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—¡¿Qué?!— de la sorpresa el café que sostiene en su mano se cae, tapa su boca con ella. —¿Como que están allí? Nathaniel espero que no sea una excusa para hacerme volver porque...

—Déjate de dramas, Seth, son ellos y están con nosotros, los encontramos mientras volvíamos del restaurante.

La expresión de sorpresa de Seth cambia de repente a una de enfado, coloca su brazo libre en su cadera.

—¿Salieron? ¡Te dije que no salieran!

Nathaniel del otro lado suspira.

—Fué una decisión de último momento, y de todos modos, los encontramos, están aquí así que muévete y vuelve rápido. Adiós.

La llamada se corta y Seth se queda viendo el teléfono con una ceja levantada. Es hora de volver con sus niños.

El viaje de regreso a casa es largo, se había alejado bastante, su estómago todavía trata de digerir el café y los pastelitos que comió en la zona, su estómago duele, o quizás todavía quede algún resto del veneno de esa niña loca de la noche anterior.

Nota mental: no besar chicas lindas desconocidas.

La casa se ve igual a como la dejó al irse, lo cual lo tranquiliza, esperaba llegar y encontrar un incendio o algo por el estilo. Con una sonrisa saca sus llaves y abre la puerta, da un paso dentro de la casa y lo primero que ve es a cinco chicos sentados a la mesa, Nathaniel está tratando de cocinar algo. Todos se voltean hacia el recién llegado y en un pestañear todos están sobre él abrazándolo.

—¡Están aquí!— grita de emoción mientras pellizca las mejillas de Haiko, éste hace una mueca pero lo deja que siga, después de todo él fue un gran mal agradecido al irse en primer lugar. Seth cambia y ahora abraza a Yonnick como si fuera un bebé, mira su brazo descubierto y hace una mueca, aún está lastimado desde la vez que peleó contra el experimento.

—Déjame curarte eso después.— dice y da unas palmaditas en su mejilla.

Finalmente está en casa.

Seth se acerca hacia Nathaniel quién lucha contra una cebolla, su inteligencia no sirve de mucho en la cocina.

—Dame eso, yo lo hago.— le quita el cuchillo de las manos y la corta en medio minuto. —Y por cierto, tenemos que hablar.

Nathaniel frunce el ceño, no está muy seguro a que se refiere. Es tiempo de hablarles sobre la niña manipuladora.

Corta todas las cebollas que están sobre la mesita de cocina y se sienta junto a todos los chicos alrededor de la mesa principal. Todos lo miran en silencio esperando a que hable.

—Escuchen, me encontré con uno de esos experimentos fallidos, de seguro Nathaniel les contó...— mira a Nathaniel esperando una respuesta, él asiente. —Son demasiado fuertes para nosotros, si todos son así estamos perdidos, estoy seguro de que hay varios allá afuera. Era una niña, pero sus poderes me confundieron demasiado, se mete completamente en tu mente y hace que pienses, veas y hagas lo que ella quiere, su veneno podría ser mortal para alguno de ustedes, yo aún lo siento.

Yonnick asiente.

—También nos encontramos con ellos, logramos escapar por poco.

Seth lo mira preocupado pero trata de despejar su mente.

—Creo... Que la mejor opción ahora sería mudarnos, cambiar de ciudad, de escuela, de trabajos, mantenernos juntos y a salvo. Ellos podrían fácilmente encontrar esta casa o seguir a alguno de nosotros si nos quedamos aquí.

La idea hace que los chicos se miren entre ellos, James hace una mueca, realmente no quiere cambiar de escuela, ya tiene varios amigos y le está yendo bien en las materias. Thai por su parte no quiere dejar su trabajo en el restaurante.

—Tendríamos que dejar todo lo que logramos hasta ahora, lo sé, pero nuestra seguridad es lo más importante chicos, pueden encontrar otras cosas que hacer, otras escuelas, Thai tu puedes ir a la escuela también, y Haiko y Yonnick pueden conseguir trabajo o unirse a algún club como Jack... Conoceríamos gente nueva y quizás podríamos llevar una vida normal.— suspira y pone sus manos en su cara.

—No es justo, ese laboratorio sigue arruinándonos todo, ya tenemos una vida normal aquí, no tenemos que mudarnos, quizás esos experimentos sean más fuertes que nosotros de a uno, pero si estamos juntos podemos vencerlos... ¿Verdad?

Todos los chicos miran a James quién ya se levantó de la mesa, la rebeldía de ese niño nunca se termina. Seth lo mira con el ceño fruncido, su expresión es amenazante.

—Siéntate, James.

—Pero Seth...

—Pero nada...— lo interrumpe casi con un grito, los chicos miran asustados a Seth, nunca lo habían visto enojado antes, James no dice una palabra y se sienta lentamente mirando hacia abajo. —¿Acaso no recuerdas lo que pasó en el laboratorio? Casi fuiste torturado por esos guardias por culpa de esa rebeldía y causaste un caos. A partir de ahora no harás nada impulsivo, vas a seguir mis órdenes, esto no es como esa vez, es peor, ellos no son simples guardias. Todos harán lo que diga y sin protestar, lo único que quiero es que estén bien, entiendan, si algo les pasa yo... No lo sé. — frota el puente de su nariz tratando de calmarse y mira a Nathaniel. —Nath, ¿puedes encargarte de buscar una casa barata en otra zona? No sé muy bien como funciona esto de las mudanzas, tú sabrás. Prepararé la cena.

Seth se levanta y comienza a cocinar, los otros chicos están callados cada uno en su lugar, el silencio se vuelve bastante incómodo por lo que Nathaniel decide romperlo. Va hacia el televisor y cambia una película, todos los chicos de sientan en el sofá a verla, nadie quiere hablar, por lo menos no por el momento.

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Ya tengo preparado el O.S. sobre la historia de Seth, créanme, si lo leen van a llorar mares y océanos .-.

Voy a subirlo cuando termine esta novela.

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