-Malas noticias-

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A su corta inspiración se hace presente un cartero, y en manos de Milo entrega una carta, con dos pequeños infantes dibujados, no negó el hecho de que podría tratarse. Corta camino y sube a su balcón, abriendo la carta que le helaría la piel.

Hola, espero no estar molestando, -no molestas. Pensó el- pero hace unos días creímos que tu abuelo le había dado un episodio de su enfermedad. Ella... ella murió, anhelaba verte y quería despedirse de ti personalmente. Como tú, ella creía en la magia, sus ojos lloraron cuando menciono tu nombre, al diagnosticar su muerte sus lágrimas aun cubrían sus ojos. Es difícil para mí escribirte así, estas líneas, pero fue la última petición que te avisáramos después, así, tu no tendrías el dolor de enterrarlo y despedirte cruelmente.

Natalia llega y ve a su novio llorando en el balcón donde alguna vez se robaron un inocente beso. Qué ocurre. –corrió a él cruzando la puerta con la llave que le dio y subiendo las escaleras olvidando ella su paquete en el acera.

-Murió mi abuelo. -Entre palabras cortadas y sollozos lagrimeos.

Amor, lo siento- Expresa Natalia sujetándolo fuerte.

Las lágrimas brotaban más al recordar lo fuerte que él era.

-Amor, él y yo no fuimos los mejores, pero fuimos únicos. –aprisiona los puños en sus ojos.

Con la poca fuerza de Natalia lo mantenía en calma.

Pasadas las horas y Natalia haber leído las líneas se inclinó hacia el también llorando. Le paso similar, que ella no supo de la muerte de ambos de sus abuelos.

"La vida; a la que estamos sujetos simplemente se aprovecha y cuando nos ve más débiles es un buen día y decide soltarnos desde lo más alto del peñasco. La tristeza arraiga consecuencias nostálgicas y cosas que a lo mejor no merecemos ver, tener o sentir, si una situación mata, una indignación lo es, más y te manda al infierno. No me siento mal, sino que esta parte de mi vida la planee pero no vi cómo sería realmente, si en cada momento que cerramos los ojos, vivimos despiertos en nuestro mundo. A falta de amor..."

Natalia, quiero que sepas que. –Habla entre cortado al resignarse a la idea-, –ajaa. Interrumpe brevemente sin tono- No sólo eres mi novia, también mi enfermera de cabecera, mi sicóloga y hasta mi terapeuta y que cocina rico, -sonrió ella con lágrimas- también eres mi mejor amiga y lo mejor que en mi vida pudo haber pasado, no vería la luz si tu sonrisa no me la mostrara.

-Se corta el aire de Milo-

Ya sé que no soy importante para ti. -espeto serio.

-Si lo eres. Y no imaginas cuánto. -Mira angustiada.

Si llegue en mal momento o cause que tu vida diera vueltas, no fue mi intención. -baja la mirada y patea al aire.

-por favor. -lo gira hacia ella- Escúchame. -lo encierra en sus brazos y lo besa.

-No lo hagas por favor, ahorita no. Calma mi alma y mi mente y sabemos que pasara...

¡Milo! Reacciona –sollozantes alaridos escuchaba a la distancia.

El intentaba tocar una luz en el fondo de un túnel, corría sin moverse y gritaba sin voz.

Con impulsos y golpes en su pecho Natalia golpeo fuertemente.-no reacciona. –pensó entre lágrimas.

¡Milo! ¡Milo! -Cayendo presa de su desesperación.

Que sucede. –respira aliviado y con las chica llorando.

-te desvaneciste, como te sientes. –ella pensó-

(Pensamiento)

"A veces la vida te patea sin razón, y es la misma razón para que tu sigas adelante; de ti depende si te levantas o te tiras a llorar. No seas quien muestre su orgullo, sino su dignidad y humildad al avanzar en caminos tan complejos que sólo tu mente no cabe entender. No mueras sin antes dar algo de pelea."


Miradas en SilencioWhere stories live. Discover now