CAPÍTULO V

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Junto a Nicolás hicimos el fogón con algunas leñas, en poco tiempo ya estaba todo listo.
Nos sentamos en grupo alrededor para hacer la típica "ronda de deseos". Cada año la hacíamos para hablar de la vida, y al final de cada relato, lanzábamos una bola de papel y pedíamos el deseo en voz alta. Recuerdo muy bien que mi deseo del año anterior había sido poder enamorarme, el resto ya lo tenía.
La ronda había comenzado, y ya casi todos habían participado, luego de que Mauricio hablará, llegó mi turno.


-Bueno.- dije sonriendo.- este año fue muy importante para mi, dentro de poco se termina una etapa, pero comienza una nueva; luego de una gran lucha en la cual mis amigos estuvieron presentes, y espero que puedan seguir a mi lado.


-Claro que si.- dijo Nicolás.- ¿Cuál es tu deseo para el próximo año?.


-Mi mayor deseo es poder egresar y tener a todas las personas que me hacen bien junto a mi; disfrutando de ese momento.- dije lanzando mi bola de papel al fogón.


Todos aplaudieron felicitándome por haber llegado al final de la carrera, después de eso, llegó el turno de Walkyria.
Se puso de pie, respiró profundo, y con mucho coraje comenzó a relatar su historia.


-Mi nombre es Walkyria Paz, tengo veinte años, y cumpliré un año más en abril del próximo, soy estudiante de enfermería, cursare el ultimo año y estoy muy feliz por eso.
-Felicidades, Walkyria.- dijo Nicolás.
-Gracias.- respondió .- Pero esa es solo la parte buena de mi vida, lo malo es lo siguiente: Mi padre falleció cuando yo era muy pequeña a causa de un accidente automovilístico, desde ese día quedamos solas mi mamá, y yo.


-Lo siento mucho Walkyria.- dijo Lurdes.- ¿Aún lo extrañas?.


-Lo hago todos los días.- dijo con cierta tristeza.- El dolor nunca desaparece realmente, pero con el tiempo llega a ser soportable, y de alguna manera, la vida sigue adelante.


-Eres muy valiente al pensar así.- contesto Lurdes.- Yo no podría vivir sin mi papá.
Walkyria continuó hablando, hasta que en un punto de la historia, su voz comenzó a quebrarse, y sus ojos se humedecieron.
-Por último debo decirles algo a todos, es muy importante para mi y por eso quiero que lo sepan.- dijo con angustia.- Mi madre tiene sida, y aunque no lo crean, yo también estoy enferma.


Todos quedaron atónitos ante la confesión de Walkyria, un silencio nos invadió, y cuando parecía que la situación no podía ser peor, apareció Esteban.
Se levantó casi enfurecido mientras Jazmín trataba de mantenerlo sentado.


-¿Qué sucede Esteban?.- pregunté confundido.


-¿Qué sucede?.- dijo alzando la voz.- ¿acaso quieres contagiarnos a todos nosotros trayendo contigo a esta portadora de la muerte?, desde ya te advierto Tobías, no quiero que tu novia se me acerqué, y mucho menos a Jazmín.
Walkyria continuó sentada mientras una lágrima caía por su mejilla, eso fue suficiente para hacerme estallar de la peor manera.
Me levanté y me dirigí directo hacía él para golpearlo, pero inmediatamente todos se levantaron para intervenir. Mauricio me tomo por atrás, impidiendo que llegue hacia donde estaba el idiota de Esteban.
Rapidamente las chicas se acercaron a Walkyria para consolarla.
-Si vuelves a tratarla de esa manera juro que te rompo la cara, idiota.- dije gritando.- ¿Quién te crees que eres?.


-Tranquilo Tobías.- dijo Mauricio sujetándome.- el siempre fue así, un imbécil.


-Llévatelo de aquí, Jazmín.- dijo Nicolás.- llévate a tu novio lejos por un rato.


Jazmín lo tomó del brazo y lo llevo a caminar.
Logré que Maurcio me soltara, y en un instante me acerqué a Walkyria, sólo para abrazarla.

MIRADAS EN LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora