongo los ojos en blanco. Aún no sé que hace aquí pero no me apetece malograr el momento. Él puede ser un pase gratis al olvido, como también puede ser lo contrario. ¿Me lo quedo o no me lo quedo?
¡Me lo quedo! La noche aún es joven y teniendo a Cory conmigo ¿Por qué no distraernos?
-¡Playa! -grito al conductor.
Se gira hacia mí y se me queda mirando.
-¿Qué? -pregunto agitando las pestañas.
Siempre quise hacer esto y tu solo tienes que seguirme o irte. Lo reto con la mirada y una sonrisa aparece en su rostro. Genial Reeds, solo tienes que hacer lo que yo diga. Por ahora... Esperamos a que el autobús frene y doy un salto del asiento para salir corriendo. Me quito las converse y camino descalza en la arena. El aire cerca del mar es mucho más fresco. Inspiro y giro sobre mis talones. ¿Por qué nunca hice esto? Es relajante, pero aún siento que algo me falta. ¿Nunca saldrá de mi vida? Siempre está allí, estaba a un paso de sacarlo de mi vida y aparece como si todo en la maldita vida fuera fácil. Creí haber encontrado el amor indicado, ¡Lo había encontrado! Lo poseí por un tiempo y tuve que alejarme de él. Caigo en la arena y empiezo a reír, burlándome de mí. Se suponía que todo iba a salir bien. ¡Se suponía! El debería de estar conmigo ahora mismo.
-¿Estás bien? ¿Por qué lloras?
-Porque el amor es algo imposible, porque sacarte a alguien de tu cabeza es imposible. ¿Por qué más lloraría?
-Porque eres tonta. -Dice con sencillez.
Imbécil.
-No te quedas atrás. Amas a una loca.
No respondió. En su lugar, alzo la vista y observo el mar. Hice lo mismo, pensando en que tan atareado está por ella. Se merece algo mejor, Diane solo piensa en destruir todo. Pienso que tal vez Cory está en la misma situación que yo. Él está en una posición más difícil que la mía, quiere a alguien que sólo destruye. Nadie elige de quien se enamora, pero creo que él esta muy equivocado en el tema del amor.
Mmm... El suave sonido de las olas es muy embriagador, a pesar que tenga frio disfruto del momento. Lo único irritante es la necesidad de querer algo, de necesitar algo, pero no sé que es. Quizá necesito algo desenfrenado... Algo que me ayudaría, a Cory también.
-¿Cory?
Gira la cabeza y tengo toda su atención. A la mierda...
Me inclino y coloco una mano un su pelo. Me mira con confusión y vuelvo a sonreír. Ambos necesitamos esto, solo espero una pequeña señal para poder seguir mi propósito del día. La ansiedad vuelve a atacar y me acerco más a él. Por favor, me buscaste por una razón, tu también lo deseas.
-No lo hagas. -murmura cerca a mis labios.
-Ayúdame...
-¿A qué?
-A olvidar.
Junto mis labios a los suyos y me siento victoriosa por haber logrado lo que me propuse. Cory se inclina a mí y mete la lengua entre mis labios y hace que el beso se vuelva un poco más violento. No es suficiente para satisfacer la ansiedad que sigue recorriendo mi cuerpo. Poco a poco me tumbo en la arena y voy a por el segundo reto. Entrelazo mis brazos en su cuello y muevo la cadera para provocarlo. Responde a mis movimientos y con eso basta para excitarlo.
-Bien... Es suficiente. -Tiene la voz entrecortada y su respiración acelerada. Vuelve a sentarse y pongo los ojos en blanco.
-Nunca es suficiente.
-Lo es para mí. ¿Qué pasa contigo? ¡Tú no eres así!
-¿Y cómo soy?
¿Qué disparate tiene para mí?
Niega y parece estar enojado. No lo obligue a que me siguiera el beso, pudo detenerme.
-¡Vamos! Te llevaré al departamento.
Me planteo la idea de batallar por quedarme aquí pero el señor Refunfuñón no podría hacerlo. Me burlo de él, y camino delante sin dirigirle la palabra. Ha estropeado el momento cachondo de la noche, por un pequeño instante me sentí libre. Sin sentirme culpable o sola, hasta he llegado a sentir miedo al no estar con Jack. ¿Por qué miedo? Me he preguntado eso todas las noches, no quiero que se vaya del todo. Quizá tenga miedo perderle, o miedo a que deje de quererme. El miedo se puede catalogar de muchas formas, de lo que si estoy segura, es que me sentiría protegida a su lado. Siempre estuve sola, pensaba que no necesitaba de nadie para poder seguir con mi vida, pero apareció con su típica sonrisa que detestaba y su estupidez y los malditos sentimientos volvieron. Ese fue el momento en el que se volvió a romper mi corazón con tan solo verlo, me volví a enamorar de él por segunda vez, después de tanto tiempo estaba a un paso de sacarlo de mi vida. ¡Idiota! ¡Estúpido! ¡Tonto! ¡Imbécil!
Escucho a Cory dando zancadas para alcanzarme, no había notado que apresure mi paso mientras me enfrascaba en una pelea con Jack en mi cabeza. ¡Que tonta! Me lance al abismo sin darme cuenta. Jack apareció en mis pensamientos sin ser invitado. ¡Ugh! La sensación ha vuelto, y más penetrante que de lo normal. Camino más rápido, el edificio está cerca. La idea de lidiar con Cory otra vez no me agrada. Siento que he traicionado a Jack. ¿Debería sentirme de esa manera? No lo sé. Tal vez debí esperar un tiempo.
-¿Volvieron? -Pregunta al alcanzarme.
¿De qué habla?
-¿Qué?
-La sensibilidad, la tristeza, el dolor, y ahora el pesar que sientes por besarme. ¿Están allí?
-Sí. Siempre me acompañan. ¿A ti?
Me observa y alza la vista para ver el edifico donde nos hemos detenido. -Te lo diré mañana. ¿Estarás bien?
-Estaría bien si me hubieras seguido el juego. Tendría en que pensar y no pensaría mas en... Da igual. Estaré bien, no me voy a suicidar.
-Más vale que no lo hagas. Te veo luego.
Le señalo mi mejilla para un beso de despedida pero sabe lo que tengo pensado y se marcha sin despedirse. Me quedo fuera del edificio hasta que Cory desaparece y entro.
El día no fue común ni agradable, pero por un tiempo limitado me mantuve distraída y con eso me quedo satisfecha.

Es Difícil Olvidar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora