CAPÍTULO 10

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Hoy es noche buena, la juguetería está repleta. Personas gritando y peleando por los juguetes. Solo falta una hora para poder salir de este lugar. Iré a casa y me vestiré para ir a la plaza a recibir la navidad.
Camille estará con sus padres, prometió llamar a las doce y espero que la llamada entre.
Jack y Patrick también estarán con sus familiares, aún no he hablado con Jack. Solo me mandó un mensaje para decir que había ganado la custodia y dando las gracias por haberlo ayudado.
Pensé en la discusión que tuvimos, creo que los dos tuvimos la culpa. Yo no me expresé muy bien. Es claro que Jack tiene que pasar más tiempo con su hijo. Diane se irá y será difícil para Elián olvidar a su madre. Y yo no puedo sólo aparecer en la vida del niño y ser su nueva mamá. Jack debería hablar con Diane sobre ese tema.

Mi hora de trabajo término y me dirijo a la autopista para tomar un taxi. Todos pasan llenos, no me imagino cómo debe de estar el metro.
Un audi Q5 se acerca a toda velocidad. No sé de autos pero María tiene este auto y lo presume a cada maldito instante. El audi se detiene frente a mí, alertando cada parte de mi cuerpo. Miro a los costados para asegurarme de que haya personas a mí alrededor pero solo hay unas cuantas y tampoco hay señales de los agentes de seguridad. ¿Por qué debería alertarme? Solo es un auto que se detiene a mi lado. El auto tiene las lunas polarizadas, impidiendo que pueda ver el interior. Giro sobre mis talones para alejarme, trato de caminar lo más rápido que puedo, siendo algo discreta. Escucho que la puerta del audi se abre, miro de reojo y un hombre corpulento se acerca dando zancadas hacia mí. Comienzo a correr pero el hombre fue demasiado rápido.
-¡No! -Grito para que me suelte- Suélteme. ¡Por favor! -Suplico
- Cállate puta - su voz es gruesa y muy ronca.
Grité todo lo que pude, pero era demasiado tarde. Ya me encontraba en el auto con dos hombres y otro manejando, llevan un trapo en la mitad de su rostro, dejando ver solo sus ojos.
- Dile que la tenemos -ordena uno de ellos.
Su compañero alza el teléfono y llama a alguien.
Yo me encuentro suplicando para que me dejen ir.
¿Quiénes son?
¿Qué quieren?
Oh no. Esto no puede estar pasando.
- La tenemos -dice hablándole al teléfono - De ninguna puta manera voy a dejarla ir... ¿Qué?...No, escúchame bien. Primero me pagas y luego te largas...Nos encontramos allá.
Apaga el teléfono y le habla a su compañero.
- ¿Se piensa largar?
- Está claro que tiene que irse pero se piensa ir ahora, dejar que nos ocupemos de esta mierda y que le mandemos el dinero.
- De ninguna jodida manera.
- ¿Quien es su jefe? Por favor, por favor. Déjenme ir.
Ellos hacen caso omiso a lo que les digo.
Uno de ellos no deja de mirarme.
-¿Qué tal si primero nos divertimos con ella?-dice lamiéndose los labios.
Empiezo a golpear la ventana y a pedir ayuda pero es ridículo, porque nadie puede verme y mi voz suena quebrada, logrando que mis palabras no sean entendibles.
- Es suficiente - dijeron
El hombre que me cargo hasta el auto se acerca y pone una venda en mis ojos y boca, ataron mis manos y también los pies.
Ahora estoy indefensa. Solo puedo oír sus voces. Todo es muy confuso. Solo quiero estar en casa celebrando la navidad.
El auto se detiene y me dirigieron a un rincón, me sentaron en la tierra. El lugar apesta a podrido. Cierran una puerta y escucho pisadas acercándose a mí. No sé cuantas personas hay pero solo escucho el caminar de una persona,
-¿Sabes por qué estás aquí?
- No. Solo... Solo quiero ir a casa. -Respondo sollozando
- No iras a ningún lugar. Esperaremos a la persona responsable de esto. Nena, aun no sé por qué estas en este lugar, pero te puedo asegurar que la persona que te quiso aquí, te odia mucho y no te dejara en paz por un largo tiempo.
Cierra la puerta de golpe y el silencio en que se convierte la habitación me dice que no hay nadie...

El tiempo sigue pasando y me pregunto si ya llevo más de una hora acá, en este estado ni siquiera sé si esto es una pesadilla o una broma de mal gusto. Quiero pensar que es una pesadilla. Los murmullos vuelven a oírse y la puerta se abre, esta vez son más pisadas, eso quiere decir que hay más de una persona.
Me quitan la venda y entorno los ojos para ver a la persona de enfrente. Observo la silueta de tres hombres corpulentos y una silueta de alguien delgado. Vuelvo a pestañar y me quedo pasmada al ver a Diane.
Oh Dios.
- Hola querida. Que gusto verte. -dice con sarcasmo.
-¿Qué? ¿Tú eres la que me trajo aquí? - Pregunto desconcertada
- ¡Si! Qué buen regalo de Navidad ¿no?
- ¿Qué quieres?
- Oh. Mi vida. Solo quiero un pequeño monto de dinero y hacer lloriquear a tus padres.
- ¿Dinero? ¿Por qué yo?
- Porque por tu maldita culpa perdí al niño. ¡Tú no debiste entrometerte en este asunto! ¿Por qué lo hiciste? ¿Por Jack?... Lo amas ¿verdad? -Suelta una carcajada- Te gusta comer de mi sobra ¿Verdad? Aunque, quien se podría aguantar ante tal barbaridad ¿Eh? Y más cuando está desnudo frente a ti.
- ¿Cuánto quieres? -Suelto rápidamente- ¡Déjame ir de una maldita vez para traerte el dinero! Mis padres no tienen dinero.
Suelta una carcajada - ¡Bien! Me conformo con un millón de dólares. Pediría más pero no quiero abusar de tu confianza.
- ¿Qué? ¡No tengo todo ese dinero! ¿De dónde lo voy a sacar?
- Tal vez tu amiguita te puede ayudar. ¿Cómo se llama? ¡Oh! Si. Camille.
- No hagas esto. Piensa en tu hijo. Solo... Déjame ir, no le diré nada a nadie.
- Te quedarás aquí hasta que me consigan el dinero. Debiste pensar antes de meter tu culo en un asunto que no es tuyo. Ahora cállate, faltan diez minutos para la navidad. Y tengo que recibir las llamadas de tu móvil -Levantó el móvil y lo agita en el aire.
Le hace unas señales a los hombres de atrás y ellos se acercan con una cinta para tapar mi boca.
Pasaron algunos minutos y los fuegos artificiales comenzaron a sonar. Luego de otros minutos mi teléfono también.
Diane se tapa la boca y hace un gesto exagerado de sorpresa-
- Como era de esperarse... Es ¡Jack! Okay... ¡Okay!
Toca el táctil de la pantalla y pone el altavoz.
- ¡No hables! Solo escucha. Esa noche me altere un poco pero tienes razón. Debemos ir despacio. Todo esto es muy difícil para ti y lo siento. Debería de hablar sobre esto con Diane y buscar lo mejor para mi hijo. Te amó. Por favor. Perdóname y, Feliz Navidad cariño.
Mis ojos se llenan de lágrimas.
Oh Jack...
- ¡Eres taan romántico! ¿Por qué no me decías eso a mí? ¡Dah! Olvídalo, ni me interesa. Feliz Navidad para ti también cariño.
Tarda en responder.
- ¿Mirella?
- Uh... Ella está en el piso, amarrada y llorando como la idiota que es. Bueno, cariño, tengo que cortar. Estoy esperando otra llamada. Te quiero, adiós.
Cuelga y pone los ojos en blanco.
- Los hombres son tan débiles. ¡Oh! Mira, tu mejor amiga está llamando.
Vuelve a poner el ata voz.
- ¿Holaaa? -dijo Diane
- Feliz Navidad. Literalmente estoy jodida. Mis padres me están volviendo loca. ¿Como estas?
Camille no reconoce la voz de Diane.
- ¿Yo? Mmm un poco estresada, pero sip estoy excelente -Habló Diane.
- ¿Quién eres? -pregunta Camille.
- Oh disculpa. No me presenté. Soy Diane. Mirella no puede hablar, pero me dijo que te diga que quiero un millón de dólares para que ella sea libre ¿Quieres oírla?
Diane se acerca con paso decidido, me quita la cinta y patea partes de mis costillas. Me retuerzo gritando mientras ella seguía torturándome.
- ¡Por favor! -Grito
- ¿La oíste?. Ya sabes lo que quiero. Te llamaré después. Y Feliz navidad Camille.
Camille grita pero no oí muy bien lo que dijo.
- Ahora solo faltan tus padres.... No. Dejaré que los ancianos se enteren solos. Ya me aburrí de recibir llamadas.. Que tengas una buena noche.
Un hombre se acerca y cubre mi boca y nariz con un paño.
Después de eso todo era confuso.
Cierro los ojos y me deje llevar por ese raro aroma que tenía el paño.

Es Difícil Olvidar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora