Final (parte 1)

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Ya ha pasado un año y dos meses desde la ida de Xavier. 

Nunca rompió su promesa de hablarme todos los dias y ayudarme con todo lo que podía, además de que siempre me alegraba el día con solo decirme "te amo". Pero eso fue hasta hace poco más de un mes.

Dijo que lo sentía, que le dolia tener que estar sin hablar conmigo durante una semana pero que decidió irse ese periodo de tiempo a Europa, sin tecnología y sin nada para poder despejarse. Y obviamente su padre tuvo que estar metido en el ajo ya que le dijo que no era sano para un niño de su edad estar pegado a la computadora todo el santo día, con las persianas bajadas y derramando lágrimas a cada rato.

Ahora mismo odiaba a ese hombre, era un arrogante, un maldito bastardo que nunca entendió que nos queriamos, que estar lejos el uno del otro nos hacia daño. Pero, a pesar de hablar con mi madre sobre si podríamos volver a vernos, nunca dio una respuesta afirmativa.

Después de que Xavier se fuese a aquel dichoso viaje no volví a saber nada de él. Siempre llamaba a su padre y preguntaba por él, a todas horas preguntaba por Xavier, además de que muchas preguntas no dejaban de atormentarme y de hacerme sentir miserable.

Durante ese tiempo lloraba, lloraba a más no poder e intentaba contactar con Xavier de todas las maneras que me fuesen posibles, pero nada. Mi pecho dolía más conforme el tiempo pasaba porque nada, no tenía ninguna noticia sobre mi princeso. No tenia nada.. ¡Nada!

En ese preciso instante mi teléfono empezó a vibrar y a sonar como un maldito desquiciado, corrí como alma que lleva el diablo hacia la ventana de mi cuarto. ¿Sería Xavier? ¿Sería él?

— Te amo —escuché nada más descolgar la llamada sin tan siquiera mirar el nombre.

Despegué el teléfono de mi oreja y vi el nombre "Mi Hermoso Princeso Pelirrojo" y solté un gran suspiro.

— ¡Xavier! ¡Xavier mi vida! Te amo, te amo, te amo. ¿Estás bien? ¿Dónde estás? Por fin se de ti, mi princeso — hablé como loca mientras lloraba.

— Princesa, vida mía. Te amo, te amo más que a nada y nadie, te echo mucho de menos mi amor — dijo con la voz entre cortada. Sollocé

—¿Estas bien?

— Estoy bien pero te necesito, necesito abrazarte y poder besarte. Necesito que acaricies mi cabello y me digas que todo saldrá bien mientras yo acaricio tu espalda y te digo cuanto te amo. O.. Simplemente, necesito verte en persona. Te echo mucho de menos Lauren — dijo llorando.

Me senté en el suelo y me hice bolita. No puedo escucharlo así, no aguanto saber que está llorando y yo no puedo hacer nada.

—Mi vida, no llores por favor. Todo está bien, pronto nos veremos y cumpliré las necesidades que me dijiste antes pero no llores por favor. Te amo Xavier. Mi vida, mi amor, mi princeso. Te amo.

— Abreme la ventana, dejame entrar y abrazarte. Dejame entrar para que pueda decirte todo lo que siento por ti.

Nada mas escuchar eso tiré el teléfono y fui a abrir la ventana sin dejar de llorar y ahí estaba él. Con sus hermosos ojitos verdes rojos por llorar, con su cabello rojo despeinado y con una ropa casual que lo hacia mirarse más que hermoso.

Entró a mi habitación y, literalmente me tiré a sus brazos. Me abrazó con fuerza y lloró con la cabeza hundida en mi cuello, acaricié su cabello y su espalda mientras susurraba cosas como: "Tranquilo Princeso, ya estamos juntos", "Todo está bien, todo saldrá bien", "Te amo mi vida" mezclado con algún que otro beso en su cabeza.

—Te amo Lauren, te amo. No me dejes nunca. Sin ti, no soy nadie, no le veo el sentido a nada y nada tiene color, todo es gris y negro y tu eres mi única luz. Tú eres la única que me hace feliz con tan solo estar cerca de mi —dijo una vez mas calmado.

Se separó y se sentó en mi cama, me senté en su regazo y lo besé mientras acariciaba su cabello. Él me abrazo por la cintura y me apegó más a él.

—Nunca te dejaré, aunque ya no sea la dueña de tu corazón ni de tus palabras de amor. Tú siempre serás el dueño de mis sentimientos de amor, de mi corazón y el responsable de que mis nervios aparezcan cuando estas cerca de mi.

Después de aquellas palabras por mi parte se tumbó obligándome a hacer lo mismo que él pero encima suya, acomodé mi cabeza en su pecho de manera que pudiese oír los latidos de su corazón y poder relajarme. Acarició mi cabello y suspiró.

— Princesa... Dentro de cinco minutos tendré que irme y coger el autobús para ir a mi Casa — susurró y yo cogí su mano para apretarla y besarla incontables veces.

—Entonces estemos juntos estos cinco minutos — dije cerrando mis ojos y disfrutando de sus caricias.

~*~

—Te amo, princesa. Nos volveremos a ver, te lo prometo.

Cogí sus mofletes y uní sus labios con los mios.

— Te amo, princeso. Tenlo por seguro.

Y sin decir nada más, besó mi mejilla, deshizo nuestro abrazo y salio detrás del autobús mientras lanzaba maldiciones al aire. Me reí y limpié mis lágrimas, cuando lo vi ya dentro del autobús, lo despedí con mi mano hasta que lo perdí de vista para volver a mi casa a la misma rutina de antes solo que esta vez con más esperanzas de que volvamos a estar juntos otra vez.

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Vayan preparándose para odiarme con toda vuestra alma, además de llorar como magdalenas.

Diré que vendo pañuelos en la esquina a tan solo 3€ porque alguna lo necesitará.

Sin nada más que decir, mañana publicaré el siguiente capitulo y puede que haya otro más a parte del de mañana.

¡Gracias por leer!

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El Hijo Del Jefe De Mi Madre《Xavier Foster》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora