¿El amor terminará algun dia?

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Los días pasaron volando. Hoy el trabajo estuvo muy aburrido.
Solo falta una hora para que martes llegue. Y aquí estoy, nerviosa y con lágrimas en los ojos.
¿Qué se supone que le diré? Nunca tuve que pasar por un momento así. ¡Tragame tierra!
Espero no terminar llorando delante de él.
Llamaré a mamá para distraerme un poco. ¿Dónde está mi teléfono? Uh sip, aquí está.
— ¿Aló Mirella? — Oh mamá, te extraño.
— Hola mami. ¿Como estas?
— Muy bien hija. Espero a tu padre para cenar. ¿Estás bien? Tu voz suena ahogada.
— Si, estoy bien. Es gripe nada más.
— Muy bien. ¿Te parece si mañana hablamos?. Tu padre llego.
— Claro. Cuídense, Adiós.
Cuelgo y me encuentro otra vez con el silencio de mi departamento.
Es mejor ir a dormir.

***

Oh ¡Maldición! Me dormí en el sofá. Me duele todo. Y tristemente es martes. Es hora de ir al trabajo.

Lo bueno de trabajar en la juguetería es que me dan descuentos en muchos juguetes. Así no gastó tanto dinero para los regalos de Navidad de mis sobrinos.
Mi teléfono suena y veo en la pantalla el nombre de Camille.
— Hola —digo
— ¿Estas preparada? Ayer hablé con él y me dijo que si irá.
¡Estupendo! Mis nervios volvieron.
— No estoy preparada. No puedo hablar, estoy en el trabajo.
— Bien, llámame cuando hayas terminado de hablar con Jack.
— Okay. — digo y cuelgo.
Aún estoy molesta con Camille. Le costará mucho mi perdón.

Acabé mi hora de trabajo y me dirigí a casa. Tome un taxi y llegue muy rápido.
Aprieto el botón del ascensor y espero.
En el momento que el ascensor se abre, veo a Jack con la mirada gacha y con unas rosas color rosa pálido.
Él está muy guapo, no me había percatado que tenía un cuerpo muy trabajado.
¡Rayos! Deja de mirarle los músculos.
Alza la vista para salir del ascensor y queda sorprendido de verme.
Siento que me estoy sonrojando.
Entro al ascensor y apreté el número de mi piso.
— ¿Qué haces aquí? —pregunto
— Eh, vine a verte. Quiero hablar contigo.
— No tenemos nada de qué hablar.
Asiente y se queda en silencio.
Salgo del ascensor y Jack me sigue por el pasillo. Abrí la puerta del departamento y entre.
— ¿Puedo pasar? —Pregunta Jack
— Pasa.
Hace su típica sonrisa de lado y entra.
— ¿Quieres algo de tomar?—pregunto
— No gracias.
Se acerca a mí y me da las rosas.
Él es realmente sexy y estúpido también.
— ¿Vemos una película? —Pregunta
¿Qué? ¿Quiere ver película? Creí que quería hablar. Pero la película es mil veces mejor que hablar de nosotros
— Sí — Le digo.

***

Vimos Siete Almas. Me gustó mucho la película, pero hubo una parte que me incómodo.
Apago la tv y el Blu Ray.
— Linda película. Bien es hora de que te vayas. — digo
— No, es momento de que hablemos.
— Te dije que no había nada de qué hablar.
— Sólo... Perdóname ¿sí?
— No tengo nada que perdonarte, la única culpable aquí soy yo por haberme enamorado de ti. Y disculpa por decir que tú tenías la culpa.
Jack me mira y niega con la cabeza.
— Desearía que fueras mía, siempre.
Él sigue sin apartar la mirada de mis ojos.
— Ese deseo no podrá cumplirse. Nunca.
Sonrie y dice — Te amó.
¿Que le hace tanta gracia? ¿A caso no escuchó lo que le dije?.
— ¿Como esta tu familia? — pregunté para cambiar de tema.
— Bien, mi hijo es maravilloso —se le iluminan los ojos— me gusta cuando lo llevo a pasear y que diga que soy el mejor.
Mientras habla yo sonrío.
Es como volver seis años atrás. El hablaba y yo lo observaba embelesada.
- Uh, espera. Tienes algo en los dientes.
De inmediato dejo de sonreír y le frunzo el ceño.
Se echa a reír y me di cuenta que era una broma. Y lo seguí en su risa contagiosa.
— ¡Que caballero eres eh!
— Hago lo que puedo. Oye...—Lo miro y el busca mis ojos— Extrañaba los momentos juntos.
Bajo la mirada. —Nunca hubo un juntos.
Con su mano agarró mi mentón y lo alzó. Nuestras miradas estaban en una batalla. Acaricia mi rostro y cierro los ojos ante la sensación. Cuando los abro observo que sus ojos eran tristes y arrepentidos.
No...
Mis lágrimas están por salir.
Se acerca para besarme pero de inmediato me alejo de él.
— No, por favor. — suplico.
Mis lágrimas salieron.
— Esta bien, lo siento. Por favor, no llores. —Me pide.
— No puedo, no puedo simplemente olvidar el pasado y pensar un futuro contigo. A pesar de que no me hayas hecho nada, no puedo.
— Te amo, y no quiero que sufras. Si quieres que me aleje de ti, lo haré pero espero que no me des esa respuesta.
— Sólo, solo quiero estar sola.
— Me iré, pero por favor... No dejes que me aleje de ti.
— Adiós — digo
Él se levanta del sofá y se va.
Lloré aún más cuando cerró la puerta.
¿Respuesta? No puedo darle una respuesta. No le daré ninguna respuesta.
Por muchos años anhelé un beso de él y ahora lo rechacé.
Creí que al alejarme, me olvidaría de él y podría empezar una relación con alguien. Pero ahora que ha aparecido, mis sentimientos por él volvieron y mucho más intensos.
¿Qué voy a hacer?
Mi teléfono suena.
— Te dije que me llamarás a penas terminarás de hablar con Jack.
— ¿Como sabes que ya se fue?
— Me llamó. ¿Estás llorando?
— No, es gripe. — ¿Me creerá?
— A mi no me engañas. ¿Dime que tal les fue?
-—Intentó besarme.
— Oh ¡Mierda! Ahora me arrepiento de haberle dado tu dirección.
— Eres una mala amiga.
— ¡Lo siento! Pero tengo el remedio para que te olvides de todo ese rollo.
— Te escucho.
— ¿Recuerdas a Jenna? Estuvo en nuestra clase.
— Claro. Como no recordarla, ella fue la única a la que Jack no beso, y me incluyo en eso.
— ¡Okay! Entonces ella te agrada. El viernes será su cumpleaños y nos ha invitado a una discoteca. Irán muchos conocidos y si en caso te preguntas: ¡No! No irá Jack. Tiene un compromiso. Es cumpleaños de uno de sus familiares.
— Está bien. Iremos, nos embriagaremos y disfrutaremos de la fiesta.
— ¡Bien dicho nena! El viernes iré a tu departamento para alistarnos juntas.
— Te espero el viernes.
Cuelgo y me pongo a ver una película. Ir al cumpleaños de Jenna me sentará muy bien. Nunca estuve borracha pero siempre hay una primera vez.

Es Difícil Olvidar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora