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Es la hora del almuerzo, Seth camina hacia el comedor donde se encuentran muchos de los médicos del lugar saboreando toda clase de delicias.

Dos médicos y un enfermero detienen su charla mientras él pasa a su lado y lo miran, Seth solo mantiene la mirada lejos de ellos, no va a rebajarse a su altura.

La mayoría (por no decir todos) en el hospital están celosos de él, muchos incluso se quejaron cuando oyeron la noticia de que un chico de veintiún años sería médico, y protestaron entre ellos cuando se enteraron que era el mejor en la especialidad, y aunque a Seth lo incomoda recibir críticas no puede dejar su trabajo, gracias a él puede cuidar bien de sus niños.

Ignora a las personas y se sienta en una mesa alejada. Muchas miradas se encuentran sobre él, pero lo que mas le preocupa en ese momento es el hecho de que están en peligro. Todos... Y dos de sus niños no están con él.

Mira el sandwich que sostiene en sus manos y le da una mordida, el lugar está repleto de sonidos y voces, pero una conversación llama su atención.

"—Pobre hombre... Fué totalmente cortado a la mitad y tenía mordidas, estoy segura de que fué un animal...

Otra voz se adelanta y la interrumpe.

—¡No fué un animal! Las marcas eran humanas. Mordidas humanas. Y no pudieron encontrar el arma con el que fue cortado, pero tenía varias puñaladas y raspones. Y para rematar, la zona estaba completamente quemada.

—¿Un psicópata pirómano?

—Quizás, pero según la policía quemar un lugar a esa magnitud es casi imposible sin hechar gasolina o algo... A una sola persona le hubiera llevado la noche entera quemarlo todo así, y no habia rastros de combustibles. De todos modos, espero que encuentren al culpable, ahora tengo miedo de salir."

Seth se sobresalta un poco y se levanta.

—Disculpen...— llama la atención de las dos mujeres quienes se voltean y lo miran con sonrisas amplias. —¿Pueden decirme la dirección del lugar en donde pasó eso?

Ahora las mujeres se miran entre ellas  y fruncen el ceño, no están seguras de dársela pero finalmente una de ellas saca un papel de su bolsillo, una lapicera y anota la dirección con cuidado. Seth toma el papel y les agradece, se aleja del comedor y una vez que encuentra un lugar alejado de las personas, con una mano temblorosa marca en su teléfono el contacto de Nathaniel.

El telefono suena unas cuantas veces y luego la voz de Nath se oye al otro lado.

—¿Seth?

Seth respira profundo y deja salir el aire antes de contestar.

—Nath, ¿estas libre?

—¡Claro que no! Estoy a mitad de una clase, no puedo hablar.— a lo lejos se oyen varias voces. —¿Sucede algo?

No sabe qué decir pero de todas formas deja salir las palabras.

—Anoche ocurrió un asesinato... ¿Escuchaste sobre él?

—No, ¿que hay con eso?

—El hombre tenia mordidas, al parecer humanas, fué cortado a la mitad.— Una persona de limpieza pasa cerca de Seth, él lo saluda amablemente y camina lejos de él con el teléfono aún en su oído. Se esconde tras una pared cerca de la enfermería. —Eso no es lo peor... Había fuego en la escena... Demasiado fuego.

Nathaniel no dice nada por unos segundos.

—¿Crees que fué Yonnick?

Seth refriega el puente de su nariz sin saber realmente qué responder.

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