CAPÍTULO VII

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El jueves por la noche legamos a Purmamarca, lo primero que hice fue dejarla a Walkyria en su casa. Después me dirigí a la mía, estaba exhausto por el vieje, pero absolutamente feliz, quería saltar y tocar el cielo con la manos, literal.
Cuando llegué a casa, todos estaban esperándome para cenar.


-Hijo, por fin llegaste, ¿cómo estas?.- dijo mamá.


-Muy Bien, solo un poco cansado.- respondí.- ¿ustedes están bien?.


-Nosotros estamos bien, hijo.- dijo mi padre.- siéntate a cenar.


-Tobías, ¡decidiste volver!.- dijo Luján saliendo de su habitación.- te extrañe un poco, hermanito.


-Yo no Nos extrañe.- dije bromeando.
Nos sentamos a comer, al rato comenzamos a hablar sobre el viaje.
Apenas había regresado a casa, y mis padres ya tenían boletos para otra salida en familia, el famoso "tren de las nubes".


-Es genial, el viaje dura dieciséis horas.- dijo Luján.- iremos los cuatros a fines de enero.


-Fue para esa fecha que conseguí los boletos.- dijo mi padre.- ya casi no habían.


-Una salida familiar, nos vendrá bien.- contesté.- ahora si me disculpan, iré a dormir, quiero sentir mi cama.


-Tobías, mañana iremos al supermercado para hacer las compras para noche buena, y quiero que vengas con nosotros.- dijo mi madre.


-Esta bien, me despertaré temprano para acompañarlos.- contesté con una sonrisa.- buenas noches.


Me recoste, e inmediatamente, sonó mi celular, era Walkyria.


-¿Hola?.- le dije.- ¿a
Acaso tienes telepatía?.


-¿Por que lo dices?.- respondió.
-Apenas me acosté, sonó mi móvil, y mágicamente eras tú.
-No seas idiota.- dijo entre risas.- Sólo llamaba para agradecerte por todo, por las cosas nuevas que aprendí en esta pequeña salida.
-¿Cosas cómo qué?.- pregunté.- dime sólo una, así sabré si fui un buen maestro.


-Me enseñaste que las buenas aventuras se hacen rompiendo reglas, por ejemplo.
-Muy Bien, ¿y cual es la regla que crees haber infringido?.


-"No salgas con un extraño".- respondió riendo.- Fue la mejor regla que pude haber roto en vida.


-No esperaba esa respuesta.- contesté.- te amo, Walkyria.


-Y yo a ti.


-Nos vemos pronto, buenas noches.


-Buenas noches.- respondió con carraspera.


A la mañana siguiente fui al supermercado con mi familia. Aproveché la salida para comprar algunos regalos, también para desayunar fuera de casa, solo los cuatros.
Mi madre y mi hermana estaban en el baño, mientras que mi ñadre y yo esperábamos el desayuno.
-Tobías.- susurró papá.


-¿Qué sucede?.- dije sin entender el motivo de su voz baja.


-Compré cinco boletos para el tren del cielo.


-¿Cinco?- contesté aún sin captar el mensaje.


-Le dije a tu madre que eran cuatro boletos, pero compré uno más, para que puedas ir con tu chica.- insistió en vos baja.- Hazlo, se lo que te digo.


-Gracias papá, muchas gracias.- le dije abrazándolo.- Eres un genio, la invitaré; lo prometo.


-No fue nada hijo, es un regalo de mi parte, para ti.- contestó emocionado.- fue en ese lugar donde nos enamoramos con tu madre, es un paseo muy romántico.

MIRADAS EN LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora