Capitulo 5

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La vida a veces sólo resulta ser un juego más. Un sádico juego, para el que nadie nos prepara, vivimos con esperanzas y sueños, aunque a veces sólo se quedan varados en el tiempo y con esos sueños y esperanzas morimos.

Todo queda olvidado en el tiempo. Perdidos en la inmensidad.

-¡Doctor! ¡La perdemos!

-¡Traigan el desfribilador!

A lo largo de mi vida nunca comprendí el verdadero significado de vivir.

-¡Despejen!

El significado de sentir el viento golpear en mi rostro, los aromas, el sabor de la comida, lo hermoso que resulta la música...

-Doctor...

Lo cálido que es tener un hogar y una familia.

-¿Hora de muerte?

El hermoso y complicado sentimiento de encontrar el amor.

-11:22 PM

-Informen a los familiares.

¿Había muerto? ¿Todo había acabado? No, no, no... tenía que vivir.

-¡Doctor! ¡Los signos vitales se han restablecido!

-¡¿Qué?!

Sentí como todos volvían a trabajar sobre mi cuerpo. Después de unos minutos escuché una cálida voz masculina susurrar en mi oído.

-Chica... que no te quieres dar por vencida, pero no creo poder evitar lo que se te avecina... tienes que despertar, pero todo esta en ti.

Como a lo largo de estos días, abrí los ojos y miré a mi alrededor. Nada había cambiado, todo era igual; yo sobre la camilla, la habitación de color blanco, estridente, el olor como a cloro, todo seguía siendo igual de enfermizo y frustrante que al principio.

Tome un ligero respiro.

¿Qué es lo que debía hacer ahora?

Miré a través de la ventana.

La inmensa oscuridad se veía rodeada de un sinfín de luces; las estrellas salpicaban el cielo iluminándolo.

Recordé la pregunta que había surgido en mi mente tiempo atrás... ¿Podría salir mas allá de las paredes que limitan este hospital?

Tal vez este era el momento adecuado para tratar de saberlo.

Salí de la habitación y me encontré con un par de personas en el pasillo.

Mi familia.

Ninguno de ellos tenía cara de agrado o felicidad, por el contrarió a la distancia se podían distinguir sus ojos cristalizados por las lágrimas.

Tenía el presentimiento de saber porqué se encontraban en ese estado y cuando me acerqué lo suficiente para escuchar comprobé la razón.

-... Sus signos vitales se restablecieron en un par de minutos, pero es la segunda vez que sucede esto y lamento tener que informarles que según el reglamento tanto del hospital como algunas leyes médicas de los últimos años, su hija debe ser desconectada... -Todos en el pasillo se derrumbaron, mis padres se sujetaron entre ellos. -La señorita de servicios sociales debió haberle informado en una situación como esta -Menciono el médico mirando a mi padre el cual sólo pudo asentir. Mi madre lo volteo a ver sorprendida ante esas palabras. -Desiree será desconectada mañana al medió día. -Fue lo último que dijo el médico antes de alejarse en aquel extenso pasillo.

-¡Tú lo sabías! ¡Y no me lo dijiste! ¡¿Por qué?! -Le reprochó mi madre a mi padre, que aún estaba en un estado de parsimonia. Mi madre lo golpeaba en el pecho, una y otra vez.

Moriría.

Era inevitable.

No sabía si llorar o reír porque todo acabaría.

La muerte solo resulta inquietante para aquellos que tienen miedo.

La muerte sólo significaba el fin.

Descanso de esta ajetreada vida.

Pero antes de que todo terminara y cosas quedarán inconclusas, quería saber porque moriría.

¿Qué fue lo que paso para que yo tenga que morir? Y con esa pequeña chispa de duda decidí salir del hospital.

Lejos de mi familia y amigos. Lejos de mi dolor.


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A La Sombra Del VientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora