-El cargo pesa-

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Hola mi vida como te fue. –Natalia preguntaba ansiosa.

-No te imaginas amor, a veces tengo que ser el malo. –respondí desabotonando mi corbata.

No te preocupes amor, cosas así pasan. –continuaba ella mi dialogo.

-¡Buenas tardes!- .A lo lejos su papa me saluda.

¡Buenas tardes, como le fue hoy! –respondo a su saludo.

Gracias no me quejo, supongo nos va acompañar a cenar. -Dijo riendo cruzando su puerta-

Hoy me hablaron que había gente que emocionalmente estaba jugando con el equipo de trabajo en cuanto llegue a la empresa y me avisaron de las gentes que andaba jugando, por la cámara de vigilancia se veía algo extraño, al parecer consumían algo ilícito, llegaron ingenieros de Suecia y agarre un auto de la empresa para ir a buscar a esas personas, andaban prepotentes y alterados, llegue y trate de calmarlos y otros que me acompañaron por si se requería. Nos subimos al camión y mi compañero se subió con el otro revoltoso; al parecer si andaban drogados por qué no coordinaba habla y motriz y por qué se fue jugando con la puerta del auto. Le dije al camionero, sabes tú ya me hartaste, siempre es lo mismo es contigo, todos se quejan de ti y ahora resulta que hasta andas drogado. Sabes que bájate, vete caminando este despedido, vienes en la tarde por tu liquidación y no quiero verte más. Él iba sacando un pie por la puerta amenazando con aventarse, pero ni tan drogado. Llegamos al lugar y metí el camión en cuanto baje los ingenieros a él ya lo interrogaban y no fueron a oficina ni nada le enseñaron fotos de la cámara de vigilancia. Llegue a ellos y algo me dijeron en cuanto voltee. ¿Qué haremos pues ingeniero? lo que es de ley correspondiente, aparte bajo los efectos de la droga me vieron la mancha de sangre donde él quiso atacarme antes y lo agarre de loa hombros lo pegue a la pared, nadie decía nada llego el arquitecto también muy molesto y paso de largo viendo al susodicho. Me dijeron que el también andaba molesto. Uno de los ingenieros nos platicaba donde ha viajado y lo que hace. Platicábamos mientras veíamos el camión.

-No fuiste malo. –Interrumpe Natalia tomando mi mano.

Amor, despedí a un hombre-

-Si amor, pero fue con justas razones. –Asiente ella.

Oye amor, ¿y Holmes se vino contigo? –levanto la mirada buscándolo.

-Si mira, anda en el jardín, aparte ya hizo más amigos, hay contigo no hay nada femenino. –sonríe ella.-

Estas tratando de decirme algo. –Sonrió espitoso.

-no amor, sólo digo que ustedes nunca vieron a una mujer como una mujer.

Con besos Natalia fue calmando lo que inquietaba a su novio y estando en cuarto ella tomo a un peluche que fue su regalo de cumpleaños y lo puso a un lado, les vendo los ojos y sus manos seguían el camino marcado en el cuerpo de Milo. Esos besos hacían palpitar sus fantasías. Milo quedo relajado y se durmió en el sofá de colores claros y muy largo, le atendió una cobija y le quito de los zapatos y su camisa. Después de horas sintió una lengua y una respiración agitada. Abrió los ojos lentamente y Natalia y el perro a un lado de él sonriendo y preguntándose por él. Qué sucede. -pregunto con apenas energía para moverse.

-Dormías como bebe, y roncabas como oso amor. Relato ella mientras se aguantaba la risa, cambiaba el canal de la tv.

Se acercó Natalia y le acaricio el cabello regalándole un beso.

Qué hora es. -pregunto buscando su reloj.

Son casi las diez de la noche. -sacando ella su muñeca con el reloj.

Ven amor, cena algo. -me dijo coqueta con la voz. -y Holmes ya encontró su lugar para dormir.

A que te refieres. -pregunte mientras me estiraba. -ve a mi cama-

En cuanto asome la mirada Holmes solo me vio y agito su cuerpo sin hacer el mínimo esfuerzo por levantarse.

Trata de unir tu corazón al mío. Sonrió al ver un mensaje en una carta, que solo él sabe lo que en realidad significaba. Asintió abriendo la ventana a la suave brisa del viento. -¡Milo!- escucho él a lo lejos. Su casa estaba vacía, excepto por Holmes.

¡Milo!... ¡Milo!

Volteando a todos lados buscando una posible explicación en su cabeza el escuchaba su nombre gritar.

Despierta a mitad de la noche con Holmes atendiendo sobre su cama esperando que despertase. –estuvo feo esto. Pregunta al perro-. Holmes asiente y se postra a su lado.

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Miradas en SilencioWhere stories live. Discover now