Noche arruinada

716 60 4
                                    

Me encuentro en la terraza de Jack, su casa es hermosa, aunque demasiado grande para dos adultos y un niño. ¿Dónde están Patrick y Elián?
Jack hizo la cena y arreglo la terraza con velas, una mesa para dos, mis nuevas rosas favoritas —color rosa pálido— y por supuesto, la luna es su cómplice. Es una noche magnífica. Llevo puesto un vestido halter casual, Jack lleva pantalones de vestir y una camisa blanca, sus mangas están enrolladas por encima de los codos... Hace que luzca sexy.
—Guau. Todo es muy... ¿Lindo?—digo haciendo una mueca. La verdad es que todo es hermoso pero demasiado cursi para mi gusto.
— ¿No te gusta?
Todo es perfecto.
—Jack, me encanta. —le digo mirando hacia sus ojos.
—¿En serio? —Dice con un brillo en los ojos. — ¿Sabes todo lo que he hecho para lograr todo esto? Primero: conseguir que Patrick desapareciera y bueno, Elián está con mis padres. Segundo: Es agotador cocinar y arreglar todo. También entré en tus redes sociales e investigué tus cosas favoritas.
—¿Así? ¿Qué encontraste?
—Tus postres favoritos, libros, canciones, películas... eres una anticuada.
Vaya... si que se ha esforzado... Seis años atrás él estaría obsequiándome una goma de mascar.
—Veamos si has hecho bien tu trabajo. ¿Pasatiempo favorito?
Tuerce los labios para disimular una sonrisa. ¿Qué está pensando?
—Hacerme feliz.
—Últimamente es mi preferido. –le digo, sabiendo a lo que en realidad se refiere.
Rodea con sus brazos mi cintura y es suficiente para pensar que mi mundo será perfecto a su lado.
—Sigamos —digo— ¿Canción favorita?
—Eres muuy anticuada. Aunque hay una canción que me agradó mucho.
Saca de sus bolsillos el mando del pequeño estéreo que se encuentra en un rincón. Aprieta un botón y empieza a sonar Can't Take my eyes off you de Frakie Valli.
—¿Bailas conmigo? —dice extendiendo su mano.
Oh, no. Esto se está volviendo más cursi.
—No tengo ni la menor idea de cómo bailar esa canción.
— Solo hay que improvisar.
Tomo su mano y nos dirigimos al centro de la terraza.
Dos pasos a la izquierda y después dos a la derecha.
¡Qué fácil!
Antes de llegar al coro Jack me carga y empieza a girar.
Trato de ocultar la enorme sonrisa de adolescente enamorada y protesto para que me baje y lo hizo, al mismo tiempo que empieza a cantar el coro de la canción. —..... And let me love you baby, let me love you — Al decir "let me love you" eleva mi mano para hacerme girar y después seguir con el raro baile que estamos protagonizando.
—Te amo —dice al acabar la canción. Le sonrió y nos dirigimos al balcón para apreciar la vista.
Jack se coloca detrás de mí y me envuelve con sus brazos. No había notado lo helada que estaba hasta que sentí su calor.
—Te cuesta decirlo ¿no? — susurra en mi oído. Giro para mirarlo y mis ojos se llenan de lágrimas
No... maldición.
—Te amo. -respondo
— ¿No creíste que esto pasaría? — dice con el ceño fruncido.
Niego con la cabeza. Me abraza y nos quedamos así por un largo rato. Me abraza más fuerte cuando suelto un gemido por mi fallido intento de no llorar. Estar con Jack no estaba en mis planes, es como un sueño por el cual renuncie hace mucho tiempo y que ahora el sueño me busco a mí.
—Nunca me dejes —pide.
—Nunca.
—Te prometo que nunca te dejaré. Estaré contigo así me odies.
Nos separamos para mirarnos a los ojos. Siento que con sólo una mirada él me dice cuanto me ama. Y ahora ha prometido estar conmigo para toda la vida. Él es el hombre que amo. Nunca lo dejaré y él tampoco a mí.
La alegría invade mi cuerpo y me dan ganas de dar saltitos por toda la terraza.
—¿Un último baile? — Pregunta
¡A buena hora!
—El último de esta noche.
Asiente y vuelve a sacar el mando para que esta vez suene La vie En Rose de Louis Armstrong. Mi canción favorita. Una de las más románticas canciones del jazz clásico. Bailar esta canción en una noche magnífica junto a la persona que amas, no tiene precio. Todo es perfecto. Al lado de Jack todo será perfecto.
— ¿Crees que gane la custodia?
—Lo harás. De eso no hay duda. —Digo— ¿Para cuándo están citados?
—Mañana.
— ¿Estas nervioso?
—Sí, pero pienso que todo estará bien. Cuando todo esto termine, iré de viaje con Elián. Iremos a diferentes partes del mundo. Y claro, tú estarás nosotros.
Los ojos se le iluminan de solo pensarlo.
—Creo que hay que ir despacio. Si Diane cumple con su palabra, ella se irá y dejara a Elián. Será duro para él distanciarse de su madre. Será difícil para ti también.
—Lo sé. Pero estarás tú para decirme que todo saldrá bien ¿verdad?
—Jack... No estoy lista para conocer a Elián. Además... Muy pronto iré a la universidad y tendremos que aprender a estar separados. No puedo dejar que Elián se acostumbre a mí.
— ¿No quieres conocerlo?
—¡No! No hablo de eso. En algún momento tengo que conocerlo, solo que... Ahora no es buen momento.
— Y ¿Cuál sería el mejor momento? —dice frunciendo el ceño.
¿Se está enojando?
Terminaremos mal si seguimos con esto.
—Creo que debería irme.
—Te llamaré mañana.
¿Quiere que me vaya?
¿Esta enojado conmigo?
—Adiós — digo caminando rápidamente para bajar las escaleras. Ni siquiera deje que me acompañe.
¡Como demonios se atreve a enojarse por un asunto que es delicado! Él sabe lo difícil que es para mí y ahora se enoja porque le digo que vayamos despacio.
¡Agh! Reviso el teléfono y encuentro un mensaje de Camille.

  *¿Donde estas?
  *Laarga historia ¿Estás en tu casa?*
Gracias a dios responde rápido.
  *Siip. ¿Vendrás?*
  *Allá voy*
Fui al departamento de Camille y encontré a Patrick allí. Les conté a los dos lo que pasó con Jack y se pusieron a gritar y saltar como niños. Claro que no les conté sobre la noche que pasamos juntos.
— ¿Seguirás siendo mi cuñada? —pregunta Patrick.
— Es obvio que sí. Es una pequeña discusión la que han tenido. El problema es que ustedes son unos jodidos orgullosos. Yo apuesto a que Jack será el primero en hablar. — Camille no deja esa estúpida sonrisa de victoria.
— Dijo que me llamaría mañana.
— No lo creo. Yo apuesto a que Mirella será la primera en hablar.
—¡Dejen de apostar idiotas! —digo arrojándoles una almohada a cada uno.
— ¿Quieren beber algo? — Pregunta Camille
— Una cerveza. — dice Patrick
Camille me mira — Solo agua.
— Oh ¡Vamos! Solo una cerveza. No te hará mal. Además ya no está Jack para que lo beses. A menos que quieras besar a Patrick.
Patrick me guiña un ojo y manda un beso al aire.
— Solo una. –digo.
Asiente y me alcanza una cerveza. Miro la pequeña botella como si fuera mi peor enemiga, pero igual la tomé.
— ¿Se quedarán a dormir? — Preguntó Camille
— Si — decimos Patrick y yo al unísono.
— ¡Oh! — Grita Patrick — ¿Lo ves? Eres una cuñada perfecta
— Déjalo ya Patrick —le respondo.
— Okay. Nena duerme en el cuarto de invitados, Patrick duerme en el baño.
Patrick hace una mueca y me echo a reír.
— Duerme en el cuarto de invitados Patrick. Dormiré con Camille.
Terminamos las cervezas y nos fuimos a acostar.

Camille esta insoportable. ¡Quiero dormir!
— Camille ¿Qué más quieres saber? Ya les conté todo.
— Okay. No diré nada más.
El dormitorio se silencia y empiezo a escuchar a Cam silbando.
¡Por el amor de dios!
Pongo los ojos en blanco.
— ¡Bien! Me acosté con él.
— ¡Nooo! ¡Demonios! —Grita— ¡No lo puedo creer! ¿Tu? ¡Estamos hablando de ti! ¡Tuviste sexo con Jack!
¿No podría hacer un poco mas de escándalo para que todo el edificio lo oiga?
— ¡Shh! ¡Patrick puede estar escuchando!
— Mañana seguiremos hablando de esto. Necesito dormir.
— ¡Por fin!

Es Difícil Olvidar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora