-La cita-

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Pagaba el servicio de haber lavado su auto y ya lo lejos diviso a David, tras seguir sus pasos lo vio a el de brazos de otra mujer, alguien que contrariamente le había enviado un ramo de flores a su novia. Regreso y siguió, sabía que el solo jugaba –nadie le había dicho quién era ni como averiguara cosas sobre el-La noche se había llegado y en los días siguientes Milo no dejaba de pensar en aquel ramo de flores su oficina estuvo solitaria y callada. Aquel se mortifico y entablo un corto periodo de no verla durante algunos días, mientras trataba de que su mente no lo traicionar. Con la mano en sus ojos y sosteniendo la foto que se habían tomado y pusieron en un marco de plata con adornos de artesanía el sostenía, trato de no darle importancia al detalle que le aquejaba.

Salió antes de la oficina dirigiéndose por la calle sin un punto como destino, callo unos momentos, cerró los ojos y movió su saco, dejo entre visto su corbata rosa con azul que portaba. Llegando a casa de Natalia, aprovecho que no estaba ella y hablo con sus papás, accediendo a permitirle la petición que otorgo. Salió y de momento regreso su auto estaba lleno de globos, rosas, cartas y pegatinas, en las que las fechas en que se conocieron estaban ahí y la fecha de su primer beso, y cuando salieron por primera vez. Inundo su habitación con los globos, los padres casualmente saldrían esa noche, le hizo un camino con los pétalos y velas por el pasillo. Como lo prometió, el salió de la casa y dejaría que Natalia descubriera lo que había dentro.

Milo en su casa esperaba una llamada para confirmar que le había gustado a Natalia. –Natalia llegada a su casa cruzo la puerta y siguió hasta entrar en su sala donde se vio envuelta en globos y pétalos cuidadosamente puestos, ella tenía una mirada de asombro y mientras caminaba por aquel camino de pétalos se quedó anonadada al entrar a su cuarto. La sorpresa había sido enorme, no se lo esperaba. Globos rojos y rosas en su puerta en su cama un peluche koala, bastante grande que en su tenía muchas cartas alrededor, y un enorme ramo de flores en sus manos. Natalia se acercó y tomo la nota, que estaba en manos sobre su estómago, rodeado de una suave loción que cubría sus detalles. "Hola mi amor, quiero que este pequeño detalle te haga saber lo afortunado que yo me siento al ver que tú sigues conmigo a pesar de que en mi vida he sido alguien solitario. Sé que quizá no he sido el mejor novio ni la mejor persona pero de algo estate segura, mi vida ha tomado sentido con cada beso que a mí me has dado"

Natalia callo al recibir una llamada de Milo en su celular. Emocionada contesto a su celular

Hola –contesto mientras abrazaba a su koala.

Mi vida, espero te haya gustado tu sorpresa, es pequeño a comparación de tu enorme corazón y linda sonrisa si en mi espeto tu mirada es mi paga. –alegre solloza.

Mi amor, no debiste hacerlo, sabes que lo importante somos nosotros. –repone ella.

Mi vida, tu sonrisa es mi mejor crédito.

Cuídate amor, me escapare para verte y abrazarte que falta me hace.

*llega su celular un mensaje*

Hola Natalia, como estas, quisiera saber si podemos hablar, por favor déjame darte mi argumento, no me dejes así. Puedes hoy en el café que está a unas calles de tu casa a las cinco pm.

-accede ella sin ánimos aunque alegre de pasear a sus peluches por toda la casa.

Aquí me tienes, dime de qué quieres hablar.

Hola. –dijo el bajando la mirada y poniendo sus manos en la mesa.

En un movimiento tan desprevenido él le roba un beso y queda por instante paralizado, esperando una bofetada de ella. Natalia se cubrió el rostro y comenzó a sudar no supo cuál sería su reacción ante tan inesperado beso. Su memoria brotaba recuerdos y sus ojos extrajeron lágrimas, no se había hecho esperar cuando David le tomo la mano y le hizo saber con una sonrisa que lucharía por ella.

Natalia, aun ciento algo por ti, tú me despertaste al amor. –argumenta mientras baja el tono de voz.

No puedo, tengo novio, y lo que tú hiciste, nunca lo espere. Fallaste a tu promesa. –replica ella golpeando la mesa.

-Escúchame- todo este tiempo me sirvió para pensar y corregir mis errores.

No lo sé. No llegas en buen momento, en este momento me enamore en serio y no quiero fallarle, el a mí no me ha fallado.

No habían tocado las galletas y ella se despedía. –sus palabras entraron en su cerebro, verlo sentado mientras ella salía de lugar enfurecida y a la vez inquieta, la hacía sentir la persona más mala.

¡Natalia! –le gritan a lo lejos.

No esperando ver compañía avanza

Le da alcance Zaida y la abraza. Zaida extrañada continúa con el afecto. Que paso- pregunta ella. Me acabo de encontrar con David y... -hace pausa y tomar fuerzas- David me beso...

Te besó. Por favor no cometas nada malo. –cuestionada por su amiga.

Subieron al auto que entre las dos compraron y aun no terminaba de pagarlo. Condujeron hasta que se tranquilizara. Llegaron a su casa y se arreglaron, ahora saldrían las dos con Milo, para no dejarla que ande sola. A ver si Milo le presentaba a uno de sus amigos. Pero este se negaba por que los conocía bien, y ella no era mujer para tipos así.

Se encontraron a Milo ya esperando en un parque con una flor en su mano, y una nube. La flor para Natalia seguido de un beso y la nube para Zaida, (la nube es flor de esperanza).

Milo al besarla, y corresponder a sus beso sintió algo extraño y diferente, le tomo la mano y la beso como él sabía que la convencería y estos besos estaban helado no tenían sabor, a pesar de que en sus labios ella puso labial con sabor.

Amor, ocurre algo. –pregunto abrazándola. Zaida desapareció en ese momento.

No, no amor, estoy bien solo que tú le diste una nube a Zaida. –repone ella sobre la actitud de su novio.

No amor, tú no sabes mentir, a ti nunca te ha molestado que le dé nube a Zaida. –se intranquiliza sabiendo que miente.

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Miradas en SilencioWhere stories live. Discover now