CAPÍTULO 17

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Los malditos rayos de sol entran al departamento y me generan un bochorno insoportable, decidí estar con sujetador y bragas. Al fín y al cabo, nunca tengo visitas. Extraño a Camille, ya paso un mes despues de haberme alejado de ella; no me habla, ignora mis llamadas y evita encontrarse conmigo.
¡Soy una completa idiota por culparla!
La universidad me mantiene ocupada todo el tiempo, pero en algun momento tengo que ir y disculparme con ella, no puedo dejar que una amistad de siete años se vaya al tacho, y más si yo soy la causante de eso.
Al menos ya no tengo que lidiar con Diane, dijo que se iría si me mantengo alejada de Jack. Aunque no sé sí lo hace sólo por un tiempo o tal vez es definitivo.
Inspiro y agarro el teléfono para persuadir mis pensamientos, pero es algo inevitable no pensar en todo lo que ha sucedido, después de todo... nunca olvidaré a Jack.
¡Arrg! Detesto el amor.
Me culpo de toda esta mierda, ahora no puedo alejarme de Elián, él llama todos los días a las seis de la tarde para preguntar como estoy.
A veces pienso que Jack le dice que pregunte eso, mi respuesta siempre es Bien. ¿Cómo le dices a un niño que estás deprimida a causa de su padre?
Pues, es algo que no le puedo decir.
La última vez que vi a Jack fue hace una semana y media, estaba vestido muy elegante, me quede observando por mucho tiempo... él estaba muy ocupado como para darse cuenta que yo estaba allí, en ese instante recorde los momentos de la escuela, cuando él se iba y yo me quedaba como una idiota viendo como se pavoneaba con las demás chicas. Ésta vez; él sólo iba con una mujer, también estaba vestida muy elegante y ella era algo parecido a la perfección. Era de esas mujeres que se preocupan mucho por su fisico, y que usan carteras de muy alto precio. Tenía muchas ganas de acercarme y reclamar mi propiedad, pero él ya no era de mi propiedad. Ahora él tiene el camino libre, y yo también.
¿A quien engaño? Moriré soltera si sigo encerrada en este lugar, se ha vuelto mi pasatiempo favorito estar encerrada, haciendo los trabajos de la Universidad.
¡Mierda!
Olvidé comprar las libretas.
Al menos tengo algo que hacer: Salir a comprar.
¿Y si lo dejo para mañana?
Noup, Ángeles dijo que mañana tenía planes para mí.
Camino a mi habitación arrastrando los pies descalzos y me pongo lo primero que encuentro. Sólo iré a un lugar, ni que fuera a ir a una fiesta. Agarro las llaves, el movil y salgo de mi cueva. Los vecinos de mi piso me saludan con un movimiento de cabeza y les respondo con una sonrisa. A veces sólo quisiera ser invisible para no tener que fingir una sonrisa. Tranquila, Mirella. Será un pequeño viaje y volverás a tu cueva.
Observo a muchas chicas vestidas maravillosamente y luego me veo a mi, que estoy con unas sandalias y un vestido muy gastado, me preocuparía mucho de mi vestimenta si estuviera buscando novio.

Entro a la enorme librería y comienzo a buscar las libretas. Busco, busco y nada. Voy hacia la cajera y le pregunto en que pasillo tengo que ir, y la muy descarada dice que no puede atenderme. Bueno, ése no es su trabajo pero qué le costaba señalar el pasillo. Ahora solo tengo que estar de pasillo en pasillo. ¡Arrg!
Pasillo tres, nada. Sigo caminando y mi exasperación va en aumento.
Llego al pasillo seis y me oculto tras un estante y observo a Jack con unas invitaciones en la mano. ¿Para qué las invitaciones? Tal vez no son invitaciones. ¡Mierda! No me puedo creer que él se encuentre aquí. Mis manos comienzan a temblar, la misma sensación que tuve cuando lo volví a ver después de tres años, eso es lo que siento cada vez que lo veo. Todo vuelve, sólo basta con ver a ésa persona y todos los sentimientos vuelven.
Es un embrujo que no se puede romper. Él no se ve tan deprimido, pero sé que oculta el dolor para que los demás no lo noten. Se veía muy mal el dia en que decidí terminar con todo, podia notar las lágrimas en sus ojos.
Tenía que hacerlo, debía de alejarme; Diane amenazó a mis amigos y a mi familia, muy aparte de haber abortado. No podía dejar que ella me hiciera más daño, y al abortar también le causó un daño a Jack.
Él levanta la vista y sus labios se curvan para formar algo que sigue siendo mi debilidad. Niego para mis adentros, no quiero seguir aquí, pero Elián me distrae, él entra al pasillo corriendo y le da un enorme abrazo a su papá, los dos se ríen a carcajadas y suelto una risita al verlos juntos. Bien, es suficiente.
Giró sobre mis talones y doy un salto del susto. Patrick estuvo detrás de mi todo esté tiempo.
-¿Qué haces? -dice con la cabeza ladeada y con una sonrisa bobalicona.
-¡Shh! Ya debo de irme.
Patrick mira a su hermano y luego a mi. Asiente y se hace a un lado para darme el camino libre.
Muevo ligeramente la cabeza y me apresuro en salir del lugar, menos mal que Patrick se prestó a ser mi cómplice por un momento. Camino dando zancadas para alejarme de la librería y suspiro aliviada de no haber llamado la atención de Elián o de Jack, hubiera sido algo incómodo para los dos. El móvil empieza a sonar y el nombre de Patrick aparece en la pantalla.
-Hola -digo con voz apagada mientras voy caminando.
-Hubiera sido un momento feo ¿eh?
Si, y también para Elián, él tiene que vernos felices pero ahora no podemos estarlo.
-Gracias por ayudarme.
-Estaré de visita por tu departamento más tarde. ¿Estás libre?
-Si, nos vemos luego.
-Hasta pronto.
Cuelga y veo el mensaje que ha enviado Ángeles.
*Mañana será un día comun, pero agradable*
No entiendo a lo que se refiere pero será algo que me mantendrá distraída y con eso estoy satisfecha.

Es Difícil Olvidar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora