CAPITULO 6

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Mis pies tocaron el suelo fuera del hospital y una ráfaga de viento sopló en mi dirección despeinando mi cabello, hacía tanto tiempo que no tenía noción del viento soplar en mi rostro, una mezcla de olores se arrebolaron en mi nariz.

Comencé a caminar, tratando de ubicarme, ¿Por dónde podía comenzar?, sabía que había mucho por descubrir, sólo esperaba que para el final de la noche, cuando el amanecer marcara el inicio de un nuevo día para los demás y mi día final, yo ya estuviera enterada de la verdad.

Tomé el camino de la derecha.

Las pocas personas que caminaban a mi alrededor no prestaban atención ante mi presencia.

Esta situación era desesperante, trataba de no darme por vencida, o al menos no aún.

Caminaba al frente de un desolado parque, era media noche, casi nadie saldría a estas horas, excepto yo, pero bueno, yo estoy casi muerta.

De pronto un sentimiento poco agradable me inundó y se instó en mi pecho.

Era una extraña manera de dolor y melancolía.

Y ese sentimiento se profundizó justo cuando pasaba al frente de un árbol. Ignoré toda esa clase de sentimientos y continúe caminando, sumida en mis extrañas cavilaciones.

Miles de hipótesis rondaban mi cabeza, logrando que mi confusión aumentara en un porcentaje aún mas elevado.

La ciudad estaba sumida en una extraña calma, no todo era silencio, ni oscuridad; había unas partes en las que parecía de día.

Continúe con mi camino, en cuanto me encontré lejos del parque, el sentimiento en mi pecho se quedo lejos.

Había un par de establecimientos abiertos, y justo cuando pasaba al frente de un lugar de comida rápida, sentí algo o mejor dicho, a alguien.

Frente a mi estaba parada una chica de cabello largo, rizado y rubio, su cara era de sorpresa y ni qué decir de la mía.

-¿Quién eres tú? -preguntamos al unisono.

-Yo lo pregunté primero -Le rebatí, mientras la miraba inquisidoramente.

Ella me devolvía la mirada.

De pronto sonrió.

-Soy tu ángel... -Mencionó haciendo un gesto que provocó que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo. -Nah! Mentira, soy Legna.

Y ella me tendió la mano, yo dudosa la acepté y para sorpresa mía, su mano se enlazó con la mía.

No pude estar más sorprendida en ese momento.

¡Al fin alguien podía verme!

-¿Cómo puedes verme? -Le pregunté mostrandole mi evidente sorpresa.

-Oh! Bien... es algo normal para mí, papá también podía hacerlo y mamá nos dejó por eso... -Dijo para después soltar mi mano y abrazarme.

Alcé una ceja ante tan repentina actitud para conmigo, que era una completa desconocida.

La alejé de mi.

-Oh... -Ella no paraba de mirarme fijamente y eso me hacia sentir incómoda. -Bien, uhm... me tengo que ir. -Me di la vuelta dispuesta a irme del lugar y seguir con mi camino.

Legna se quedó plantada en el lugar, sin tan sólo pestañear.

-¡Espera! -Le escuché gritar a tan sólo unos metros de mi. -¡¿Estás muerta?!

¡Joder!

¡Joder!

¡JODER!

¡Estúpida niñata!

¡¿Qué no se daba cuenta de que estábamos en un lugar público?!

-¡Callate! -Le dije mientras me acercaba de nuevo. Pude notar cómo la gente se había detenido y la miraban raro. -¡Camina! -La jale del brazo y me la llevé del lugar, después de ese extraño momento la gente continuó con su camino.

-Lo siento, la discreción no es lo mío...

-Eso ya lo noté. -Le respondí sería y la miré de nuevo, de arriba a abajo.

Su vestimenta era extraña, tenis desgastados, pantalón de mezclilla y una enorme sudadera, en la que fácilmente podía entrar dos veces ella.

Continúe caminando con ella pisandome los talones por un par de minutos, hasta que ella pregunto:

-¿A dónde vamos?

Ante esa pregunta me detuve.

Ella podría ayudarme.

Respiré profundo antes de comenzar a hablar... -No estoy muerta, pero mañana después del medio día si lo estaré... hace no mucho desperté y no recuerdo casi nada, y antes de morir quiero saber que es lo que paso... quiero saberlo todo. -Finalice mirándola a los ojos. 

Ella tardo un par de segundos para procesar todo lo que le había dicho.

Poco después volvió a sonreír.

-Yo te ayudaré.

Y sus palabras me hicieron sonreír a mi también.










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A La Sombra Del VientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora